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Lunes, 19 de septiembre 2016, 16:29
Solo un jugador de los 22 que componen la plantilla del Barcelona (el tercer portero, Jordi Masip) no ha sido ya titular en alguno de los siete partidos oficiales disputados esta temporada al sumar los dos de la Supercopa de España frente al Sevilla, los ... cuatro de Liga ante Betis, Athletic, Alavés y Leganés y el de Liga de Campeones contra el Celtic. 21 ya han jugado de inicio e incluso son 23 si añade a Bravo y Munir, quienes se fueron al Manchester City y al Valencia respectivamente con la temporada oficial comenzada. El dato es la confirmación definitiva de que Luis Enrique ha apostado de forma decidida por unas rotaciones que llegan incluso al tridente.
Pero este miércoles se disputará el Barça-Atlético de Liga, uno de esos partidos en los que jugarán los titulares que tiene en mente en técnico asturiano, se mire como se mire. Entre ellos estará Sergio Busquets, descartado el pasado sábado porque Luis Enrique se atreve a jugar ya sin mediocentro clásico. Pero el centrocampista es indiscutible para el entrenador y también para el club, que el jueves escenificará una renovación hasta 2021, ampliable a 2023, anunciada antes de la Eurocopa, pero todavía no firmada.
Tampoco faltará otro jugador que siempre es noticia, ya sea por temas deportivos o extradeportivos: Neymar. Entre los segundos destaca el hecho de encontrarse en una situación como la de Busquets, con una renovación ya publicitada por todas las partes, pero no consumada con un acto a la altura del brasileño debido a los 108 días que estuvo fuera de Barcelona por las vacaciones, los Juegos Olímpicos y su selección principal. Se le está buscando fecha, pero todo lo que esté relacionado con el futuro del brasileño siempre causa alerta después de que él mismo confesara la pasada semana que mantuvo «negociaciones con varios clubs, entre ellos el PSG» antes de garantizar al Barça que renovaría.
La nueva polémica en este caso es por supuestas provocaciones a los rivales con el balón en los pies tras su reencuentro en Leganés con Bustinza, que ya sufrió la 'lambretta' en el Athletic en aquella final de Copa de 2015. Michael Laudrup, como comentarista televisivo, encendió la llama al acusarle de falta de respeto. Hasta un virtuoso como el exfutbolista danés se enfada más con un jugador retando con el balón, con más o menos deportividad, pero con el esférico en su poder, que con una patada, un agarrón o una agresión. Los arcaicos códigos del fútbol, cada vez más cuestionables.
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