El Barça, ante el reto de tener que revalidar la corona

«Ganar la Liga es la hostia», dijo Xavi el pasado mes de abril. Y es que el torneo de la regularidad era el pasado año la base sobre la que empezar a edificar un proyecto que tiene como objetivo final devolver la gloria europea al Barcelona. Esos primeros pilares ya están puestos. Los culés ganaron una Liga que dominaron de principio a fin, sentaron las bases y en este curso tienen el objetivo de consolidar ese proyecto. Para ello, Xavi podrá contar con prácticamente todos los efectivos con los que disponía la pasada temporada a excepción de Busquets y Jordi Alba, que han hecho las maletas rumbo al Inter Miami junto a Leo Messi; y de un Ousmane Dembélé que, tarde o temprano, terminará en el París Saint-Germain.

La salida del Mosquito podría servir para paliar uno de los problemas que en este momento retumba en la cabeza de todos los barcelonistas: ¿logrará el Barça inscribir a tiempo a todos los jugadores? Esa es la pregunta del millón. Los culés solo han podido inscribir por el momento a trece futbolistas y esperan llegar en hora al debut contra el Getafe este domingo para que Xavi pueda poner en liza el mejor once posible, sin ningún tipo de limitación.

Si los culés lo logran, el técnico buscará minimizar al máximo errores del pasado y potenciar las virtudes que hicieron a su equipo campeón. El Barça de la anterior temporada fue un conjunto sólido durante casi todo el curso, capaz de adaptarse a los distintos guiones de partido y que logró sacar tajada de cada gol que anotaba. No en vano, terminó levantando la llamada Liga del unocerismo con Lewandowski, autor de 22 goles, y Ter Stegen como figuras en ambas áreas.

Hasta levantar el título, Xavi hizo una progresión táctica que este año se podría incluso acentuar. Del 4-3-3 clásico mutó a un 4-4-2 en el que Gavi hizo las veces de cuarto mediocentro para que Balde, la gran revelación, tuviera una mayor proyección ofensiva por el carril zurdo. Los fichajes de este verano han ido en esa línea.

El Barça se ha reforzado con Iñigo Martínez, Oriol Romeu e Ilkay Gündogan, siendo el jugador germano el que aportará más competencia a una medular en la que ya estaban Frenkie de Jong, Pedri y Gavi. Hasta cuatro jugones tendrá Xavi para acompañar a Oriol Romeu y hacerse dueño de una posesión que un año más será innegociable para el de Tarrasa.

Ese dominio del cuero tendrá que pasar por unas botas diferentes a las que han llevado el timón en el Barça en los últimos diez años. El pasado curso se fueron de una tacada Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergio Busquets, tres jugadores fundamentales para los azulgrana en la última década. Adaptarse a vivir sin ellos tanto en el césped como en el vestuario será una tarea fundamental para Xavi, que todavía tendrá que afrontar más salidas antes de que se cierre el mercado de fichajes. La más sonada de todas ellas será la de un Ousmane Dembélé que, aunque a cuentagotas, demostró el pasado año que es uno de los futbolistas más desequilibrantes del mundo cuando está en un buen tono físico.

Si el Barça quiere revalidar la corona tendrá que sobreponerse además a la traumática mudanza al Lluis Companys. El nuevo feudo culé, con capacidad para 55.000 espectadores, no ha conseguido atraer todavía al aficionado azulgrana y no intimida tanto como un Camp Nou que la pasada temporada fue un auténtico fortín. Los de Xavi consiguieron allí 48 puntos de los 57 que disputaron y fraguaron un título que pondrán en juego a partir de este domingo en Getafe.