Benzema mantiene las espadas en alto

El decalaje de jornadas viene arrojando una tabla mentirosa desde que arrancó el torneo, mas desde la duodécima fecha el Atlético siempre ha estado en la cima. Tal fue su solidez defensiva y eficacia rematadora en el primer tramo que el cuadro de Simeone acudió en diciembre al Alfredo Di Stéfano seis puntos por encima del Real Madrid y un partido menos y doce sobre el Barça. Permanecía invicto y apenas había encajado dos tantos. Pero del recinto blanco salió con la cabeza gacha y el liderato comprometido. Recobró el empuje de inmediato y volvió a abrir gas. Diez puntos tenía de colchón tras ganar en el Ramón de Carranza. Sin embargo, el empate frente al Celta y el doble tropiezo contra el Levante en una semana fatídica le complicaron la vida. Blancos y azulgranas volvieron a meterse en la pomada. Difícil sería que resistiesen otro estirón.

En pos de ese impulso se persona en la cita el Atlético, que tiene las bajas de Giménez, por lesión, y de Héctor Herrera, ausente por motivos personales. Simeone recupera en cambio a Lemar, restablecido del golpe que sufrió frente al Villarreal, y a Carrasco, que arrastraba problemas físicos desde el duelo con el Granada. También contará con Trippier, una vez que el inglés ha cumplimentado su sanción por apuestas. Los tres entran derechos al once, con Correa como socio de Luis Suárez en la delantera y Joan Félix aguardando turno en la grada.

Los colchoneros arrastran, por cierto, una cuenta pendiente con el Real Madrid, el único rival español al que no han conseguido doblegar nunca en el Metropolitano. Una victoria y dos empates son el saldo de los blancos en sus tres visitas al templo rojiblanco. Tampoco es que les fuese mal en sus desplazamientos ligueros al Vicente Calderón en lo que va de siglo, ya que solo sucumbieron allí en la campaña 2014-15, aunque por un estrepitoso 4-0, eso sí.

Además de esos precedentes, el Real Madrid esgrime su buena racha como visitante. No cae a domicilio en Liga desde el 8 de noviembre, cuando patinó en Mestalla con tres penaltis en contra. Desde entonces contabiliza cinco triunfos y tres tablas en las ocho jornadas disputadas lejos del Di Stéfano. Allí ya detuvo en 26 la serie de encuentros consecutivos sin conocer la derrota del Atlético en el campeonato comprendida entre el 1 de febrero de 2020, día en que Benzema resolvió a centro de Mendy el derbi en un Bernabéu abarrotado, y el 12 de diciembre de ese mismo año, cuando el conjunto de Simeone claudicó en el habitual feudo del Castilla, sin aficionados en las gradas, con tantos de Casemiro y Oblak en propia puerta.

Los pupilos de Zidane rinden mejor fuera que dentro de Valdebebas. El Real Madrid es el segundo mejor visitante del torneo con 28 puntos, uno menos que el Atlético, pero enfrente tendrá al equipo más fiable como local. Nueve victorias y dos empates contabilizaba el líder en su casa hasta que el Levante la asaltó en la vigésimo cuarta jornada. La gesta granota adquiere mayor dimensión teniendo en cuenta que la anterior derrota como anfitrión del bloque rojiblanco databa del 1 de diciembre de 2019, frente al Barça.

El vigente campeón de Liga ha tenido más problemas con la enfermería que su oponente en los últimos días. Con Carvajal, Sergio Ramos y Hazard descartados de antemano por sus respectivas dolencias, la atención se focalizó en Benzema, cuya microrrotura en el aductor de la pierna izquierda tuvo profundas consecuencias para el ataque de los blancos. El lionés entró en la lista, pero llega justo. Su presencia, en cualquier caso, desahoga a Zidane, que perdió el jueves a Mariano por una lesión muscular.

El '9' será la punta de lanza de un tridente que tendrá como alas a Rodrygo y Asensio. El paulista, habitual en las grandes citas, le ganó la partida a Vinicius, autor del agónico empate frente a la Real Sociedad.

Quienes esperaban que la Liga se decantase este domingo se llevaron un chasco. El líder tuvo al Real Madrid durante más de una hora al borde del KO definitivo, pero

Astuto de entrada para ganarle la partida de ajedrez a su homólogo marsellés,

Simeone aplicó un par de modificaciones respecto al duelo contra el Villarreal para ubicar a Trippier y Carrasco, sus puñales predilectos, en las bandas, y mantuvo a Joao Félix fuera del bloque inicial, en beneficio de Correa. El propósito era aprovechar el mayor dinamismo del argentino para

La superpoblación de efectivos en la medular y el mayor ímpetu dieron el mando al Atlético, armado en torno a un 4-5-1 cuando atacaba el Real Madrid y muy vertical en la salida. Así descorchó el cuadro de Simeone pronto el pleito, mediante

La superioridad local en el primer asalto fue incontestable. Rebasado táctica y físicamente por su adversario, el Real Madrid apenas replicó con golpeos lejanos. El más peligroso, un violento latigazo de Casemiro desde fuera del área que repelió Oblak con apuros.

La

Avanzó líneas el Real Madrid y empezó a intimidar. Un centro bombeado de Casemiro permitió a Nacho probar a Oblak con un remate de cabeza. A los blancos no les quedaba más remedio que exponerse y

El carrusel de ocasiones animó a los dos técnicos a sacudir el árbol. Dio tregua Simeone a Lemar para introducir a Saúl y después a Joao Félix por el chispeante Carrasco, mientras Zidane alistaba a Valverde y Vinicius por u

Sin tiempo para que se asentasen los relevos, Correa pudo dar la estocada con un remate forzado que no cogió veneno. Configurado ya con cuatro centrocampistas puros, el Real Madrid rozó el empate con un zurriagazo de Valverde al que respondió Oblak de puños y en un disparo cercano de Benzema que se fue fuera.

Para entonces el Atlético había comenzado a gestionar el botín, confiado en su solidez defensiva y con Luis Suárez como un islote arriba.