El fútbol despide a Manuel Velázquez

En el día de su último adiós, compañeros como Amancio Amaro lloraron la pérdida de este exjugador, al que el alzheimer también le había pasado factura. "Desde hace unos años estábamos tocados por su enfermedad", ha lamentado Amancio, quien ha asegurado que Velázquez era "un jugador muy técnico y muy especial. No era un jugador corriente".

Por su parte, Pirri ha hablado de él como "un hermano" y ha dicho que la "pérdida de Manolo ha sido muy dura. Dentro del terreno de juego era un jugador fantástico, elegante, con buena técnica". Manuel Velázquez militó con la elástica merengue entre los años 1965 y 1977, en su palmarés permanecerán seis Ligas, tres Copas de España y la Sexta Copa de Europa, que ganó el Real Madrid al Partizan de Belgrado.

Su buen hacer en los terrenos de juego le catapultó a ser internacional y disputó diez partidos como jugador de la selección española, el último de ellos contra Rumanía en el que se apuntó un gol para su despedida. Además, de su etapa en el Real Madrid, Manuel Velázquez formó parte del Rayo Vallecano e hizo historia como uno de los mejores jugadores del CD Málaga, equipo al que ascendió a Primera División.

Su etapa como blanquiazul duró dos temporadas y durante los años 1963 y 1965 formó parte de la entidad malacitana. Una lesión de rodilla en 1977 cuando jugaba en Canadá retiró de forma definitiva a Velázquez de los terrenos de juego y el mundo empresarial copó la segunda etapa de su vida.

Recordado por el fútbol como un jugador clave, muchos particulares han querido rendirle hoy homenaje y entre las muchas coronas de flores que se han agolpado en la iglesia del cementerio de Fuengirola ha destacado la enviada por el FC Barcelona.

Madrileño de nacimiento y malagueño de acogida, eligió Fuengirola para pasar el resto de su vida, pero nunca renegó de su pasado madridista, ya que fue el nexo de unión con las 55 peñas del Real Madrid que hay en la provincia de Málaga.