Nolito y Aspas celebran uno de los goles.
5ª jornada

La avalancha céltica arrolla al Barça

Aspas y Nolito sacaron los colores al equipo de Luis Enrique, capaz de fabricar numerosas ocasiones pero un desastre en defensa

Ignacio Tylko

Miércoles, 23 de septiembre 2015, 01:34

Perfecto conocedor del Celta y del empuje de Balaídos, Luis Enrique sabía lo que decía. ¡Vaya si lo conocía! No dejó en las horas previas de alabar a los vigueses y de advertir a sus jugadores de que si decaían en su empuje, intensidad y ... concentración defensiva, les pasarían por encima a 200 km/h. Se quedó corto el técnico gijonés. Ciertamente, este equipo del Toto Berizzo es un torrente de juego, una avalancha. Lo demostró ya con un primer tiempo sublime en el Sánchez Pizjuán y repitió la jugada ante el Barça, errático atrás, roto y desajustado pero capaz de generar numerosas ocasiones y ni mucho menos en su peor versión.

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Presión alta, solidaridad admirable de todos los jugadores -sólo Iago Aspas y en menor medida Nolito liberados del trabajo defensivo- y una rapidez y profundidad con balón que destrozaron a los culés. Si los celestes son capaces de robar arriba, como ocurrió anoche, arman ataques temibles por el desborde, movilidad, visión y llegada de Orellana, Aspas y Nolito, quien demostró por qué le desea el Barça de regreso al Camp Nou. Y qué decir del 'hijo pródigo' gallego, talento puro, una joya en la Ría de Vigo. No se sabe hasta dónde llegará, pero, hoy por hoy el Celta es el equipo más brillante de la Liga. Por algo observa a sus adversarios desde la atalaya clasificatoria.

Con el confuso Piqué de vuelta y el desordenado Mathieu -salvador el curso pasado de los culés en este escenario con un gol en jugada de estrategia-, en lugar de Jordi Alba, baja de última hora por un problema de cervicales, la principal novedad fue ver a Sergi Roberto en el puesto de Rakitic. Una confirmación de la progresión geométrica del canterano, ya sea de medio o como lateral, aunque en Balaídos se vio desbordado. Él iba en furgoneta y los vigueses en avión. Una comparación extensible al resto.

Berizzo no cambió su plan valiente pero sí buscó más equilibrio con el serbio Radoja en el eje del medio del campo. Además del tridente ofensivo, del gran hacer de los centrales en las anticipaciones y lecturas de los pases y de las constantes subidas de los laterales, merece mención especial Daniel Wass y su descubridor, el director deportivo del Celta, Miguel Montes Torrecilla, del que también habló maravillas Luis Enrique. Trabaja, crea, llega y golpea bien el danés, compatriota de Krohn Dehli, al que ya no añoran por Balaídos tanto como imaginaban.

Este Celta extraordinario tiene un problema que el Barça trató de aprovechar sin éxito. Presiona tanto con marcajes casi al hombre, que cuando algún rival supera a su oponente, encuentra muchos metros para generar juego y peligro. En dos acciones calcadas, Messi y Neymar se presentaron cerca de Sergio, que salvó sendos disparos con tranquilidad y destreza y ya anticipó que sería su gran noche. Cumplido el cuarto de hora, empero, los gallegos avasallaron a los catalanes.

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Exquisiteces

En tres minutos, dos goles magníficos que obligaban al Barça a realizar una proeza para remontar. En el primero, Nolito recibió tan solo un centro pasado que tuvo tiempo para pararla, perfilarse, pensar y golpear hacia el palo más lejano. La rozó Ter Stegan pero todo el mérito es del sanluqueño, más exquisito que el langostino de su tierra. ¿Álguien vio a Alves vigilarle? El brasileño, como tantas otras veces a la hora del repliegue, estaba a otra cosa. En el segundo, Piqué se entretuvo en el centro del campo, Nolito le robó la cartera y Aspas corrió con el botín hasta depositarlo en la red. Su toque picado sobre la tímida salida del portero alemán, fue prodigioso.

La segunda parte fue una maravilla, puro espectáculo. Dominó el Barça, que comenzó a fabricar ocasión tras ocasión pero tropezó contra el poste, como Messi, o contra la figura imperial del 'Gato de Catoira, tal y como apodan a este guardameta pontevedrés que ha hecho olvidar a Yoel. Pero regaló unos espacios en defensa que supo aprovechar el Celta con precisión, inteligencia y maestría. Aspas avisó ya antes de hacer el tercero. Una contra de manual, con nula defensa y sombrerito incluido sobre Alves. Fue sintomático ver cómo 'Lucho' retiraba pronto a Sergi Roberto y a Busquets, mientras que Berizzo aguantó hasta el último cuarto de hora para mover sus piezas. Salvo por agotamiento o para frenar el ritmo, no había nada que mover. Neymar descerrajó a los celestes, pero el sueco Guidetti selló la goleada. El empuje de los olívicos arrolló a los barceloneses. Noche de Rianxeira, de júbilo vigués y de reflexión catalana.

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