El Barça pierde chispa antes de una semana clave

«Hace tres semanas volábamos y ahora no. Llevamos muchos partidos seguidos, hemos viajado mucho y ahora toca sufrir, apretar los dientes, mejorar y jugar mejor al fútbol de lo que lo hemos hecho en la segunda parte», aseguró Xavi después de ver como su equipo lo pasó mal para asegurar el triunfo por la mínima ante el Celta. Hasta catorce remates coleccionaron los de Eduardo Coudet, uno más que los culés, para desesperación de una afición local que ya atisba lo que es un bajón físico en toda regla.

Y es que el Barcelona hizo un partido en el que le pesaron las piernas. Los de Xavi trataron de poner sobre el césped el estilo clásico azulgrana; con presión tras pérdida, posesión de balón y constantes cambios de ritmo desde los extremos para generar desequilibrios. Ese era el plan habitual pero todo se perdió por el camino por la falta de frescura. El Barça acusó el esfuerzo de Milán y demostró como ya hiciera en anteriores compromisos que ya no vuela como hace tres semanas, tal y como reconoció su entrenador.

Esa falta de chispa se traduce en números. El Barça suma siete victorias consecutivas en Liga, sí, pero el número de tantos por encuentro ha caído de forma radical. Los culés golearon antes del parón de selecciones a Real Sociedad (1-4), Valladolid (4-0), Sevilla (0-3) Viktoria Pilsen (5-1), Cádiz (0-4) y Elche (3-0). Apenas el Bayern puso un lunar en Múnich con una derrota que frenó un ritmo goleador al alcance solo de los mejores equipos del Viejo Continente. Hoy ese torrente anotador se ha visto frenado. El 'virus FIFA', que también trajo lesiones, se ha traducido en una sequía para los culés, que solo suman dos tantos en los tres partidos desde que se reanudara la competición.

Otro de los problemas que está teniendo el Barcelona en los últimos partidos está en el tridente de ataque. Lewandowski ha visto como su producción anotadora ha bajado ante la poca profundidad de los culés y el principal problema está en los extremos. Xavi ha probado a Ansu Fati, Ferran Torres, Ousmane Dembélé y Raphinha pero ninguno de ellos parece atravesar por su mejor momento. Frente al Inter Lewy fue una isla, estuvo desasistido y terminó el choque sin poder poner a prueba a Onana pese a que los azulgranas tuvieron hasta un 68% de la posesión del balón.

Especialmente preocupantes son las sensaciones de Dembélé. El galo firmó un inicio de temporada meteórico en el que le ganó la partida en un abrir y cerrar de ojos a Raphinha y en el que se convirtió en un socio perfecto para Lewandowski, pero en este momento decisivo del curso ha desaparecido. Ante el Inter de Milán tocó el balón en cien ocasiones y perdió la friolera de 38 balones, una losa para un equipo que cuando no encuentra el rumbo mira al ex del Dortmund antes que a nadie para hacer daño a los rivales.