Ignacio Tylko
Domingo, 8 de marzo 2015, 17:15
¿Ha entrado el Real Madrid en barrena? ¿Está en crisis? ¿Sufre una caída libre? ¿Le ha regalado la Liga al Barcelona, al que visita el 22 de marzo? Preguntas de este tipo se escuchaban en cualquier local a la hora del aperitivo de un ... domingo casi veraniego en la capital. La derrota sufrida en San Mamés, unida al festivo paseo de los culés ante un osado Rayo Vallecano, han generado enorme incertidumbre e indignación entre los seguidores merengues y elevado el tono en las tertulias futboleras.
Publicidad
El argumentario de Carlo Ancelotti, técnico cada vez más criticado por un sector ventajista que añora el mourinhismo, no calma el entorno. Es cierto que el Real Madrid está «confuso arriba», a pesar de contar con la famosa BBC en el frente de ataque, pero los problemas son más de fondo. Los números, como el algodón, no engañan. Este Madrid está a años luz de ese equipo de los récords que se proclamó campeón del mundo de clubes el pasado diciembre. Los primeros meses de 2015 han dejado al eire las carencias de un plantel potente pero bloqueado y en algunos casos, como los de Toni Kroos y Cristiano Ronaldo, asfixiado o tieso. A los jugadores se les ha bajado la persiana y el técnico tampoco ve la luz a la hora de encontrar recursos, dar con la tecla del cambio y mostrar un plan B.
Las dudas invaden a un Real Madrid que, después de 22 victorias seguidas, en los últimos 14 partidos ha sufrido dos empates y cuatro derrotas. Sólo ha marcado un gol, y de penalti, en los dos compromisos ligueros recientes. Y eso que tanto el Villarreal como el Athletic habían jugado entre semana duros compromisos de Europa League y semifinales de Copa del Rey, respectivamente. Urgen los regresos de Sergio Ramos, por su carácter y liderazgo, y de Modric, aunque tras cerca de cuatro meses de baja al croata no se le pueda exigir que responda en plenitud.
«Cabizbajos»
Tras una arenga de Ancelotti a sus pupilos en el mismo vestuario de San Mamés, Isco se confesó: «Las sensaciones son muy negativas. Teníamos la Liga de cara y se ha vuelto a igualar mucho. Ahora estamos cabizbajos, pero mantenemos la confianza de siempre porque dependemos de nosotros. No hay excusa, ni problema fisico, pero tiene razón el míster. Nos falta un poco de frescura arriba para dar el último pase antes y con mas precisión».
Detrás de los males en ataque a los que se refiere Ancelotti se esconde un problema de juego, más que de actitud. Se echa en falta en el centro el talento y despliegue físico de Modric y James. Y los tres de arriba actúan muy poco comprometidos con la elaboración, la asociación y las ayudas defensivas. Se asiste a un desplome técnico, táctico y psicológico en un equipo con tendencia a tirar las primeras partes y a estresarse después, cuando debe remar a contracorriente.
Publicidad
A diferencia de es equipo profundo, que combinaba rápido y volaba en los últimos meses de 2014, a este Madrid no le corre el balón. Lo juegan al pie y la circulación es muy lenta. Hay pocos desmarques y ni siquiera brilla el juego al espacio. Más pelotazos que balones en profundidad. Benzema ya no es ese delantero que baja a recibir y se convierte en una especie de pivote en ataque. Recuerda al francés errático e indolente al que abucheaba el Bernabéu.
Gareth Bale sorprende siempre con alguna genialidad, como ese lanzamiento a la madera con Iraizoz adelantado, pero no mezcla bien con sus compañeros. Suma siete jornadas sin marcar, elabora poco y se niega a defender como un centrocampista. Quizá mejoraría el equipo blanco con un centrocampista más y el galés algún partido en el banquillo, pero Ancelotti quedó preso de sus palabras al asegurar que los tres de arriba jugarían siempre que estuvieran bien.
Publicidad
La impotencia de CR7
Cristiano está desaparecido y sus gestos lo dicen todo. Pura impotencia. No marca diferencias y afea a suplentes como Jesé o Chicharito que tiren a puerta en lugar de pasársela. Las estrellas de más arriba tienen las luces apagadas y en el medio Kroos sufre como nunca. Tiene que jugar 20 metros por detrás de lo habitual y tanto esfuerzo defensivo le provoca un desgaste tremendo y cometer faltas que rozan la expulsión.
Criticado por su mano blanda, la misma que le ha llevado a conquistar tres Champions, como recordó el propio técnico en la previa de San Mamés, Ancelotti se muestra previsible en los cambios. Suele quitar a un medio, y sacar a Jesé para pasar del 4-3-3 al 4-2-4, aún más desequilibrado. El cuerpo le pide utilizar a Khedira pero ahí choca con el club, convencido de que el alemán se marchará en verano. Y volver seguramente al 4-4-2 para ganar en consistencia y jugar con las líneas más juntas. El Athletic le cerró las bandas, gracias al enorme partido del joven Iñaki Williams y del veterano Andoni Iraola, y el Madrid volvió a ser de lo más previsible. Pero nunca se puede dar por muerto a este equipo, y más a sólo un punto del líder y con pie y medio en cuartos de la Champions.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.