El Atlético exhibe solidez y Griezmann ejecuta

Contra el Granada el equipo de Simeone mostró ambición, buen juego y dominio, aunque sin ocasiones muy claras, hasta que se adelantó en el marcador con un gran cabezazo del central uruguayo frente a la pasividad de la defensa local. Con el partido a su favor, sin embargo, el Atlético volvió a ceder terreno al rival y a ser contemplativo, aunque mostró de nuevo mucho sacrificio y su habitual orden en defensa. Con el choque a favor, dejó pasar el Atlético los minutos, hasta que en la recta final, después de arriesgarse a un disgusto, Griezmann sentenció con un zurdazo tras un fantástico pase de Óliver Torres.

Fue la mejor jugada del Atlético en una segunda parte sin brillo pero con eficacia de los rojiblancos, culminada por un extremo francés en racha goleadora, al igual que su equipo continúa sin apenas conceder tantos a los rivales y presume de ser el menos goleado de Europa. Aunque precise de más eficacia en ataque, con su contundencia defensiva Simeone y los suyos pueden continuar soñando como aspirantes al título.

Frente a un Granada inferior, el Atlético cumplió con el resultado, aunque no fue capaz de lograr una victoria más amplia y convincente hasta pasada la hora y cuarto porque Fernando Torres y compañía, salvo Griezmann, tienen el punto de mira averiado. El Niño dispuso de sus oportunidades, pero volvió a estrellarse ante la portería contraria, a la que el Atlético acudió con asiduidad durante la primera mitad, aunque tras el descanso pisó muy poco el campo contrario y permitió demasiadas alegrías a un Granada que se animó al comprobar que se le dejaba jugar y llegar.

Ante su escasa pegada, sólo tras un córner, lanzado por Koke, pudo el Atlético adelantarse a un conjunto que dio una buena imagen ante su afición, aunque los de Simeone no le dejaron casi acercarse a su área. La defensa sigue siendo una de las principales armas de los rojiblancos, que dieron tanto el balón y tanta vida al Granada en la segunda parte que del dominio inicial de los de Simeone y fases de muy buen juego, lideradas por Carrasco, se pasó a otras de cierta superioridad de los de Sandoval en el período definitivo.

Así, con un Granada alegre y un Atlético decepcionante entre el primer y el segundo gol, se fue muriendo el partido, que era lo que pretendían los colchoneros, aunque su complacencia fue tan excesiva que pudo llevarse un golpe inesperado después de haber dejado muy buena impresión durante más de media hora, con Saúl Ñíguez sin desentonar en el medio campo cuando Simeone desea que sea este canterano el que ocupe la plaza del veterano Tiago.

Godín, tras un córner lanzado por Koke, tuvo el detalle de celebrar su gol en el banquillo mostrando una camiseta con el nombre del portugués y fue Griezmann quien permitió que el Atlético descansase y respirase, porque había habido demasiada intranquilidad durante otro encuentro en el que Torres se mostró negado de cara a portería. Y ese es un pesado lastre que arrastra el punta madrileño, aunque el Atlético no lo está pagando porque, de momento, Griezmann es siempre rematador y salvador.