La pegada tapa la fragilidad defensiva

El larguero también evitó que el Athletic se adelantase en el marcador a la media hora, pero de lo que podía haber sido un 1-2 se pasó rápidamente a un 2-1, gracias a un latigazo de James, cuando peor lo estaban pasando los blancos. Es lo que tiene disponer de tanto talento, clase y puntería para resolver en los momentos comprometidos, porque aunque Aduriz también destila calidad y enormes recursos ofensivos, el máximo goleador del Athletic que nunca ha marcado en el Bernabéu tampoco tuvo suerte en el que fue el choque más difícil al que se ha enfrentado Zidane desde que sustituyó a Rafa Benítez. Los blancos no se asentaron y no se hicieron dueños del encuentro hasta la segunda parte, después de que el Athletic llegase y rematase mucho dentro del área en la primera y provocase continuos nervios de Varane y Sergio Ramos.

Con mayor efectividad ofensiva el Athletic habría tenido posibilidad de dar el golpe en el coliseo blanco, pero igual que el Real Madrid salió triunfante cuando el partido estuvo descosido y no fue capaz de tener el balón, también lo consiguieron los blancos cuando los rojiblancos pegaron un bajón tras el intermedio, el ritmo se pausó y los de Zidane por fin recuperaron y quisieron mandar con la pelota. No está el Madrid para tirar cohetes, porque sigue dejando excesivas dudas cuando no dispone del balón, cuando se parte por el medio y es superado por la agresividad del rival en el centro del campo, pero continúa goleando en su terreno, en esta ocasión, con zarpazos muy oportunos a los leones, al principio y al final del primer tiempo. Mejor imposible para los madridistas, que a los dos minutos y medio ya iban delante con un golazo de control y remate potente de Cristiano, y a los 45 respiraron merced a un sorprendente tanto de un Kroos que había fracasado en la contención pero que no dejó de buscar el tanto en esa jugada realmente decisiva para levantar al Madrid y hundir al Athletic.

Aunque en el Madrid faltaban los lesionado Bale y Marcelo, y también Isco, relegado al banquillo por Kovacic, el Athletic también echaba en falta a Williams, pero sobre el césped estaban dos artilleros llamados a marcar el rumbo de un encuentro que era una verdadera prueba de fuego para Zidane, la primera para el francés que ahora debe encarar la cuesta arriba para seguir soñando con los títulos a los que aspira. Y en el enfrentamiento particular entre Cristiano y Aduriz fue el portugués el que ganó, ya que aunque el crack blanco no hizo mucho más que dos goles, volvió a derribar a una de sus víctimas preferidas, mientras que el delantero guipuzcoano se estrelló contra la madera y también contra Keylor Navas, que tuvo demasiado trabajo por el descontrol de una zaga que tembló cuando Beñat organizó y la puso arriba y cuando los arietes visitantes no encontraban oposición para disparar desde el interior del área.

En el toca y daca a tumba abierta resultó, como era previsible, victorioso el Madrid, porque la pólvora es suya, con un Cristiano que ya ha marcado 16 goles al Athletic en 14 partidos, un James recuperado física y anímicamente después de tantas críticas por sus salidas nocturnas, y un Kroos a quien Modric da mil vueltas en la medular, donde los blancos tardaron muchísimo en hacerse fuertes, pero lo lograron cuando se juntaron y fueron más sacrificados en la segunda parte. Incluso se acabaron entonces las dudas atrás y ni siquiera acusó el Madrid la injusta segunda amarilla a Varane, porque a Cristiano le dio tiempo a firmar un doblete y el segundo del Athletic ya llegó casi al final.