Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles ante la Real Sociedad.
Jornada 17

Cristiano Ronaldo salva la cabeza de Benítez

Entre polémica por dos penaltis regalados, pitos, desidia y aburrimiento, el portugués da la victoria al triste Madrid ante la Real

Amador Gómez

Miércoles, 30 de diciembre 2015, 01:45

A falta de fútbol, compromiso e intensidad y, entre polémica por dos penaltis regalados, pitos, desidia y aburrimiento, tuvo que ser de nuevo Cristiano Ronaldo el que diese la victoria a un Real Madrid en descomposición y salvase el primer 'match ball' de Rafa Benítez, ... a quien ya no soportan futbolistas, dirigentes ni aficionados pero aguantará al menos una jornada más, hasta el partido del domingo contra el Valencia en Mestalla. Ganó el Real Madrid en un choque vital para la continuidad de su entrenador, pero sólo lo pudo hacer, antes de que Lucas Vázquez, como si de un auténtico '9' se tratase, cerrara al final el partido con un gran control y remate, gracias a dos acciones a balón parado.

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La primera fue un penalti inexistente cuando se cumplía la primera mitad y la segunda llegó cuando los blancos estaban recibiendo un baño de parte de una Real que estuvo a punto de hacer estallar el polvorín en el que se convirtió el Bernabéu. Por la crispación con Benítez y sus decisiones, aunque cuando se calmaron las aguas tras el 2-1 que dio la necesaria tranquilidad acertase con el cambio de Lucas Vázquez por Benzema, el mal juego y durante muchísimos minutos la imperdonable apatía de sus futbolistas, y el empate que supuso un golazo de Bruma cuando el Real Madrid decidió prolongar el descanso y salir de nuevo al campo a pasear.

El técnico que está sentenciado y denuncia una campaña antimadridista dio ante la Real otro paso atrás y tiene que agradecer a Cristiano, también silbado por el público cuando mandó a las nubes una primera máxima inventada por caída de Benzema, su permanencia en el banquillo. Aunque para Benítez salvar la cabeza suponga prolongar la agonía, porque este triste Madrid está en proceso degenerativo y Zidane ya está preparado para coger las riendas. Benítez podrá así, con el crédito agotado, continuar al mando de un equipo de nuevo muy gris que juega a ráfagas, se deja dominar por cualquier rival con una actitud displicente, concede demasiadas ocasiones por no sacrificarse en defensa, y sólo cuando se ve con la soga al cuello recurre al orgullo. Así ocurrió ante una Real Sociedad que no mereció tantísimo castigo, porque además de caer pese a querer jugar y ser superior durante los últimos quince minutos de la primera parte y los quince de la segunda, también perdió para toda la temporada al desafortunado Canales, víctima de su tercera lesión grave en la rodilla (rotura de ligamentos), y muy pronto también a su goleador Agirretxe, lesionado en el tobillo.

El Real Madrid sumó un nuevo triunfo entre más pitos y abucheos a Benítez, y también a sus jugadores, que aunque tuvieron una buena primera media hora y gozaron de ocasiones suficientes para llevarse los tres puntos, volvieron a tener un mal día. Por supuesto que pudo ser muchísimo peor para los blancos, seguramente con la consecuencia del despido inmediato de Benítez, si no se hubiese ganado, y también con una afición muy diferente a la que acudió al Bernabéu, que a primera hora de la tarde de un día laborable se plagó de niños en período de vacaciones. Sus seguidores habituales seguramente hubieran reventado el estadio cuando el Madrid, pese a disponer del que se puede considerar su mejor once -excepto sin Sergio Ramos-, pero con sus grandes estrellas apagadísimas, vio cómo la Real empataba el encuentro y pasaba a hacerse dueña del duelo, hasta que Cristiano aseguró el triunfo después de una hora de suplicio, sobresaltos e incluso vergüenza por dos penaltis a favor que no fueron.

Cierto es que si no llega a ser por Rulli, autor de nada menos que tres intervenciones milagrosas en los primeros ocho minutos, el Real Madrid podía haber afrontado un partido muchísimo más cómodo y no habría provocado de nuevo la indignación de su afición, desencantada cada día más con Benítez, incapaz de levantar el ánimo de unos futbolistas que han perdido el espíritu y, cuando no tienen plan ni fútbol, como ocurre ahora, abusan de los patadones en largo esperando a Cristiano, Bale o Benzema. Sin embargo, excepto el que cerró la cuenta tras una contra definida a la perfección por Lucas Vázquez, los dos primeros goles no llegaron en jugada elaborada, porque este Real Madrid crea muy poco fútbol, igual que presiona y repliega poquísimo cuando el contrario recupera. La Real Sociedad de Eusebio, a la que le gusta mucho tocar, creó así, con más sosiego, orden y presencia ofensiva, muchos problemas al Madrid, aunque al final, penaltis involuntarios aparte, suele decidir la calidad, y es lo único de lo que pueden presumir los blancos.

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