Florentino Pérez revive su 'vía crucis'

«Se necesita un cambio. Mi renuncia es lo mejor para el Real Madrid. Creo que algún jugador está confundido y es por muy culpa; he malcriado a la plantilla», explicó en aquella ocasión Florentino Pérez, devorado por el monstruo que él mismo creó. No dudó cuando se le preguntó si dejaba abierta la puerta para un eventual regreso. «Nunca vuelvo de donde me voy», enfatizó en una sentencia luego incumplida.

El destino suele ser caprichoso y resulta que ahora se dan situaciones similares. Tras asaltar Chamartín por tercera temporada consecutiva, lo nunca visto en la historia, el Atlético dejó a su eterno rival tercero con 54 puntos, a 12 del Barça, una vez acabada la 26ª jornada. Hace una década, Florentino abandonó la nave tras 25 jornadas. Su Madrid sumaba 48 puntos, a 10 del Barcelona.

También hubo dos entrenadores. Aquel curso comenzó con el brasileño Vanderlei Luxemburgo, destituido tras 14 jornadas y reemplazado por Juan Ramón López Caro. El brasileño no conectó bien con el vestuario ni consiguió resultados, igual que Rafa Benítez, y el efecto de su sucesor se apagó pronto porque el traje le quedaba más grande aún que a Zidane. Antes de tener que echar también a López Caro, Florentino optó por la renuncia.

El vestuario era un polvorín. El brasileño Ronaldo Nazario rompía el hielo al denunciar la falta de cariño que siente en el Bernabéu. Raúl, el capitán, le daba un toque a su compañero, y un joven Sergio Ramos avivaba el fuego. A todos se les exigía más compromiso, profesionalidad y lucir el escudo del club con orgullo y gallardía. En aquella plantilla, ya sin Luis Figo, el primer galáctico que se marchó cuando en verano de 2005 fichó por el Inter de Milán, estaban los Roberto Carlos, Beckham, Robinho, Ronaldo, Baptista, Cassano y Zidane.

Cristiano se explica ante la plantilla

Este sábado, quien explotó fue Cristiano Ronaldo. Compareció tras el derbi y disparó a todos menos a sí mismo. «Si todos estuvieran como yo, a lo mejor iríamos los primeros», espetó el astro portugués, cargando de munición a sus detractores. En el entrenamiento de este lunes al voluntario del domingo Cristiano no acudió pero sí once jugadores de la plantilla, las explicaciones del crack de Madeira apenas duraron un minuto.

Les dijo a sus compañeros que no quiso menospreciar a nadie, que no se cree mejor que ninguno, que se refería sólo a una cuestión física y que sus palabas se malinterpretaron. Lo mismo que matizó a las webs de As y Marca la misma noche del sábado. Nadie le exigió una rectificación, ni tampoco una disculpa pública. Y tampoco ningún jugador le dijo a la cara que se sintiera especialmente dolido por sus manifestaciones.

La atmósfera en el Bernabéu también es similar. Entonces, la afición comenzó a girarse hacia el palco buscando la figura de Florentino hasta que se marchó. Ahora, se revive aquella crispación. El presidente ya ha soportado gritos de «¡Florentino dimisión!» en tres ocasiones: en el 0-4 ante el Barça, con pañolada incluida, en el descanso del choque liguero ante el Rayo Vallecano, y tras la batalla perdida frente al ejército del Cholo Simeone.

En cuanto a títulos, los números son casi calcados. En su primera legislatura ganó tres importantes, las dos Ligas y una Champions con Del Bosque de técnico, de 18 posibles, tras gastarse más de 400 millones en fichajes. Y desde su vuelta en la campaña 09-10, ha conquistado cuatro de 18: una Liga, una Champions y dos Copas, tras cerca de 1.000 millones de gasto en fichajes de estrellas.

Ha contratado a nada menos que 11 técnicos en sus dos etapas y en los últimos meses ha protagonizado escenas muy criticadas por los socios como la renovación de Sergio Ramos tras utilizar al Barça para aumentar sus emolumentos, la doble salida de Iker Casillas, el no fichaje de De Gea, la sanción de la FIFA por la contratación de menores, el despido de Rafa Benítez y la pérdida de la Liga en el mes de febrero.

Secuencias similares

En ambas etapas la secuencia de los acontecimientos fue similar. Malos resultados, silbidos, despidos de entrenadores, filtraciones sobre el mal comportamiento de los jugadores y anuncios de revolución a final de curso. Tras culpar a Benítez y nombrar a Zidane, los tiros de la cúpula del club apuntan ahora a la plantilla. Según reveló la Cope, el presidente se ha reunido incluso con el entrenador para darle carta blanca si cree que debe prescindir de pesos pesados.

«En verano habrá muchos cambios, incluido quizá el del entrenador, pero ahora no podemos bajar los brazos porque la temporada no ha terminado», dijo Zidane tras el derbi, duelo en el que señaló a James Rodríguez y a Isco al sustituirles, sabedor de que el público les abuchearía. Por castigo, lesión o frescura física, este miércoles, frente al Levante, podrían entrar de inicio Casemiro, Lucas Vázquez, Kovacic, Jesé y hasta Borja Mayoral.

El técnico francés termina contrato en 2018, cuando también tendría que haber elecciones a la presidencia. Pero todo pende del hilo de la Champions. Se da por hecho que superará a la Roma, tras ganar 0-2 en el Olímpico, pero se exige llegar al menos a semifinales. Y obvio es recordar que Carlo Ancelotti fue despedido pese a conquistar la décima, un error que los pesos pesados del vestuario no le perdonan a Florentino.

Según diversos medios, el máximo dirigente medita adelantar elecciones al verano e igual no presentarse. Los estatutos, reformados por la actual junta directiva, dificultan la presentación de candidatos. Se exige avalar de forma personal cerca de 90 millones, el 15% del presupuesto del club, y 20 años de antigüedad como abonado del Real Madrid.