El Levante pone la directa para salir del descenso

Tras una primera parte aburrida y con poco fútbol, el segundo acto deparó un partido muy distinto, con goles y emoción, en el que el Levante de nuevo se vio obligado a remontar un tanto en contra, tal y como le sucedió frente al Granada en su último partido jugado en su estadio.

El Levante fue el que llevó el peso del partido en el primer tiempo pero no supo traducirlo en ocasiones claras de gol. Tan solo la sociedad formada en la banda derecha por Morales y Xumetra inquietó a la zaga del conjunto eibarrés, aunque tampoco pasó por grandes apuros.

El equipo vasco, bien armado atrás, también se atrevió a buscar la meta de Mariño. Tan solo dos acciones puntuales de Manu y Lekic obligaron a emplearse a fondo a la defensa local.

Sin gran calidad en el juego pero con mucha intensidad por parte de los jugadores de los dos equipos fueron transcurriendo los minutos hasta alcanzar el descanso.

Salió más entonado el Eibar en la segunda mitad, y en los primeros minutos Saúl Berjón ya dispuso de una doble ocasión para inaugurar el marcador pero se lució Mariño.

Los de Garitano mostraban una mayor ambición y volcaron el juego hacia el área levantinista. Fruto de su mejor juego llegó el gol del Eibar, tras un gran pase desde el costado derecho del lateral Boveda que empalmó Saúl Berjón en acrobática postura para anotar el 0-1 y poner fin a la sequía de goles del Eibar, tras más de un mes sin ver puerta.

El Eibar tuvo por unos minutos contra las cuerdas al Levante, pero el equipo valenciano reaccionó. La entrada al terreno de juego de Nabil El Zhar fue providencial para su equipo. El franco-marroquí revolucionó el partido y en apenas dos minutos el Levante le dio la vuelta al marcador.

El empate llegó tras una gran acción de El Zhar por la izquierda y su centro lo remató a gol de espuela Barral. Apenas un minutos después era Uche el que aprovechaba un balón suelto en el área para culminar una remontada fulminante.

Garitano reaccionó y dio entrada a dos hombres ofensivos como Pioviccari y Arrauabarrena para tratar de evitar la séptima derrota consecutiva. Pese a que su equipo lo intentó lo hizo sin cabeza y sin fútbol ante un Levante cada vez más peligroso a la contra y que tuvo varias opciones de ampliar su renta.