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Daniel Panero
Domingo, 13 de abril 2025, 18:09
El Barcelona ha aprendido por fin a caer de pie cuando vienen mal dadas. Esa habilidad propia de equipos campeones la ha asimilado el conjunto ... de Hansi Flick después de una primera vuelta de la Liga en la que varios partidos se le atascaron y lo acabó pagando con duras derrotas en el mes de noviembre. Eso ya no le ocurre a un grupo de futbolistas que ante el Leganés cuajó un partido discreto, pero que supo sacarlo adelante con una dosis de fortuna y otra de oficio. Es un Barça que, ahora sí, sabe vivir en la cornisa.
Y es que el Barça comenzó el curso sin medias tintas. O goleaba o perdía. No había términos medios para un equipo que maravillaba por su forma de jugar, pero que dejaba muchas dudas cuando el guion de partido se torcía. Le ocurrió contra el Leganés precisamente en el Lluis Companys (0-1), contra Las Palmas (1-2), frente a la Real Sociedad (1-0) o el Atlético de Madrid (1-2). Todas esas derrotas dejaron esa lectura y la sensación de que los azulgranas no sabían competir en determinados contextos de partido en los que sus estrellas estaban más vigiladas y con menos espacios para marcar diferencias.
De un tiempo a esta parte ese déficit ha sido resuelto y el encuentro contra el Leganés es un ejemplo de ello. El Barça no solo no sacó a relucir su mejor versión, sino que disputó un partido gris. Lewandowski estuvo desaparecido, Pedri vigilado, Lamine Yamal acorralado y Raphinha ausente. Ninguno de los cuatro cracks aparecieron y, aun así, el Barça sacó adelante un partido que parecía destinado a reabrir la lucha por el título. No fue así y Flick se mostró satisfecho por la madurez de un equipo capaz de bajar al barro para llevar la victoria. «Los tres puntos son muy buenos para nosotros. Es perfecto. A veces puedes pensar que los partidos van a ser como el del Dortmund o el Atlético, pero no. Hay partidos muy duros como el de hoy (por el sábado). Estoy muy orgulloso del equipo y, sobre todo, de cómo ha defendido», destacó el técnico alemán.
Las palabras de Flick son las de un técnico que sabe que este tipo de partidos son fundamentales de aquí hasta el final de temporada. El calendario es cada vez más exigente, el Barça sigue en las tres competiciones y no siempre se tiene la frescura para pasar por encima del rival. En este sentido, el Barcelona ha logrado también una importante mejoría en el apartado defensivo. En la primera vuelta de la Liga los culés recibieron 22 goles en 19 partidos (1,15), mientras que en la segunda han reducido ese promedio a la mitad después de haber recogido el balón de su propia red apenas siete veces en 12 partidos (0,58). «Otra vez hemos dejado la portería a cero. Está muy bien, hemos hecho un partido perfecto», analizó Flick tras el duelo en Butarque.
El Barcelona ha llegado además a la recta final de Liga sabedor de que cada partido es una final. Así lo reconoció Flick en rueda de prensa, así lo reafirmó con un once con pocas rotaciones y así se lo tomaron unos jugadores que no tuvieron su mejor día, pero que demostraron un compromiso con la causa que es innegociable. Uno de los que mejor ejemplifica esa fe es Iñigo Martínez, que fue uno de los futbolistas más destacados y que se ha convertido en un líder para la defensa culé. Su corte de balón a Munir en la recta final del choque fue celebrado como un gol más, una muestra que habla de la importancia que tiene cada jugada en un equipo que está más enchufado que nunca y que ahora saca adelante partidos que hasta hace poco le complicaban la Liga.
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