Centenario con ataque de entrenador

Habrá que valorar si lo dispuesto por Luis Enrique ante el Atlético en el Calderón, con tres centrales (Mathieu junto a Pique y Umtiti) y sin ninguno de sus laterales zurdos naturales en el campo, ha sido un ataque de entrenador o una más de las muchas decisiones que viene tomando especialmente esta campaña. Un año, donde se antoja casi imposible concretar un once inicial y, menos aún, por dónde irán los tiros en sus cambios durante los 90 minutos del choque.

Lo cierto es que el técnico asturiano alcanzaba los 100 partidos en Liga en el banquillo azulgrana en esta cita clave en la actual temporada, y se convierte así en el octavo entrenador en la historia del club en hacerlo. Con una campaña más en Can Barça alcanzaría el Top 5 sólo por detrás de Cruyff, Michels, Rijkaard y Guardiola. Pero se antoja una quimera que Luis Enrique prolongue su relación contractual en las actuales condiciones.

Pero esto es otra historia que tendrá capítulos de sobra. Y lo cierto es que Luis Enrique sigue más vivo que nunca en Liga con el Barça. Celebró sus 100 encuentros ligueros con victoria clave en la lucha por seguir metiendo presión al líder. Ya suma 75 como entrenador azulgrana en Liga (por 14 empates y 11 derrotas en tres campañas). Ganó el Barcelona en el Vicente Calderón donde regresará en unos meses para intentar levantar la Copa del Rey. Es verdad que lo hizo gracias al de casi siempre, o a los de casi siempre. Porque si es cierto que Messi, Pichichi, sigue decidiendo partidos, no lo es menos que Ter Stegen se ha convertido en uno de los pilares de este Barça menos Barça de los últimos años (por aquello de la propuesta futbolística). El alemán está empeñado en ser de los mejores, día sí día también. Lo que habla muy bien de él y menos bien de cómo viene jugando el equipo.

El choque en el feudo rojiblanco no fue una excepción en el marco de la actual temporada. Se sumaron los tres puntos en juego que, ahora, parece ser lo único que importa a estas alturas. Pero los planteamientos iniciales, la forma de jugar, la forma en la que llegan los goles y los movimientos desde el banquillo, alejan a este Barça de su raíz como equipo. Y esto, a la larga, suele tener una única vía de escape.