Óscar Bellot
Miércoles, 5 de abril 2017, 23:24
James Rodríguez se convirtió en el protagonista negativo de la victoria del Real Madrid frente al Leganés. El colombiano, que regresó al once días después de que Zinedine Zidane le dejase fuera de la convocatoria frente al Alavés y que abrió la cuenta de su ... equipo ante la escuadra 'pepinera', se marchó enfadado cuando el técnico optó por retirarle en el minuto 71 para dar entrada a Isco. El cafetero no hizo nada por ocultar su malestar, marchándose sin saludar a su entrenador y golpeando posteriormente el banquillo visitante pese a los intentos de algunos de sus compañeros como Marcelo por calmarle. Reavivó así el debate sobre la actitud y el compromiso del '10' en su temporada más negra desde que en el verano de 2014 protagonizase un astronómico traspaso motivado por su gran desempeño en el Mundial de Brasil.
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La continuidad del colombiano en el conjunto blanco la próxima campaña se antoja una quimera. Lleva 1.387 minutos repartidos en 25 partidos disputados entre todas las competiciones. Suma en ellos seis goles y doce asistencias. Pero su papel dista mucho del que tuvo en sus dos primeras campañas, sobre todo en la primera, todavía con Carlo Ancelotti en el banquillo, cuando se convirtió en uno de los puntales del conjunto blanco.
Su cabreo empañó ya la victoria del Real Madrid en el Mundialito de Clubes el pasado mes de diciembre. Avisó entonces en zona mixta de que si no disponía de minutos tendría que buscarse la vida en otro equipo. En el vestuario no sentaron bien sus palabras, reprochadas públicamente por Sergio Ramos en su condición de capitán. Hoy no es un día para hablar de asuntos personales. Le apoyo y espero que se quede, pero hoy no era un día para centrarse en otros asuntos, manifestó el sevillano. Estoy feliz en Madrid, pero quiero jugar más. Tengo un punto de amargura por no haber jugado en la final, pero estoy feliz por el título, había proclamado poco antes el capitán de la selección colombiana.
Desde entonces Zidane le ha dado cariño en los dichos pero no tanto en los hechos. Y James ha seguido en la picota por su actitud. También con la selección colombiana, protagonizando hace un par de semanas una comentada peineta en dirección a los periodistas que cubrían la información del combinado cafetero a pocos días de un decisivo partido ante Ecuador. Su feo gesto de este miércoles vuelve a avivar el incendio que amenaza con consumir su periplo en el cuadro de la capital.
"James es un jugador de mucha categoría. Todos han estado a un gran nivel", se limitó a comentar al término del choque Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid. "Los jugadores siempre quieren jugar pero esto son decisiones del míster y hay que entender que esto es así", zanjó al ser interpelado por el gesto del colombiano. "Entiendo a James perfectamente, pero tengo que hacer cambios", manifestó por su parte en zona mixta Zidane, quien en rueda de prensa insistió: "Yo no tengo nada en contra de James. Sale mucho del campo, es verdad". "James es importante, como los demás", agregó.
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Sangre española
El cabreo de James fue la cruz. La cara del Real Madrid la expresaron Morata y Marco Asensio, integrantes junto a Lucas Vázquez de la sangre española que Zidane insufló al ataque blanco en un día en el que no contó con ninguno de los miembros de la BBC. Algo que no ocurría en Liga desde el pasado 11 de diciembre, cuando el cuadro merengue recibió al Deportivo de La Coruña en la jornada 15. Partido aquel en el que Mariano y Sergio Ramos enmendaron el entuerto provocado por el doblete del canterano Joselu. La ausencia de Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema permitió reconfigurar el dibujo, pasando del 4-3-3 a un 4-2-3-1 que dejaba a Morata como estilete arriba, con James comandando las operaciones en la línea que completaban Lucas Vázquez por la derecha y Marco Asensio.
La movilidad del gallego, del balear y, sobre todo, del madrileño, fue capital para la notable primera media hora del líder, que se puso 0-3 en el minuto 22 merced al ánimo de los meritorios. Ya había avisado el ex de la Juventus comenzado apenas el partido con un remate que se marchó fuera por poco. Más suerte tuvo en el 18, ya con el cuadro de Zidane por delante en el marcador gracias al tanto de James cuatro minutos antes, rematando un córner botado por el colombiano y peinado por Nacho antes de que el cuero llegase a la cabeza del punta para besar la malla a renglón seguido. Era su noveno gol de la temporada, el que le igualaba con Benzema pese a que el galo acumula casi 500 minutos más que el español. Cinco minutos después, el 21 se ponía por delante del 9 al recoger un pase de Kovacic. Firmaba así su primer doblete en Liga desde el 17 de mayo de 2014, cuando, en su anterior etapa en la escuadra de Chamartín, participó del 3-1 con que el Madrid de Ancelotti cerró la Liga una semana antes de la final de Lisboa que depararía a los blancos la décima.
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El madrileño, que regresó el pasado verano al equipo en el que se formó tras brillar en la Vecchia Signora, está firmando su campaña más fructífera en el apartado goleador, y aún tuvo ocasión de elevar su cuenta al poco de la reanudación peinando una falta botada por James. El brazo de Mantovani acabó encargándose de introducir el esférico en la meta de Herrerín, negándole así el hat-trick a un futbolista al que se le da bien el conjunto pepinero. Fue el internacional español el encargado de cerrar la goleada al Leganés en la primera vuelta. También le había marcado con el Castilla en Segunda División B. Dos zarpazos como local a los que sumó otros dos este miércoles en Butarque antes de ceder el testigo a otro canterano, Mariano.
Junto a Morata, otro de los destacados fue un Marco Asensio por el que Zidane siente predilección pese a no haberle concedido demasiados minutos desde que el balear finalizó su cesión en el Espanyol. Un total de 588 minutos repartidos en 15 partidos de Liga sumaba el extremo antes de comenzar la jornada, seis como titular y nueve como suplente. Había firmado en ellos tres tantos, el último de los cuales se lo endosó al Eibar a comienzos de marzo. Marcó también otro en Champions ante el Legia de Varsovia en el partido correspondiente a la fase de grupos disputado en el Bernabéu que fue también su primer encuentro en el principal torneo continental, confirmando su don para los estrenos, pues también anotó en la Supercopa y en el primer partido de Liga, ante la Real Sociedad- y otros tres en Copa del Rey, incluyendo el que culminó su espectacular cabalgada frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Un tanto digno de los mejores purasangres. Frente al Leganés, estrenó también su condición de asistente en Liga al entregarle el primero a James tras sortear a un par de contrarios.
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