Xavi, durante un entrenamiento del Barça. Enric Fontcuberta / efe

El Barça, entre alguna luz de la Liga y muchas sombras en Europa

El equipo de Xavi ha mejorado su cara en la competición doméstica, pero en el Viejo Contienente sigue lejos de luchar por títulos

daniel panero

Madrid

Sábado, 24 de diciembre 2022, 00:24

El Barcelona tardará en olvidar el año 2022. La entidad que preside Joan Laporta ha pasado doce meses sumida en una auténtica montaña rusa. Desde la debacle en la Europa League ante el Eintracht de Fráncfort hasta las famosas 'palancas' con las que el club ... dinamitó el mercado de fichajes gracias a las llegadas de los Lewandowski, Raphinha y compañía. Ha sido un año de grandes sombras, especialmente en Europa, y de alguna que otra luz en Liga que hace mirar al futuro con optimismo.

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«El año 2022 será muy intenso y lleno de emociones», avisó Joan Laporta el último día de 2021. El máximo mandatario culé llevaba diez meses en el cargo y para entonces ya tenía listo un plan maestro con el que sacar al equipo de Xavi del atolladero y firmar una remontada que le hiciera llegar a lo más alto. Esa jugada pasó por acudir al mercado y cumplir los deseos del técnico catalán. Llegaron Ferran Torres, Aubameyang y Adama Traoré, tres jugadores que debían servir para generar desequilibrio desde los extremos y suplir la ausencia de un Dembélé, que para entonces tenía un pie en la grada y otro fuera del club. Aquel fue el primer gran asunto del Barcelona en 2022. El Mosquito seguía indeciso respecto a su futuro, el club le lanzó un órdago y, ya con el mercado cerrado, Xavi le tiró un guante devolviéndole al césped para beneficio de un equipo que le necesitaba como el comer.

Y es que Dembélé, cosas del destino, fue el motor para un equipo que en la segunda mitad de la temporada creyó en la posibilidad de devolver al Barça a lo más alto. Los culés comenzaron a plasmar todas las señas de identidad que Xavi quería para su nuevo proyecto. Sumaron desde enero catorce victorias, tres empates y tres derrotas, números que le permitieron volver a los puestos de Liga de Campeones e incluso alcanzar la segunda plaza en la recta final. Esa racha hacía presagiar que algo estaba cambiando pero no consiguió tapar la debacle en Copa del Rey ante el Athletic y mucho menos el día en el que los de Xavi jugaron como invitados en el Camp Nou en la Europa League. 30.000 alemanes apoyaron al Eintracht de Fráncfort en una noche aciaga en lo deportivo y también en lo social gracias a la reventa de entradas. Aquel día el barcelonismo dio la espalda a los suyos y estos lo pagaron caro.

El verano trajo consigo aires de revolución. Joan Laporta se remangó la camisa y comenzó a levantar palancas, una tras otra, hasta conseguir los fondos suficientes para confeccionar un equipo capaz de reflotar la entidad. Más de 700 millones ingresó el Barcelona gracias a la venta de activos, una cifra que destinó a tapar agujeros y a acudir al mercado con la fuerza de un ciclón. En apenas un mes llegaron Christensen, Kessié, Raphinha Lewandowski, Marcos Alonso, Héctor Bellerín y Koundé, siete fichajes que completaron una plantilla de ensueño e hicieron que Laporta lanzara las campanas al vuelo de cara a lo que venía por delante. «Estamos haciendo un equipazo», aseguró el máximo mandatario culé en la presentación de Lewandowski.

Muy pronto se iba a ver que ese equipo todavía necesitaba rodaje para triunfar en las grandes noches. Ni siquiera la victoria ante el eterno rival en la pretemporada ni el buen arranque en Liga sirvieron para que los de Xavi llegaran a la Champions League con garantías para luchar en el grupo de la muerte. Bayern de Múnich e Inter de Milán bajaron de la nube al Barça en un abrir y cerrar de ojos y presentaron en bandeja una nueva participación en la Europa League, esta vez, eso sí, como claro favorito a luchar por el título. Lewandowski, Pedri, Raphinha y compañía tendrán que devolver a la gloria al Barcelona pero deberán hacerlo empezando desde el segundo escalón europeo.

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Si Europa ha sido la cruz, la Liga ha sido la cara. El Barcelona ha continuado desde que comenzara la temporada las buenas sensaciones en el campeonato doméstico que ya había demostrado en la pasada campaña. Los de Xavi son hasta la fecha el equipo de las cinco grandes ligas (Inglaterra, España, Alemania, Francia y Portugal) que más porcentaje de victorias ha sumado en 2022. Los culés han ganado 26 de los 34 partidos que han disputado en Liga, o lo que es lo mismo, un 76,47%. Nadie, ni siquiera el Paris Saint-Germain (73,53%) o el Manchester City (71,88%) alcanzan la cifra de los de Xavi. Ese dato y la voracidad de Lewandowski, que ya acumula 18 goles como azulgrana, es a lo que se agarra el Barcelona para una segunda mitad de curso que promete de nuevo emociones fuertes.

Los deseos para 2023

El gran deseo del Barcelona para el nuevo año es volver a levantar títulos. La pasada temporada los culés se quedaron en blanco y otro año similar sería insoportable para una entidad acostumbrada a la gloria en lo que va de siglo. La principal vía para lograrlo parece la Liga. Los de Xavi han cogido velocidad de crucero y lo han hecho con un equipo que ha conseguido por fin ser sólido atrás, apenas han encajado cinco goles en catorce jornadas, y que arriba ya tiene la pólvora suficiente para dinamitar cualquier partido.

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La competición doméstica encabeza la lista de los Reyes Magos, pero detrás hay otras muchas peticiones. La Europa League, con la que el Barcelona tiene una cuenta pendiente desde aquella trágica noche ante el Eintracht, el posible pichichi de Robert Lewandowski, un hipotético regreso de Leo Messi para despedirse del fútbol o incluso algún otro fichaje de relumbrón en el próximo mercado de fichajes. Por pedir que no quede.

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