Luis Enrique: los mejores números con menos reconocimiento

«Las cifras no me dicen nada. Está bien, es mejor llegar a cien que a cincuenta, pero los objetivos son los colectivos y queda mucho todavía», afirma Luis Enrique, que no ayuda con su forma de ser a ganar adeptos entre la crítica especializada. No fue a recoger el citado galardón a Zúrich sin motivo justificado, se excede en su actitud defensiva ante los medios de comunicación ante los que no esfuerza ni lo más mínimo en dar una mejor imagen de sí mismo, ya no en público (imposible visto lo visto en un mínimo de 200 ruedas de prensa entre previas y partidos), sino en privado, como han hecho otros entrenadores tirando de contactos internos.

El domingo, en el campo del Levante (0-2), Luis Enrique igualó otro récord en la historia del club, los 28 partidos consecutivos invicto del Barça de Pep Guardiola 2010-11. En ese caso, los parecidos son enormes: 23 victorias y cinco empates en ambos casos, un gol más para el equipo actual (86 a 85), los mismos en contra (14) y una racha idéntica en ese periodo de diez triunfos seguidos. Incluso se intuye un final de la serie calcado: en la 2010-11, el Barça perdió 3-1 ante el Betis en la vuelta de una eliminatoria copera tan decidida en la ida (5-0) que Guardiola reservó a sus mejores jugadores. Y este miércoles el Barça acudirá a Mestalla con un equipo nada habitual porque el 7-0 de la ida en la semifinal de Copa le permite hacer las rotaciones que crea oportunas.

Penalizado

Luis Enrique, que sí tiene el afecto incondicional de los aficionados, se ve penalizado en el análisis de su gestión como entrenador por la existencia de de un tridente como el que forman Messi, Luis Suárez y Neymar, jugadores sobre los que se tiende a resumir la clave de los éxitos de este Barça. Pep Guardiola creó una obra y el asturiano la reinterpretó añadiendo matices propios porque la anterior ya aburría. Y el original siempre se lleva las alabanzas aunque los cambios posteriores casi hagan irreconocible aquel proyecto inicial.

Argumentar que cualquier entrenador extraería el máximo rendimiento al tridente es ciencia ficción. Luis Enrique ha sabido hacerlo, rodeando a los cracks de jugadores polivalentes, con sentido táctico, capaces de apostar por la posesión y el toque, pero también de hacer un fútbol directo. No se valora lo suficiente la evolución del 'tiquitaca' liderada por el de Gijón. Y así seguirá siendo porque a él le da lo mismo y en la próxima comparecencia volverá a tener a la prensa en contra por defender al padre de Neymar en oposición a algunas prácticas periodísticas nocturnas o por contestar con monosílabos a preguntas que él considera inconvenientes. Así es Luis Enrique. Y así será. Con más récords o menos. Con títulos o sin títulos.