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Rodrigo Errasti Mendiguren
Lunes, 18 de mayo 2015, 19:45
Florentino Pérez disfrutaba de la novena del Real Madrid junto a su hija Cuchi mientras consultaba el móvil para confirmar que el Barcelona había ganado la Liga. Torció el gesto unos segundos pero empezó a aplaudir y disfrutar de los minutos finales, lejos del sufrimiento ... que recordaba las dos últimas finales europeas de basket. Es vox pópuli que al presidente madridista el baloncesto no le gustaba antes de llegar al cargo, pero con el paso de los años se ha ido animando aunque la sección ha sido víctima de un recorte presupuestario de al menos cinco millones de euros. El baloncesto ha supuesto la alegría de la campaña, ya que los títulos de Supercopa de Europa y Mundialito apenas cuentan ahora y pertenecen a 2014.
El fútbol es lo que preocupa al presidente, que tiene dos caminos: hacer caso al vestuario y mantener a Carlo Ancelotti o seguir en solitario con un nuevo entrenador. En caliente, tras el encuentro, dejó claro con su actitud que el tiempo del técnico italiano había terminado. Saludó a algunos jugadores y miembros del cuerpo técnico, pero no a su entrenador y varios de sus futbolistas, que están a muerte con el italiano. Entre ellos Sergio Ramos, Cristiano, Marcelo, Benzema o Kroos.
Superado el disgusto y con el paso del tiempo la cosa ha cambiado. Sus más cercanos le están convenciendo de que mantener al transalpino es la mejor opción. El mandatario quiere contemplar todas las opciones. La primera idea, según ha desvelado Sky Sports, fue tentar a José Mourinho para un posible regreso y el luso rechazó la propuesta porque ahora mismo está «muy comprometido con el Chelsea». El medio inglés, además del no amplificado del portugués, dice que Jurgen Klopp, Rafa Benítez y Julen Lopetegui fueron llamados personalmente por Florentino Pérez para ver quién estaría dispuesto hacerse con el cargo la próxima temporada. Varios de esos entrenadores niegan un contacto directo con el presidente, pero sí saben que han contactado con sus agentes para interesarse por su predisposición. Los dos primeros terminan contrato, el tercero es una opción deseada en el club, al ser considerada como lógica y madridista, algo que también se piensa sobre Míchel. La opción de Zinedine Zidane se ha desvanecido por los resultados del Castilla.
Varios directivos blancos insisten que por jugadores y rendimiento este ciclo no debería terminarse. Asumen que la plantilla necesita un retoque, con nuevos nombre que solapen otros actuales, pero que su director actual es la mejor opción posible para volver a reinar en Europa. Recuerdan que la situación es similar a la de Pablo Laso hace un año. El vitoriano estaba sentenciado como entrenador del grupo de baloncesto tras el mazazo sufrido en la lucha por el título de la Euroliga ante el Maccabi.
La decepción de Pérez fue enorme después de que el presidente estuviese eufórico y convencido de la conquista de la novena Copa de Europa tras arrollar al Barça en las semifinales de la Final Four. Por segundo año consecutivo los blancos se estrellaron en el partido decisivo, y el golpe fue aún más doloroso que cuando se cayó en la final anterior ante el Olympiacos en Londres.
Deslumbrante
Laso quedó entonces exclusivamente a expensas de la resolución de la ACB, en cuya fase regular el Madrid deslumbró con su baloncesto ofensivo y alegre, batió récords de victorias y parecía estar destinado a revalidar la corona tras ganar la Supercopa y la Copa del Rey. La perdió y el club decidió suplirle pese a que tenía contrato, como ahora Ancelotti. Primero no renovó a sus ayudantes (Hugo López y Jota Cuspinera) en una maniobra para forzar la marcha del entrenador, una vez confirmaron que Fotis Katsikaris, exentrenador del Valencia y del Bilbao Basket y al que ya estuvo cerca de fichar el Real Madrid en el 2011, no ejecutó su acuerdo con el Ulker al que había dicho sí tras rechazar al Unics Kazán.
Finalmente, el director deportivo, Alberto Herreros, partidario de que Laso continuase al frente del proyecto, consiguió aceptar determinadas exigencias del presidente y de la mano del máximo responsable de la sección de baloncesto, Juan Carlos Sánchez, permitió que Laso siguiese. Y la apuesta funcionó: llegó la novena en la tercera final Four después de una Liga (2013) y dos Copas (2013 y 2014). Ahora, es posible que haya un cónclave previo para analizar los errores de un equipo que ha llegado fundido al final de campaña por la falta de rotaciones en una plantilla descompensada, y tras adolecer de esa pegada que otras tantas veces ocultó problemas de juego. Lo hizo sobre todo en la espectacular racha de victorias de final de año, completada con el Mundialito, cuando ganar hizo olvidar el vacío que dejó la lesión de Modric.
El grupo está unido, aunque es verdad que la relación con Bale no es fácil. Se considera que el galés va a su aire y no termina de conectar con Cristiano, que tampoco ha mostrado su mejor versión desde que ganó el Balón de Oro y ha parecido demasiado obsesionado con ganar el Pichichi a Messi. Tanto que Pepe le afeó su conducta en Cornellà, donde estaba radiante con su balón tras su enésimo hat-trick, pese a que el equipo había confirmado matemáticamente que sólo podría ser segundo en Liga. A veces llegar a la orilla concede una vida extra. Veremos si Ancelotti, que mandó un mensaje de enhorabuena a los campeones del basket en sus redes sociales, tiene la misma suerte que Laso.
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