El Barça es sangre, sudor y Liga

«Hemos sufrido demasiado, pero casi sabe mejor ganar así. Es la tónica de la temporada, vas solventando pero nos falta esa efectividad. El equipo ha tenido hambre y orgullo. No tendríamos que haber sufrido tanto», afirmó Xavi tras la conclusión del partido de su equipo frente a Osasuna este martes en el Camp Nou. El técnico de Tarrasa ya le ha cogido el gustillo a los triunfos por la mínima, consciente de que hay que poner en valor un título que el Barcelona va a levantar después de haber ganado muchos puntos en el alero y haciendo de su defensa su principal bastión.

Y es que con el triunfo ante Osasuna ya son once los partidos que el Barcelona ha ganado por 1-0 esta temporada. Nadie en toda la historia de la Liga ha conseguido hacerlo más veces en un curso. Los culés han vencido así a Mallorca, Celta, Getafe, Girona, Villarreal, Almería, Athletic, Osasuna y a Valencia y Atlético de Madrid en dos ocasiones. Ningún equipo ha ganado la Liga abonado hasta este punto al 'unocerismo'. Los de Xavi han igualado al Valencia de la temporada 1988-1989, que acabó tercero, al Atlético de Madrid del curso 2017-2018, que acabó segundo, y al Sevilla de la 2020-2021, que concluyó cuarto.

Para llegar a esta cifra, el Barça ha tenido que levantar una fortaleza en defensa. Ter Stegen suma ya 15 porterías a cero en el Camp Nou, récord histórico en una misma temporada por delante de las 14 del Real Valladolid en la 1987-1988 y del mismo registro de la Real Sociedad la pasada campaña. El meta germano ya suma además 25 partidos sin encajar gol y está a tan solo un paso de alcanzar los 26 que logró Liaño con el Deportivo de la Coruña de Arsenio Iglesias en el curso 1993-1994. Eso en España, mientras que a nivel continental la vista está puesta en los 14 goles que recibió el Chelsea en el primer año de José Mourinho en la Premier League, un récord que está a tiro y que podría igualar o superar si recibe tres o menos goles en las cinco jornadas que restan para acabar el campeonato.

El partido ante Osasuna sirvió también para que Jordi Alba tuviera un momento especial en el Camp Nou después de una temporada en la que llegó a estar más fuera que dentro y en la que ha visto que la irrupción de Balde le ha restado protagonismo. El lateral de Hospitalet entró para la recta final y fue determinante con su precisión en los últimos metros y con un zurdazo que hizo explotar el Camp Nou. Fue el justo premio al trabajo silencioso en la segunda línea, tal y como reconoció Xavi. «Es un ejemplo por la implicación, las ganas y el compromiso. Estoy especialmente contento por él porque no está siendo fácil. De golpe no es tan titular como antes, pero lo lleva con grandeza. Es capaz de marcar diferencias de tres cuartos hacia delante», sentenció.