Amarga despedida blanca de la Liga

Planteó el partido Sergio González con lo aprendido de la Juventus. El Espanyol estableció cinco defensas para recibir a los madridistas que últimamente se atascan por el centro y han perdido peligro por las bandas y funcionó. El choque se atravesó en el cruce de caminos del medio, el espacio en que los futbolistas pugnaron por conquistar más por voluntad que por calidad. En esa faceta ninguno de los implicados cedió ni venció, por lo que se sucedieron los intercambios de adrenalina, golpes y errores. No obstante, la estrategia se tradujo en un partido de ida y vuelta a buen ritmo en el que sólo el irregular estado de forma de Cristiano Ronaldo y el mal día del renqueante Felipe Caicedo impidieron anotar.

La segunda parte cambió de condiciones porque los futbolistas del Espanyol no lograron mantener el partido a la carrera que se había desarrollado en los primeros minutos. El comienzo sin freno, sin pausa y sin reposo les había dejado sin respiro y la falta de oxígeno en los periquitos se notó en la reanudación. Sostenidos por su mayor calidad los visitantes se apoderaron del balón y buscaron mejor los puntos débiles de los periquitos. Surgió el contragolpe temible del Real Madrid con un robo de Pepe, un pase rápido a Benzema y una asistencia del francés a Cristiano Ronaldo para que el portugués volviera a adelantar a su equipo. A pesar de que al de Madeira se le va más lento y con menor puntería no vigilarle supone un riesgo inncesario.

En ese dominio final que logró el cuadro de Carlo Ancelotti en Cronellà-El Prat sobresalió James, quien mejor ejercita la transición entre defensa y ataque en el Real Madrid. A su lado Bale siguió perdido, Isco sin balones, Benzema en su habitual duermevela y Cristiano en su declive físico. Por eso, en ayuda del colombiano salió Asier Illarramendi al campo para apuntalar la victoria y Chicharito para cargar pólvora, aunque se encontraron con un inesperado tiro en el pie. Después que Keylor Navas colaborara con Daniel Carvajal para evitar un gol de Javi López, el guardameta se confió en un control del balón y su grave error propició el empate de Stuani. Para desgracia del Espanyol la reacción fue inmediata e inesperada. Marcelo se colocó al borde del área, lanzó una pared con Cristiano y en lugar de permanecer en el suelo por una posible falta, el brasileño se levantó trastabillado y convirtió la pelota del portugués en un misil con el gol como destino final. Esta vez no dieron opciones los visitantes para la sorpresa y en otro nuevo contragolpe Chicharito ofreció a Ronaldo el tercer tanto de su equipo. El portugués se animó en su lucha por el pichichi y los goles se sucedieron en el único consuelo de un Real Madrid que ya no puede alcanzar al Barcelona en la Liga. Cristiano era el único que no había bajado los brazos en el vestuario de Chamartín pero sus seis tantos en los últimos ocho partidos sólo le ayudarán para el triunfo individual sobre Messi frente a la decepción colectiva de un equipo que no alcanzó ninguna final y que ni siquiera mantuvo las opciones de ganar la Liga hasta la última jornada.