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Ignacio Tylko
Lunes, 23 de marzo 2015, 17:42
Aunque una derrota jamás fortalece, y más en un equipo con la grandeza del campeón de Europa, el Real Madrid sí ofreció en el Camp Nou signos de rehabilitación. Sin duda, completó su mejor partido de 2015 y cayó de forma dignísima, no como ante ... el Valencia, en la vuelta de octavos de final de la Champions frente al Schalke, y no digamos ya en el 4-0 contra el Atlético. La gran duda es saber si la mejoría del enfermo le llegará para luchar hasta el final por el título de Liga, ya que cuatro puntos de desventaja con diez jornadas por delante se antojan una diferencia considerable, y para presentarse el 6 de junio en Berlín en busca de la undécima Champions.
«Se escapan a cuatro puntos pero no son muchos. Se vio un gran Real Madrid y un gran planteamiento por parte de nuestro técnico. La experiencia me dice que todo es posible. Lo principal es mantener la calma y seguir trabajando», subrayó tras el derbi Sergio Ramos. De manera implícita, ensalzó la osadía de Carlo Ancelotti en su plantamiento en contraste con determinadas puestas en escena en tiempos de José Mourinho. Los jugadores regresaron tristes pero convencidos de que, como dijo su técnico, todo es posible. Creen que en esa línea pueden ganar todos los partidos y el Barça pinchar porque es vulnerable.
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Entre las buenas noticias que dejó la derrota en el madridismo emerge la figura de Luka Modric, quien a través de las redes sociales pidió a los aficionados que sigan creyendo en ellos porque se levantarán. Mientras al croata le aguantó el físico, limitado por una reciente lesión de casi cuatro meses, el Real Madrid gobernó el centro del campo. Tocó más, mejor y más rápido que el Barça y ocupó los espacios con gran criterio. Además de correr, robar y pasar fácil, ya dijo Ancelotti que Modric es básico porque se interna, busca el uno contra uno y divide a los rivales.
Pese a algunos desajustes con Pepe y no coger bien las marcas de Mathieu y de Luis Suárez en los goles, también es primordial para el equipo blanco la vuelta de Sergio Ramos. El liderazgo del sevillano es indiscutible y su salida de balón notable, aunque preocupe su tendencia a creerse el káiser Franz Beckenbauer.
Marcelo, tantas veces criticado por no entender que la principal misión de un lateral es defender, rayó en el Camp Nou a la altura de Roberto Carlos. No sólo frenó a Messi, Rakitic y Dani Alves, sino que fue una amenaza constante y se echó el equipo a la espalda.
El mejor Benzema
Karim Benzema, suplente en la primera visita de Ancelotti al Camp Nou con el Real Madrid, estuvo superlativo durante una hora. Bajó a asociarse con los centrocampistas, sacó de su posición a los centrales del Barça, dio pausa al juego, ofreció una asistencia de tacón superlativa a Cristiano y le puso otro balón de oro que el portugués estrelló en el travesaño.
El luso estuvo mejor que en choques precedentes pero aún le falta condición física y seguridad en sí mismo. Mención especial se merece Gareth Bale. El galés se esforzó mucho más en defensa, fue solidario y satisfizo a Ancelotti. Marcó un gol bien anulado por fuera de juego previo de CR7, pero apenas se le vio en ataque. Desapareció en la segunda mitad, como casi todos sus compañeros.
Defendido a ultranza por Florentino Pérez y muy criticado por un sector del madridismo, se trata de un gran jugador pero que, salvo progresión inesperada, nunca llegará a ser el sustituto natural de Cristiano. Le faltan la jerarquía y el carisma del portugués. No está a la altura de los 100 millones que le convirtieron en el traspaso más caro de la historia.
En el debe del Real Madrid también surgen factores determinantes. El primero, el alarmante bajón físico del equipo en la segunda mitad. Sin fuelle, en la última media hora fue apabullado por el Barça. Tras el 2-1, desaparecieron las ideas y llegaron el desorden y la precipitación. Agotados Kroos y Modric, todo el grupo se cayó.
Isco no estuvo a la algura de un partido de esta envergadura y, de nuevo, los cambios no mejoraron el rendimiento del equipo. La diferencia entre titulares y suplentes es abismal. Ni Jesé, ni Lucas Silva, cambiaron la dinámica. Menos relevante la entrada de Varane por el lesionado Pepe.
Casillas, criticado desde dentro
Ancelotti no está cuestionado Florentino Pérez, al menos públicamente, y fue valiente, pero se le acusa de falta de cintura táctica y de no tener más dispuestos a los reservas.Hay un dato demoledor: sólo ha sumado cuatro puntos de 24 posibles en sus ocho partidos ligueros ante Barcelona y Atlético.
Iker Casillas no puede ser señalado como principal culpable de la derrota, pero pudo hacer algo más en el tanto de Luis Suárez. Se quedó a media salida y se venció enseguida. Provocó el enfado de de Villiam Vecchi en el banquillo. Según captaron las cámaras de 13tv, el veterano preparador de porteros le expresó su malestar a Giovanni Mauri, preparador físico del equipo blanco, a quien le hizo unos gestos con la mano con un claro significado: a su juicio, Casillas erró al intentar desviar el disparo del uruguayo con el pie. El debate que no cesa.
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