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P. RÍOS
Jueves, 26 de marzo 2015, 20:05
Sin compromisos con la selección, de la que se retiró tras el Mundial de Brasil, ni entrenamientos con el Barça, que descansa viernes, sábado y domingo, Xavi Hernández aprovecha su tiempo libre para cerrar su definitiva marcha a catar al término de la presente temporada. ... A sus 35 años, pese a tener contrato hasta 2016, en esta ocasión sí está decidido a dejar el club azulgrana en el que ha transcurrido toda su vida deportiva, la profesional y la de formación. Este jueves se ha desplazado a su exótico destino en compañía de su familia, que le acompañará en una aventura que debería quedar rubricada con una firma este fin de semana. Su futuro club, salvo cambio de rumbo, será el Al Sadd, precisamente donde jugaba el ex madridista Raúl, hoy en el Cosmos de Estados Unidos.
Las poderosas razones económicas serán 30 millones de euros, los que cobrará a razón de 10 por cada una de las próximas tres temporadas. Incluso tendría una cuarta opcional con el mismo sueldo. Además, colaborará en la prestigiosa Academia Aspire, que forma desde hace años a los jugadores que defenderían a Catar en el Mundial 2022. Son habituales sus triunfos en los mejores torneos internacionales de fútbol base con numerosos jóvenes africanos nacionalizados, además de una cada vez más nutrida representación de jugadores locales.
Es un proyecto muy ambicioso en el que posiblemente tendrán cabida el padre de Xavi, Joaquim, con amplios conocimientos futbolísticos y carnet de entrenador, así como uno de sus hermanos, Òscar, también ex jugador en equipos de Segunda División B. Xavi aprovechará para sacarse el título de entrenador y tomar una distancia física y temporal con el Barcelona, club al que está llamado a regresar un día para sentarse en el banquillo.
Xavi ya tenía claro que dejaba el Barça el pasado verano, incluso lo anunció a sus íntimos, incluídos contactos periodísticos de diversos medios de comunicación, desde Brasil, con España ya eliminada. Entonces también tenía la oferta de Catar, pero la opción del New York City le seducía más. Sin embargo, a última hora no lo vio claro por asuntos fiscales y lo que dejaba de cobrar en el Barça en su mejor punto contractual, los dos últimos años de contrato.
Luis Enrique ya le había abierto la puerta, pero aceptó que se quedara por su experiencia, eso sí, sin garantizarle minutos y pidiéndole, textualmente: «No me toques los huevos si no te pongo». Efectivamente, el de Terrassa está teniendo un comportamiento ejemplar dentro y fuera del campo pese a su pérdida de protagonismo. Y, ahora sí, perseguido también como Iker Casillas, David Villa o Xabi Alonso por Hacienda a vueltas con los derechos de imagen y con el lastre de un ambicioso negocio familiar truncado por la crisis de los últimos años, Xavi opta por la lógica humana. Era muy romántica la posibilidad de decir adiós al fútbol como barcelonista, pero también sería muy ingenuo renunciar a un contrato tan suculento como el que le ofrecen en Catar.
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