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COLPISA, P. Ríos
Viernes, 8 de abril 2016, 03:31
El Barça no gana en Anoeta desde 2007, cuando se impuso 0-2 a la Real Sociedad. Desde que el conjunto donostiarra volvió a Primera División en 2010, el equipo azulgrana ha encadenado allí cuatro derrotas y un empate en Liga, además de otra igualada ... en una semifinal de Copa. En San Sebastián han perdido los intratables equipos de Pep Guardiola y Luis Enrique, éste con un 1-0 la pasada temporada que casi acaba con su proyecto. Queda claro que no es el mejor escenario para sacar la calculadora de los esfuerzos físicos y hacer rotaciones.
Si el conjunto azulgrana hubiese ganado el clásico y mantuviera nueve puntos de ventaja sobre el Atlético y 10 por encima del Real Madrid, no habría ninguna duda. A cuatro días de la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones en el Vicente Calderón, se permitiría cualquier riesgo en Liga con tal de asegurar el pase a semifinales de la gran competición europea con los jugadores más frescos. Pero esa bala prevista para Anoeta ya está gastada por culpa del 1-2 del sábado pasado ante el eterno rival. El Atlético ya está a seis puntos y el Madrid, a siete. Y el apretado 2-1 del martes en la Liga de Campeones aconseja a Luis Enrique reservar algún jugador importante ante la Real. Acabar esta jornada con sólo tres puntos de ventaja sobre la escuadra de Simeone y cuatro por encima de la de Zidane sería ya muy preocupante a falta de seis partidos para acabar el campeonato.
El dilema es de una envergadura considerable. Rotar o no rotar, esa es la cuestión. Dos cambios son seguros: el de Bravo por Ter Stegen en la portería porque se alternan en las dos competiciones y la previsible titularidad de Munir en la delantera porque Luis Suárez está sancionado tras ver la quinta amarilla en el clásico. Se intuye que Sergi Roberto jugará de inicio como mediocentro por unas molestias de Busquets y se sabe que Rakitic e Iniesta arrastran pequeños problemas. Pero un centro del campo nuevo con Arda Turan, Sergi Roberto y Rafinha parece una temeridad. En defensa, la baja de los lesionados Mathieu y Aleix Vidal y lo poco que cuentan Bartra y Adriano para Luis Enrique obligan a pensar que seguirán jugando Alves, Piqué, Mascherano y Alba, pero algún día tendrán que descansar. En definitiva, Luis Enrique tiene un quebradero de cabeza considerable.
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