Lucas Pérez celebra su gol.
Jornada 10

Lucas Pérez evita que el Atlético sea líder

La fe del delantero deportivista unida a un error de Giménez igualan un choque que el equipo rojilblanco no logró apuntalar.

Javier Bragado

Viernes, 30 de octubre 2015, 02:58

El duelo entre el Deportivo de La Coruña y el Atlético de Madrid se decidió con tiempo. Sólo el paso de los minutos desniveló un choque con el conjunto local a la defensiva y con el visitante moviéndose con la guardia alta. Se tantearon, ajustaron ... las líneas y suplieron cada posible error con físico para impedir cualquier oportunidad de gol hasta que el acierto de uno de los dos bandos rompió los planes prestablecidos.

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Diego Simeone, que había decidido repetir alineación por vez primera en los últimos 29 partidos, colocó en las bandas al talentoso Koke y al entonado Yanick Carrasco pero la inoperancia de su delantero centro, Jackson Martínez, retrasó cualquier oportunidad de cambiar el resultado en un primer tiempo con pocos acercamientos y un gran despliegue físico. No obstante, durante el primer tiempo el balón fue de manera indiscutible para los colchoneros, especialmente gracias al buen criterio y colocación de Tiago, que se adueñó de los lugares de creación y acomodó a su equipo con la posesión. Curiosamente, fue el portugués el que encontró el gol en un balón suelto en una jugada iniciada por Carrasco, que acabó con un disparo ajustado desde fuera del área.

Alcanzado la teórica dificultad del primer gol con el primer disparo (aunque hubiera pasada media hora de partido), el Atlético decidió resolver cuanto antes. Se animaron con más oportunidades y mayor presencia en el área contraria pero Godín se encontró con el poste al cabecear un saque se esquina y Griezmann tampoco fue capaz de aprovechar el rebote.

En cambio, para la segunda mitad el conjunto de Simeone decidió recuperar su plan de prudencia. El Dépor, obligado por la situación, se adelantó en busca del empate y Víctor Sánchez del Amo probó con varios cambios para acercarse a la desconocida portería de Jan Oblak hasta la hora de partido. Pero fue uno de sus incondicionales, Lucas Pérez, el que encontró oro en una veta inesperada. Giménez contaba con ventaja en un balón a un lado del área cuando el delantero gallego peleó por robarle la pelota, se disparó hacia la portería, burló de nuevo al defensa uruguayo y al guardameta y colocó el balón en la portería sin que Godín pudiera detenerlo.

El golpe de corazón del ariete local supuso el sexto tanto liguero del atacante y al mismo tiempo igualó de una manera difícil de adivinar un duelo que se convirtió en uno completamente distinto para el cuarto de hora final. El Dépor, deshilachado en los comienzos, se transformó con un perfecto ensamblaje de sus retales. El Atlético, que se había acomodado con la ventaja, se vio obligado a pelear por el balón y a volver a tener que levantar la cabeza para mirar a Lux. El balón se aceleró y los futbolistas se precipitaron porque Tiago había perdido fuelle y no había un señor que dominara las tierras. Además, los técnicos habían apostado por puntas veloces adelante y lo mejor que podían hacer para acertar era acelerar. En el desorden se igualaron las cosas y el equipo coruñés pasó a contar con inesperadas ocasiones como el remate desde el borde del área a la cruceta de Fajr, el jugador local que mejor abrió los caminos. Pero al final el Atlético se sintió defraudado porque un error impidió que volviera al liderato provisional mientras que el Deportivo volvió a saborear un punto con más felicidad que en su tres anteriores empates consecutivos.

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