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Javier Bragado
Miércoles, 5 de agosto 2015, 17:21
Rafael Benítez está construyendo un acorazado. La identidad del nuevo Real Madrid se fabrica con orden, protección y ningún resquicio que pueda facilitar su derrota. El técnico ha ordenado a sus filas apretarse y guardar bien su portería para evitar que le estrangulen. Por eso ... su prueba en el Allianz Arena sirvió para comprobar las posibilidades de lo que el preparador madrileño ha diseñado. Sin Cristiano Ronaldo, Benzema ni Bale el conjunto español perdió 1-0 en el feudo del Bayern de Múnich, un resultado que en una competición oficial probablemente sería celebrado por encima de su propuesta de juego aunque el conjunto de Josep Guardiola lograra la victoria.
Desde la pizarra el planteamiento del Real Madrid en Múnich sirvió para confirmar las señas de identidad de Benítez. Como en anteriores equipos, el técnico madrileño desea seguridad en defensa sin ofrecer ningún punto débil. Por eso, a la defensa de cuatro hombres por delante del Keylor Navas sirvió como ayuda un centro del campo bien cercano en el espacio con Kroos de ancla pero con dos escoltas como Casemiro y Lucas Vázquez que impidieran que cualquier agujero en el barco iba a ser tapado de manera inmediata.
Recogidos en las situaciones de retaguardia como una piña, los de Benítez apenas tuvieron inconvenientes para cerrar su portería aunque el Bayern se encuentra en un estado de forma con más ritmo y mejor forma física debido a que la Bundesliga será la primera competición europea que empiece antes en el calendario. Para regocijo de los que prefieren vivir los encuentros sin sustos el planteamiento de Benítez para Múnich (y probablemente para el futuro) resultó satisfactorio.
En cambio, para los amantes del ataque las señales que se ofrecen se combinan con la alarma de la falta de alegrías. En los primeros minutos sólo la intención y la clase de Isco removieron un poco el confort del Bayern. El talentoso centrocampista ocupó el puesto de mediapunta que en principio está reservado para Gareth Bale y se empeñó en que se fijaran en él como alternativa. La realidad es que sólo los futbolistas locales que le rodearon y acabaron con sus jugadas individuales le echaron un ojo. Ni siquiera Jesé, delantero único en las filas blancas, pudo acercarse para combinar en busca del área contraria.
Dirección única
Sin motivos para atisbar el juego de ataque de los blancos todo se acomodó a la defensa. En esas condiciones se observaron las características de Keylor Navas, guardameta de reflejos y vivo en el área porque emplea la cabeza para anticiparse a los problemas. Alaba le probó con un lanzamiento lejano en el minuto 11 que el costarricense respondió con un despeje que dejó el balón dentro del área y sin embargo fue Sergio Ramos el que le incomodó porque en un disparo de Thomas Müller el de Camas puso la pierna y el esférico golpeó con el poste.
Para la segunda parte el grupo de Guardiola mantuvo el ritmo al trote pero apuró más a su rival español. Bernat forzó a Daniel Carvajal, Douglas Costa se animó con los regates y sólo la mala colocación del pie de Müller evitó que un despiste merengue terminara en gol. No obstante, el aviso germano recibió la contestación de Benítez.
El preparador envió al césped a James Rodríguez y a Modric y por primera vez el balón pasó más tiempo en los pies de los madridistas. Con los jóvenes Marco Asensio y Mayoral el centro del campo blanco se animó y empezó a discutir con el Bayern.Fue momentáneo. Además, en la búsqueda de opciones el entrenador del Real Madrid plantó al brasileño Danilo en el centro del campo para el final del partido en una solución que le puede permitir abrir hueco a uno de los fichajes del verano y reforzar al mismo tiempo sus filas porque Carvajal se mantuvo en el lateral derecho. Para cerrar la puerta de manera definitiva Keylor Navas voló ante un disparo lejano de Hojbjerg y dio un paso al frente cada vez que los bávaros presionaron.
Sin embargo, el último tornillo del blindaje se soltó a punto de llegar a buen puerto. Un saque de falta desde un lateral de Hojbjerg alcanzó el área pequeña de los blancos sin que ningún defensa ni su portero intervinieran. Lewandowski empujó el balón a gol con Sergio Ramos a su vera. No debió gustar el detalle al entrenador blanco porque supuso una mancha en el impoluto día. Tampoco debió agradar a Keylor navas en una noche con sus habituales exhibiciones de reflejos.
No obstante, Benítez puede sentirse complacido. El equipo blanco sólo ha recibido dos goles en sus partidos de pretemporada y los rivales no han sido precisamente débiles. El Inter de Milán recibió tres goles de los blancos sin colocar ninguno en la red del equipo español, la Roma se repartió porterías vacías con los de Benítez, el Manchester City fue el único que logró celebrar un tanto pero recibió cuatro en contra, el Tottenham no pudo levantar los brazos y encajó dos goles y finalmente el Bayern en su propio estadio se frenó hasta tres minutos del final. En todos los partidos los blancos cambiaron piezas para engrasar su protección y funcionaron. Los síntomas apuntan a grupo sólido y sin alegrías, pero todo a imagen de la habitual filosofía de un nuevo entrenador que ya puede presumir de acorazado.
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