Thomas marca el gol de la victoria.
Jornada 18

El Atlético duerme líder y sueña por cuarto año

El ímpetu de Thomas, que ya fue decisivo en Vallecas, resolvió un duelo en el que la madera fue la protagonista

Rodrigo Errasti Mendiguren

Sábado, 2 de enero 2016, 00:10

El Atlético se acostó como líder de Primera ya que, aunque otra vez sufrió hasta el final, logró superar al Levante para hacer bueno el empate en el derbi catalán. Mostró algo de ansiedad pero sacó el triunfo ante un rival que aferrado a su ... orden, a Mariño y a los palos, incluso amenazó con llevarse los puntos en el segundo acto, cuando los colchoneros se desmelenaron tras encontrarse hasta tres veces con los postes. Esos remates a la madera fueron el ejemplo de que en el Calderón siempre se sufre. Incluso en las buenas. Eso tampoco ha cambiado con Diego Simeone, aunque ahora, normalmente, el resultado final es distinto.

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Hace menos de cuatro años, un 7 de enero de 2012, el argentino asumió un equipo que era décimo con 22 puntos de 48 posibles y estaba más cerca del descenso -cuatro puntos- que de Europa -cinco-. Allí jugaron Juanfran, Godín, Filipe y Gabi, que este sábado buscaban como locos el liderato de la Liga. Seguro que tampoco ellos imaginaban vivir esas alegrías que proporcionaron los títulos, todos menos la Champions League. La vitrinas del club se volvieron a llenar: Copa, Liga y Supercopa en España, a las que sumar la Europa League y la Supercopa europea, y sólo un gol postrero evitó la ansiada orejona en Lisboa.

No sólo los cinco trofeos, sino la sensación de que el Atlético podía enganchar de nuevo, que compitiendo se recuperaba el orgullo y la grandeza perdida. 229 partidos y más de la mitad (145) son victorias, apenas 46 empates y sólo 38 derrotas, basadas en la seguridad defensiva (168 goles en contra) más que en ser un vendabal anotador. El Cholo, con contrato hasta 2020, ha logrado ser un equipo «incómodo» para los grandes pero a veces sufre ante los más humildes. Quizá por eso apostó de inicio por los dos arietes ( Jackson Martínez y Correa) que demostraron mejor ritmo en Vallecas y resolvieron la cita en la recta final. Y conscientes de que la tarea de marcar el primer gol podría complicarse, el Atlético salió decidido a por ello. Saúl avisó ya en el minuto inicial, cómo no, en un córner, y el colombiano soltó un derechazo que sacó de modo fenomenal Mariño. Crecía la tensión en la grada, sobre todo después de un penalti que se tragó Clos de Iván López a Correa. Savic sacó otro grito de la garda, pero le pegó al larguero en otro envío desde la esquina. A la media hora, entre Griezmann, Koke y Jackson no fueron capaces de convertir en gol un contragolpe. Tic-tac, tic-tac... Era un asedio constante, con un Filipe muy activo y disfrutando por fín tras meses de dudas después de su constante suplencia en Londres por el buen hacer de Azpilicueta.

Jackson, sin gol

En la segunda mitad nada cambió. Jackson, aún gafado de cara a gol, casi embocó un centro lateral de Juanfran cuando la grada se acordaba de su técnico. Eso pareció animar a Koke, que golpeó a bote pronto al larguero tras una asistencia con el pecho del colombiano. El ariete, que después se fue silbado, rozaba el gol pero otro buen cabezazo se le fue desviado. Ya con Vietto en el campo, el asedio creció aún más. Un centro-chut del argentino pegó en el larguero y en el córner posterior se creó una melé en el área chica en la que nadie fue capaz de enviar la bola a la red. Aquello se parecía a otras tardes de incertidumbre, y los optimistas tenían frescas las resueltas con éxito al final como ante Rayo o Sporting. Simeone, que hasta coloca los tepes del césped si hace falta, varió el sistema, dejando dos mediocentros y dos bandas veloces (Griezmann y Carrasco) detrás de Jackson y Vietto.

El Levante acertó a sumar pases y tuvo dos claras, pero Juanfran y Savic pusieron dos pies que evitaron el 0-1. Entonces Simeone recordó que Thomas Partey aportó un pase en Vallecas y había marcado ante el Reus. El canterano tuvo fe, regateó por fuerza en la frontal y peleó la bola hasta golpearla con la puntera. Mariño la detuvo pero su brazo la mandó hacia la red al caer. Ese afortunado gol sirve para colocar al Atlético líder y hacer soñar al Calderón, desde donde los creyentes rojiblancos se fueron con la sonrisa en la cara por Santo Thomas. Pese al momento de felicidad, tienen guardado en su memoria que antes de que volviera Cholo, el Atlético era un mar de dudas, venía de ser eliminado en Copa del Rey por un Segunda B y era un club convulso, no sólo en lo deportivo, donde los sueños se tornaban pesadillas.

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