Álvaro Rodríguez sigue los pasos de Raúl

Con 18 años y 226 días, Álvaro Rodríguez se erigió en el segundo goleador más joven del Real Madrid en un duelo de la máxima rivalidad capitalina por detrás de Raúl, quien, como el delantero nacido en Palamós, anotó igualmente en el primer encuentro que disputó en el Santiago Bernabéu, también con el Atlético como rival, el 5 de noviembre de 1994.

El actual técnico del Castilla contabilizaba entonces 17 años y 131 días, y había debutado en Primera División la semana anterior en la visita de los blancos al estadio de La Romareda, donde desperdició varias ocasiones claras. Pese a ello, Jorge Valdano mantuvo su confianza hacia un joven por el que profesaba una fe enorme y días después el argentino vio recompensada su apuesta con la primera de las 323 dianas que labraron la trayectoria de quien hoy es uno de los mayores mitos del madridismo.

Casi tres décadas después de aquel tanto, Raúl vio cómo el atacante al que pule como una de las mayores joyas que ha alumbrado La Fábrica en mucho tiempo seguía sus pasos dejando al Atlético sin una victoria en el Bernabéu que los rojiblancos acariciaban con la yema de los dedos y ofreciendo un rayo de luz a un equipo que carece desde hace años de un recambio de garantías para Benzema.

Nieto de una fervorosa seguidora del Real Madrid, hijo de un antiguo internacional uruguayo que hizo carrera en Peñarol antes de pasar por el Palamós y admirador de Raúl desde la infancia, Álvaro Rodríguez está quemando etapas a velocidad de vértigo tras incorporarse a la cantera del Real Madrid en 2020. Ingresó en el Juvenil C, pasó la temporada siguiente al Juvenil B y el pasado verano ascendió al Juvenil A, donde apenas pudieron disfrutar de sus prestaciones porque Raúl se quedó prendado de él y lo reclutó enseguida para el Castilla.

Al mítico '7' del Real Madrid le corresponde el mérito de haber reconvertido a la posición de delantero centro a un espigado atacante que se desempeñaba hasta entonces en la banda izquierda. «Era extremo en el Juvenil C. Un día estaba yo viendo al Juvenil B, hubo un centro y le vi rematarlo como hacía tiempo que no veía nadie en la cantera», explicó hace unos días el preparador del Castilla sobre aquella decisión que está siendo determinante en la carrera de su aventajado pupilo.

«Estoy muy feliz de haber conseguido este gol, sobre todo con este equipo, que es el mejor del mundo, y en este estadio que es increíble. Es un sueño que siempre he tenido y por fin se ha cumplido», se congratulaba el sábado Álvaro Rodríguez antes de que Ancelotti confirmase que su intención es integrarle en la primera plantilla a todos los efectos la próxima temporada. «Su calidad la tienen pocos. Su altura es importante, maneja bien el balón, formidable de cabeza... La idea es tenerlo con el primer equipo. Esta temporada puede estar con nosotros y con el Castilla. Lo vamos a manejar bien con Raúl», diseccionó el transalpino.

La irrupción de Álvaro Rodríguez con el Real Madrid ha sido estelar. Tomó la alternativa el 3 de enero relevando a Hazard frente al Cacereño en dieciseisavos de final de la Copa del Rey, despuntó repartiendo dos asistencias ante Osasuna en la vigesimosegunda jornada de Liga -una de ellas a la postre estéril porque el tanto de Vinicius quedó invalidado por fuera de juego en el origen de la acción y otra efectiva para que Asensio sentenciase el choque- y se consagró en el derbi firmando su primera diana en la élite.

Fuerte y poderoso en el salto, Álvaro Rodríguez dota al Real Madrid de un arma en los centros laterales que no tenían los blancos desde la marcha de Cristiano Ronaldo, pero se trata también de un punta asociativo que maneja numerosos registros. «Álvaro tiene esa corpulencia, pero desde el principio le vi muy coordinado para su edad», resaltó su admirado Raúl tras el triunfo del Castilla frente al Linares la semana pasada. Aquel día, el preparador ya era consciente de que pronto el Toro volaría lejos de su nido, pero le dejó un mensaje basado en su propia experiencia. «Ahora Álvaro tiene un reto, todo el mundo habla de él, pero le toca seguir mejorando». Y es que, como bien saben otros canteranos que en su día parecieron aterrizar de pie en el Real Madrid, lo más difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse ella.