El efecto bumerán de Simeone

Todo está a punto para la gran batalla del ejército de Diego Simeone ante la escuadra de Pep Guardiola, aunque el nuevo gesto antideportivo del técnico argentino podría pasarle factura a los colchoneros en España y en Europa, donde la ausencia de fair play y de decoro deportivo no se perdona. Lo ocurrido en la última jugada del primer tiempo ante el Málaga se ha visto en medio mundo. Saque de banda mal efectuado, contragolpe del Málaga, balón lanzado al campo desde la zona del banquillo atlético y expulsión de Simeone por parte de Mateu Lahoz.

El colegiado valenciano le sacó del banquillo en aplicación del artículo 101.2 del Código Disciplinario de la Federación, que establece la expulsión del técnico si cae un segundo balón al campo y no se identifica al lanzador. Y se establece una sanción mínima de tres partidos, lo que obligaría al Cholo a ver desde la grada los tres últimos partidos de su equipo, frente al Rayo y Celta en casa y Levante, fuera.

«Fue el chico que estaba a nuestro lado, pero eso no quita nada. El árbitro tomó la decisión correcta que marca el reglamento. Actuó como debía y echó al entrenador. Poco más que comentar», apuntó Simeone en conferencia de prensa. Quiso pasar de puntillas sobre la acción por si alguna imagen le delataba después.

Alguna toma, ofrecida por Canal Plus Liga, muestra que el Cholo no tira el balón, pero que antes sí se gira para, supuestamente, pedirle al recogepelotas que lo hiciera. Sólo si el vídeo no demuestra que el argentino ordenó cometer tan fea acción y que el esférico lo tiró un recogepelotas para cortar la jugada del Málaga, que siguió por orden del árbitro, Simeone podría librarse de una sanción que recaería en el delegado de campo. Pero el problema para el Atlético es que los trencillas le hayan tomado la matrícula, ya que su equipo lo necesita a pie de campo por su forma de vivir e interpretar cada momento de los partidos.