Messi, ante el Málaga.
21ª JORNADA

El Barça rectifica a tiempo y salva los muebles en Málaga

Los blaugranas ganan fuera de casa dos meses después gracias a un golazo de Messi

Cristian Reino

Sábado, 23 de enero 2016, 03:43

Un FC Barcelona con dos caras, flojo en la primera parte y más sólido en la segunda, rompió este sábado una mala racha que arrastraba como visitante desde hace dos meses y, con mucho sufrimiento, se impuso 1-2 al Málaga en La Rosaleda.

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El ... cuadro local fue mejor en los primeros 45 minutos, en los que ahogó a los blaugranas, pero Luis Enrique supo hacer los cambios necesarios para que su equipo le diera la vuelta a la tortilla y pudiera llevarse tres puntos muy valiosos, antes del choque de altura del fin de semana que viene ante el Atlético de Madrid, con el liderato en juego. El astuariano acertó sobre todo en cómo contener a los locales y dio la manija a Messi, que cogió las riendas, hizo el pase del primer tanto y anotó el segundo, de medio chilena.

El Barça sufrió, y de lo lindo sobre todo en la primera mitad, a pesar de que el partido se le puso muy de cara bien pronto. El público aún estaba haciendo cola para entrar, cuando Messi, desde el carril del siete lanzó un gran pase sobre Suárez, que cogió la espalda a su par (en posible fuera de juego), ganó la línea de fondo y sirvió en bandeja el tanto a Munir, que solo tuvo que empujarla sobre la línea de gol.

Minuto 1 y el cuadro catalán ya iba por delante. Sin embargo, el gol no hizo el efecto habitual. El Málaga se despertó de golpe y se hizo amo y señor del partido, a base de ponerle un ritmo frenético, que los azulgrana no podían ni acercarse. Los locales volaban a 100 por hora, mientras que los visitantes no conseguían acelerar un trote cansino, que les hacía llegar siempre tarde. La presión del Málaga ahogaba al Barça, que no daba tres pases seguidos, se precipataba en la entrega y no era capaz de salir con orden desde atrás.

Al cuarto de hora, Chory Castro se topó con Bravo y el palo, en lo que fue el primer aviso serio de los malacitanos. A partir de ahí, los albicelestes se creyeron de verdad que podían, aumentaron la presión y la trasladaron especialmente a la creación blaugrana. Primero fueron Busquets y Vermaelen quienes perdieron la pelota en posiciones delicadas, aunque Charles, que simuló penalti, no supo aprovechar; más tarde erró Bravo en la entrega; y luego fue Mascherano, quien se equivocó en la salida. En esta sí, el Málaga pudo sacar petróleo.

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Corría la media hora y Juanpi acertó en la definición. Empate a uno y el Barça, sin ritmo ni control, naufragaba en La Rosaleda. Tropezaba el experimento de Luis Enrique, que apostó por las rotaciones. El buen partido de Munir en San Mamés y su buena racha en la Copa tuvieron premio en forma de sitio en el once titular en La Rosaleda. Neymar se cayó de la expedición y su puesto en el tridente lo ocupó el canterano hispano marroquí. Fue su última oportunidad (y la aprovechó) antes de que el Barça firme algún refuerzo en el mercado invernal.

En cambio, Messi, que fue baja en la ida de la Copa, regresó al equipo, igual que Suárez. El Barça empieza a entrar en la zona caliente de la temporada y Luis Enrique, ante lo que se le viene encima, quiso dar aire a sus piezas. Aleix Vidal volvió a quitar el sitio a Alves, Adriano reemplazó al lesionado Alba y Arda dio descanso a Rakitic. Había no habituales, pero sufrían de lo lindo, porque Camacho y Recio, eran los dueños del centro del campo.

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Tras la reanudación, el Barça dio un paso adelante, como diciendo, ¡señores, así no se puede seguir! Además Messi retrocedió su posición, para dar apoyo al centro del campo, Rakitic aportó músculo y tanto Bravo como los centrales evitaron la salida desde atrás y no dudaron en el balonazo para despejar el peligro. Vermaelen, muy inseguro, dejó su lugar a Mathieu y la zaga blaugrana cogió algo de consistencia. Adriano y Aleix Vidal, mientras, se fueron para arriba y el panorama cambió por completo. En el 51, Iniesta vio la incorporación de Adriano, quien desde el extremo zurdo centró al área y encontró a Messi, que se sacó un conejo de la chistera en forma de chilena acrobática, que acabó en la red de Kameni.

Golazo de Messi, que se echó el equipo a la espalda, cuando más falta le hacía. No solo por el tanto, sino por la claridad que le dio al centro del campo, desde donde cogió la batuta para frenar el ímpetu local. En la segunda parte, la presión malacitana ya no era tan alegre y la medular local ya no tenía el control. Iniesta, Rakitic y Messi trataban de dormir el partido y por momento lo conseguían, aunque el Barça acabó jugando con fuego. Javi Gracia se la jugó con todo (Santa Cruz y Fornals), junto a Charles, y pudo empatar, pero los hombres de Luis Enrique ya no eran los de la primera parte, que regalaban en defensa.

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