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daniel panero
Lunes, 20 de septiembre 2021
El Barcelona tiene este lunes un examen final a principio de curso. La dolorosa derrota ante el Bayern por 0-3 ha puesto a Ronald Koeman en la picota y ha provocado que el duelo ante el Granada en el Camp Nou sea un partido ... crucial para la continuidad del técnico neerlandés en el club. Al conjunto blaugrana solo le vale ganar para no hacer más grande una crisis que amenaza con hacer saltar por los aires el proyecto a las primeras de cambio.
Tres partidos de Liga y uno de Champions han sido suficiente para que el Barcelona llegue al 20 de septiembre en el Camp Nou con urgencias. Varios miembros de la junta directiva de Joan Laporta pidieron la cabeza de Ronald Koeman tras la derrota ante el Bayern y el técnico neerlandés tendrá un ultimátum de una semana que comenzará este lunes contra el Granada y continuará contra Cádiz y Levante.
Por eso, Ronald Koeman, que dice no estar preocupado por su continuidad y considera «exageradas» y «oportunistas» las críticas, pondrá toda la carne que tiene disponible en el asador pese a haber disputado Champions y tratarse de una semana con tres partidos. El Barça necesita los tres puntos y el héroe de Wembley formará con las principales armas que tiene en este momento Koeman teniendo en cuenta las bajas de Pedri, Jordi Alba, Dembélé, Umtiti, Braithwaite y Agüero por lesión.
Tampoco estará Ansu Fati, ya con el alta médica pero al que desde el club no quieren forzar por miedo a una posible recaída. Confirmó Koeman en la víspera de este partido trampa que el joven extremo regresará en breve y respondió con suma sinceridad a quienes le acusan de llevar a cabo un planteamiento conservador, impropio de la esencia del Barça, frente a los bávaros. «Si jugamos más abiertos, la derrota es más amplia», se sinceró este sábado.
El partido contra el Granada servirá también como plebiscito del Camp Nou tras una semana convulsa. Ante el Bayern se pudo ver la resignación de un público que ya esperaba un mal resultado contra el gigante bávaro, pero ante el equipo nazarí el Barça debe dar un golpe encima de la mesa si quiere evitar el juicio de una afición que ya ha sufrido en los últimos meses con la situación que atraviesa el club.
Enfrente, el Barça tendrá un rival en horas bajas. El Granada llega al Camp Nou tocado después de no haber conseguido ganar en las primeras cuatro jornadas. Villarreal, Valencia, Rayo Vallecano y Betis han rascado puntos ante los nazaríes y han hecho saltar las primeras dudas en el proyecto de Robert Moreno. En este intervalo de partidos el equipo andaluz muestra, además, una de las peores defensas del campeonato con 7 goles en contra, un mal heredado de la temporada pasada ya que el Granada fue el equipo que más tantos recibió con 65 dianas.
Pese a ello, Robert Moreno ha asegurado durante la semana que su equipo va al Camp Nou con la idea de hacer saltar la banca. «Este grupo ya lo ha demostrado; somos capaces de ganarle a cualquiera. Claro que podemos derrotarle al Barça en el Camp Nou, un empate para ellos sería horrible y si ganamos el doble de malo. Pienso que podemos ganar todos los partidos», aseguró el que fuera segundo entrenador del Barça en la etapa de Luis Enrique.
Robert Moreno contará con todos sus efectivos salvo Neyder Lozano, todavía en proceso de recuperación tras una fractura de tibia en 2019. El pasado curso el Granada ya hizo saltar por los aires el Camp Nou. Era la jornada 33, el Barça llegaba a la recta final del campeonato como uno de los equipos más en forma y ante los de Diego Martínez podían aprovechar el tropiezo del Atlético para hacerse con el liderato. Nada de eso pasó, los nazaríes remontaron el tanto inicial de Leo Messi gracias a los goles de Darwin Machís y Jorge Molina e iniciaron un declive blaugrana en los últimos partidos de Liga que llevaron a los de Koeman a quedar terceros y sin opción de ganar el título.
El Barça no pudo pasar del empate a uno en el Camp Nou frente al Granada. El conjunto que dirige Ronald Koeman se vio por detrás en el marcador desde el primer minuto gracias a un tanto de Domingos Duarte y tuvo que jugar a remolque durante todo el encuentro. Tras 88 minutos de querer y no poder, Ronald Araujo logró de cabeza un gol que sirve para rascar un punto pero no para enterrar todas las dudas tras la debacle en la Champions.
Koeman salió de inicio con un once plagado de novedades para olvidar de inmediato cualquier rastro de la dolorosa derrota ante el Bayern. Cambió piezas el neerlandés con la entrada de jugadores de refresco como Balde en el lateral izquierdo, Sergi Roberto en el centro del campo y Coutinho y Demir arriba para acompañar a Memphis Depay. Los cambios no modificaron el 4-3-3 con el que Koeman comenzó en las tres primeras jornadas y en el debut en la Liga de Campeones, tan solo era una variación en las piezas.
El guion de Koeman era el clásico del Barça en la última década. El técnico neerlandés pretendía llevar la iniciativa a través del balón y su rival debía esperar para salir de al contragolpe en busca de ocasiones. Todo ese planteamiento iba a saltar por los aires en poco más de un minuto, el tiempo que tardó el Granada en demostrar que no había viajado a Barcelona para hacer turismo. Sergio Escudero encontró un resquicio en la banda izquierda, llegó a línea de fondo y la puso al área para que Domingos Duarte, libre de marca y en el primer acercamiento del partido, rematara el balón al fondo de las mallas. 'Sorpresa' en el Camp Nou y miedo a un nuevo descalabro.
Barcelona
Ter Stegen, Dest, Araujo, Eric García, Balde (Mingueza, min. 42), Busquets (Riqui Puig, min. 74), Sergi Roberto (Luuk De Jong, min. 46), Frenkie de Jong, Coutinho (Gavi, min. 60), Demir (Piqué, min. 74) y Memphis.
1
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Granada
Maximiano, Quini, Duarte, Abram (Sánchez, min. 78), Escudero (Neva, min. 46), Milla, Eteki (Montoro, min. 30), Monchu, Machís, Puertas (Gonalons, min. 67) y Jorge Molina (Luis Suárez, min. 67).
Goles: 0-1: min. 2, Duarte. 1-1: min. 89, Araujo.
Árbitro: Jaime Latre (Comité aragonés). Amonestó a Montoro, Gonalons, Koeman, Maximiano, Monchu, Araujo, Quini, Bacca y Piqué.
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de Liga, disputado en el Camp Nou ante 27.097 espectadores.
El tanto del Granada, que no era una sorpresa para la afición culé, sirvió para espolear a un Barcelona que entró al partido como si todavía estuviese quitándose de encima todavía el asedio del Bayern. A medida que pasaron los minutos el equipo blaugrana se asentó y el guion de partido comenzó a parecerse a aquel que había ideado Koeman. Busquets y Frenkie de Jong cogieron el timón del partido y los blaugranas mejoraron hasta obligar al equipo de Robert Moreno a ceder metros, una circunstancia que aprovechó Sergiño Dest para aparecer con asiduidad por el costado diestro. El norteamericano puso el desequilibrio y Memphis Depay, Philippe Coutinho y Sergi Roberto pusieron las ocasiones con tres disparos desde fuera del área que sirvieron para avisar al Granada.
El arreón del Barça obligó al Granada a cambiar de plan. La alegría nazarí pasó a ser la seriedad de un equipo rocoso que pretendía administrar la ventaja hasta el descanso buscando que no pasara nada. Eso desquició por momentos a los culés y a un Camp Nou impaciente por ver la reacción de su equipo, algo que iba a llegar de inmediato. El conjunto de Koeman se volcó en los minutos finales de la primera mitad y generó varias ocasiones que pusieron a prueba a Maximiano. La principal fue un remate de Araujo que tuvo una respuesta antológica del meta portugués, un milagro en forma de mano que sirvió a los de Robert Moreno para lograr la hazaña de llegar por delante a los vestuarios.
Tras la reanudación, Koeman modificó el dibujo. El técnico neerlandés dio entrada a Luuk de Jong por Sergi Roberto y pasó a formar con un 4-5-1 en el que Philippe Coutinho pasó a ser el mediapunta con Demir y Depay en los costados. El Barça siguió llevando la iniciativa espoleado por un Camp Nou muy enchufado durante toda la noche, sabedor de que su equipo necesitaba más una palmadita en la espalda en lugar de una crítica despiadada.
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El nuevo esquema y la presencia en el área del Granada de un punta de referencia como Luuk de Jong provocó que el Barça insistiera más aún en los centros laterales. Sergiño Dest, en el costado izquierdo tras la lesión de Balde en la primera mitad, y Mingueza por el carril diestro subían una y otra vez sin que sus balones desembocaran en la cabeza del exdelantero del Sevilla.
A medida que pasaban los minutos la impotencia del Camp Nou y de los jugadores del Barcelona iba in crescendo. El Barça, con más corazón que cabeza insistía, y Koeman optó por la aglomeración de torres en el frente de ataque. Gerard Piqué y Araujo se instalaron en el área rival y los centros, prácticamente única solución del Barça durante toda la noche, se convirtieron en el único argumento para luchar contra la organizada defensa del Granada. Cuando parecía que todo estaba visto para sentencia, el enésimo centro encontró la cabeza de un Araujo que mereció ser el héroe a lo largo de todo el partido. El uruguayo se echó el equipo a la espalda y encontró el premio en el último suspiro para salvar un punto.
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