Cuatro meses de ensueño en el Real Madrid

El equipo blanco lleva 11 jornadas seguidas ganando -su última derrota fue ante el Atlético en el Santiago Bernabéu- y ha sumado 33 puntos de una tacada que le han permitido, junto con los pinchazos del Barcelona, llegar a la última jornada con opciones de ser campeón. Y lo ha hecho sin dar sensación de superioridad aplastante porque este Real Madrid de Zidane juega a secuencias, no necesita hacer un partido coral, pero tiene una habilidad pasmosa para sobrevivir en condiciones límite, como demostró ante el Valencia -donde un gol del equipo valencianista en los últimos minutos hubiera dado la Liga al Barcelona-. Pero la principal cualidad del Madrid es que no se rinde. Otro equipo hubiera tirado la toalla en la Liga y se hubiera centrado en la Champions, pero el aura del entrenador francés y ese 'no rendirse' ha provocado que la fe no se haya perdido.

Con mejor o peor juego, sabe que ha llegado a la orilla con opciones de conquistar su primer título, que estaba perdido, y espera que haya un milagro en Granada. "Claro que el Granada puede hacer algo al Barça. Aunque el Granada está salvado, estoy seguro que jugará el partido como debe hacerlo, tendrá ganas de ganar al líder", reconocía con una pícara sonrisa. "Nosotros tenemos que centrarnos en ganar", recordaba, como si quisiera lanzar un aviso a sus chicos de que el milagro nazarí sólo es posible si se gana en Riazor. "Estamos lanzados y queremos llegar hasta el final, pero hace falta que ganemos nosotros también".

    

Lucas, duda en Milán

'Zizou', además de haberle robado la segunda posición a Simeone, parece haberle quitado también aquello del 'partido a partido' y no va a reservar a nadie: «Vamos a ir sólo pensando en este partido, porque tenemos luego quince días para preparar el último partido. Tendremos tiempo para pensar en la final, puede pasar de todo». Ahora tiene la oportunidad de ganar la Liga y no va a pensar en la final de Milán. "Nada de reservar jugadores en Riazor", avisaba el galo tras ganar con más apuros de los esperados al Valencia. El conjunto blanco irá con todo al partido ante el Deportivo con el objetivo de ganar y esperar el milagro en Granada.

Tiempo habrá de dar descanso, de recuperar a los tocados y de pensar en el Atlético. Salvo Lucas Vázquez, que sufrió un esguince de rodilla en el partido ante el Valencia, en Riazor Zidane podrá contar con toda la artillería. "Rotaciones seguro que va a haber", advertía Zidane, pero no decía que ante el Valencia jugó un Madrid sin muchos titulares. Jugadores que estarán seguro en Riazor como Keylor Navas, Carvajal, Sergio Ramos, Modric o Bale, porque pocos dudan de que ante el Deportivo ponga su once de gala, con su innegociable 4-3-3 que tantas alegrías le ha dado.

La historia y los números están en contra del Real Madrid porque el Barcelona nunca perdió una Liga siendo líder tras la penúltima jornada y el Real Madrid nunca la ganó sin llegar líder a la última jornada. Además, las cuatro veces que los dos transatlánticos se jugaron la Liga en el último partido, el conjunto azulgrana siempre salió victorioso (1959-60, 1991-92, 1992-93 y 2009-10).

     

Tenerife y los milagros

Las dos más recordadas fueron en los años 1992 y 1993, cuando visitó Tenerife con todo a favor y acabó 'regalando' las Ligas al eterno rival. En el equipo blanco quieren que se viva una situación similar, pero con el deseo de que la historia les devuelva al menos la mitad de lo que le quitó en aquellas tardes de infausto recuerdo en tierras canarias. En el año 1960, el Barcelona llegaba segundo a la última jornada con los mismos puntos que el Madrid, pero el equipo blanco era líder por la diferencia de goles. El Madrid ganó a Las Palmas por 0-1, pero los azulgrana golearon al Zaragoza (0-5) y se llevaron la Liga con los mismos puntos que los blancos (46) pero con mejor diferencia de goles (+58 de los azulgrana por +56 de los blancos).

La última vez que ambos equipos se jugaron la Liga en la última jornada fue en la campaña 2009-10 y la situación era similar a la de esta temporada, ya que el Barcelona llegaba líder a la última jornada con un punto de ventaja sobre el Real Madrid de Manuel Pellegrini. El equipo blanco necesitaba ganar en Málaga y esperar un pinchazo del Barcelona ante el Valladolid de Javier Clemente, pero no pasó del empate ante el equipo andaluz -que se salvó gracias a ese punto- y el Barça goleó en el Camp Nou a unos pucelanos que terminaron descendiendo.

Los datos, por tanto, están a favor de los azulgrana pero no juegan al fútbol y la presión esta vez está en la caseta del Barcelona, que tras llevar 28 jornadas como líder, sabe que puede perder la Liga cuando ya tiene medio trofeo en sus vitrinas.