El Betis fuerza la dimisión del Atlético

Con un derroche extraordinario, sobre todo en una período inicial soberbio en el que mereció sentenciar a un Atlético fantasmagórico, el Betis se impuso con justicia en el Benito Villamarín y forzó la dimisión de los colchoneros en la lucha por el título. Fue de menos a más el equipo del Cholo, pero no le llegó ni para rascar un punto. Un curso más, y esta vez con mejor plantilla, el club rojiblanco se despide del título de Liga cuando solo se han celebrado once jornadas y ya se encuentra a diez puntos del líder, un Barça que parece intratable.

Tremendo el baño que le dio el Betis al Atlético en un primer tiempo en el que el pleito debió quedar resuelto. En ambición, disposición táctica, juego y actitud, solo hubo un equipo sobre el terreno de juego. Empezó la tarde con una acción desafortunada para los colchoneros, que terminó con gol en propia meta de Giménez, pero a partir de ahí solo la suerte y la falta de pegada de los locales permitió a los madrileños irse vivos a los vestuarios.

Inició el Atlético con defensa de cuatro, pero pronto Simeone corrigió, ordenó al errático Reinildo situarse de central zurdo y a Samu Lino retrasarse. Le dio igual porque el Betis presionaba altísimo y una y otra vez robaba el balón a sus atolondrados rivales. Koke, De Paul y Gallagher eran una caricatura de sí mismos en la zona de creación, Molina y Reinildo no se enteraban de la película, Giménez tenía el día fallón y Witsel llegaba siempre tarde.

Abde fue un puñal que una y otra vez penetró en la poblada y la vez invisible zaga visitante, pero le falló la puntería. Primero, tras un pase maravilloso filtrado por Johnny Cardoso, la cruzó en exceso ante un Oblak que ya daba por hecho el gol. Sin sucesión de continuidad, el marroquí recibió de tacón de Vitor Roque y su zurdazo sacó astilleas del travesaño. Fueron las opciones más claras de los verdiblancos, pero ni mucho menos las únicas.

Abde, un puñal

Oblak se desgañitó pidiendo algo más a sus compañeros, sobre todo a unos centrocampistas totalmente superados, y mientras Simeone se limitaba a pedir tranquilidad. Eso sí, en lugar de salir tocando para perderla, el Atlético comenzó a jugar con patadón del esloveno desde la cueva. Solo a balón parado los rojiblancos, esta vez de azul, daban sensación de poder igualar la contienda. Rui Silva apenas intervino para atajar intentonas de De Paul y Griezmann. Sin noticias de Julián Álvarez, y no por su culpa precisamente.

Doble cambio del Cholo tras la reanudación, con Galán y Sorloth en lugar de Reinildo y Gallagher. Mejoró el Atlético, ya que jugar tan mal era imposible, y rondó el empate en un par de acciones de Griezmann y Julián Álvarez, cuyo tiro desde la frontal desvió Rui Silva. Los béticos, muy fatigados, también gozaron de algunas contras peligrosas y, sobre todo, supieron frenar el partido a base de interrupciones.

Llegó la polémica, ya que Gil Manzano indicó penalti por una supuesta patada en la cabeza de Galán a Fornals, pero corrigió a instancias del VAR porque el ex del Celta golpeó el balón. Con Giuliano y Correa tocó a rebato Simeone, pero no le dio ni para empatar. Lo más próximo, un toquecito de Correa al palo y un balón peinado del mismo delantero al travesaño. El Betis crece. El Atleti sufre su primera derrota liguera días después de caer en Champions con el Lille y queda condenado a luchar por entrar un año más en Champions.