El último en llegar sobre la bocina

Dos veranos después aterrizaba en el Santiago Bernabéu el actual capitán blanco. Sergio Ramos, con sólo 19 años, llegaba del Sevilla y la entidad madridista abonó su cláusula de rescisión de 27 millones. La operación también se cerró un 31 de agosto, al filo del final del mercado y fue el primer fichaje de un español en la etapa de Florentino Pérez como presidente. Diez años después, el de Camas -autor del gol de la décima- porta el brazalete de capitán y acaba de renovar su contrato hasta 2020 con un salario de 10 millones de euros.

La temporada siguiente, sin Florentino al frente, el entonces mandatario blanco Ramón Calderón, logró la cesión de José Antonio Reyes también al limite del cierre del periódo de fichajes. El sevillano llegó procedente del Arsenal a cambio de Julio Baptista -que jugó de prestado en Londres- y fue el héroe de la Liga de las remontadas, con Fabio Capello en el banquillo. El andaluz marcó dos goles en la última jornada ante el Mallorca, que fueron claves para que los blancos levantaran su trigésimo título doméstico. Reyes solo jugó en el Bernabéu aquella campaña y la siguiente acabó vistiendo los colores del Atlético de Madrid. Más tarde regresó al Sevilla, con el que ha levantado las dos últimas Europa League.

Pasarían varios años para ver en el Madrid otro fichaje al límite del mercado. Fue en el verano de 2012, de nuevo con Florentino al frente y José Mourinho de entrenador. El ghanés Michael Essien llegaba del Chelsea como cedido a minutos de finalizar el plazo. El francés Lass Diarra salió en el mismo instante del club merengue. Solo esa campaña jugó Essien en el Madrid, que como Mou volvió al Chelsea. Aquel verano también aterrizaba en España Luka Modric, aunque la contratación del croata fue unos días antes del cierre del mercado, puso fin a otro largo verano de negociaciones y rumores con el Tottenham inglés.

El verano siguiente de nuevo el Tottenham fue el club que se lo puso difícil a Florentino Pérez. Gareth Bale era el galáctico elegido para redondear el proyecto de Carlo Ancelotti. Aquellos meses recordaron a los del fichaje de Ronaldo en 2002: rumores, portadas, y duras negociaciones con Daniel Levy, -presidente del conjunto inglés- como sucedió el año anterior con Modric. Hubo que esperar de nuevo al último día -el traspaso se hizo oficial el 1 de septiembre- para ver al galés vestido de blanco. La operación se cerró en más de 90 millones, siendo Bale el segundo fichaje más caro de la historia del Real Madrid, solo superado por Cristiano Ronaldo.

La temporada pasada también fue frenética en los despachos de la casa blanca. El 31 de agosto, Florentino cerró la cesión de Chicharito Hernández. El mexicano, procedente del Manchester United, no contó con muchos minutos y Ancelotti solo le utilizó en el tramo final, cuando perdió a varios jugadores como James Rodríguez o Modric por lesión. Chicharito hizo pocos goles pero importantes, como el que clasificó al Madrid para semifinales de la Liga de Campeones, en la vuelta de cuartos ante el Atlético en el Bernabéu. El mexicano volvió al United y se confirmó su salida al Bayer Leverkusen.

Ahora llega De Gea, también un 31 de agosto, y tras otra larga negociación, esta vez con el United (que ya lo puso difícil en su momento con David Beckham) y con Louis van Gaal. Puede que el portero no sea un fichaje no tan deseado por la afición como fueran Ronaldo o Bale, ya que no marca goles, pero va a ocupar un puesto defendido durante años por un tal Iker Casillas. Su participación es decisiva. Y su currículum espectacular. Florentino, no pierde la costumbre de apurar a última hora, un verano más.