Isco celebra su gol.
JORNADA 23

Isco no acalla las quejas del Bernabéu

El Madrid, rodeado de sombras, y con Cristiano desesperado, también ofrece muy mala imagen ante el Deportivo

Amador Gómez

Sábado, 14 de febrero 2015, 00:59

Entre la resaca de la fiesta, el pobre fútbol del Real Madrid, que muestra preocupantes lagunas, los pitos a Casillas, y también incluso a Cristiano, el golazo, el sacrificio y la clase de Isco sirvieron para abrir el camino a una sufrida victoria ante el ... Deportivo, pero no para olvidar la humillación del Calderón ni para acallar las quejas del Bernabéu. El Real Madrid está en un mal momento y Cristiano, el máximo exponente del bajón, tampoco tiene suerte, pero el equipo de Carlo Ancelotti al menos consiguió salvar un difícil compromiso que estuvo en el aire hasta el tramo final.

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Tampoco el Balón de Oro tan afectado física y anímicamente y tan atacado ahora por los suyos, después de estrellar un trallazo en el larguero y fallar un tanto cantado en boca de gol, pudo aparcar parte de su desesperación al dar a Benzema el pase que sentenció y acabó con las dudas. En el momento preciso, porque el Deportivo amenazaba entonces con provocar un cataclismo ante una afición que hasta el 2-0 temió por el triunfo y estaba empezando a reflejar su nerviosismo con murmullos que presagiaban una bronca de cuidado.

En un Madrid que se encuentra presionado y está rodeado de sombras, en el campo y fuera de él, la victoria ante un más que digno y elogiable Deportivo era obligada, pero al equipo de Carlo Ancelotti le costó demasiado, porque con Cristiano anulado y fastidiado, los blancos ya no son contundentes arriba, ya no contragolpean con esas acciones fulgurantes que antes eran letales, se rompen en el centro del campo, y en defensa, sin Sergio Ramos ni Pepe, siguen dejando agujeros. El Madrid del 4-3-3 en el que el tridente tiene la titularidad garantizada y es bastante menos sólido que el equilibrado 4-4-2, sigue ofreciendo muy mala imagen, con un juego a ráfagas más que gris, y permitiendo demasiadas ocasiones y llegadas al rival. El Deportivo, que quiso jugar y dejó en evidencia al Real Madrid, puso contra las cuerdas a los blancos al comienzo de la segunda parte, cuando, sólo el poste y Casillas evitaron un empate que en esos momentos se mereció el equipo de Víctor Fernández.

Incapaz el Real Madrid de dominar y ejercer su superioridad, en el día del debut del brasileño Lucas Silva, que pasó completamente desapercibido desde que saltó al campo inmediatamente antes del 2-0, los blancos continuaron en su línea de la falta de intensidad, actitud y concentración que lamenta Ancelotti desde que comenzó este año que de momento está teñido de negro para el campeón de Europa. No pinta nada bien este Madrid y, por si le faltaba poco con las bajas y con el estado de un Cristiano tan triste, sin chispa en los pies ni en la cabeza, enfadado con todos y consigo mismo, Marcelo tuvo que abandonar el campo, aunque sólo con un golpe y, afortunadamente para el equipo, cuando el duelo estaba ya casi acabado.

El Madrid, tan alejado del que enamoraba con su fútbol y sus goles antes de cerrar el pasado año, volvió a ofrecer una imagen más que decepcionante, de la que se salvaron muy pocos. Tan sólo Isco, retirado del campo cuando los tres puntos ya estaban asegurados y los aficionados se habían entregado de nuevo a su calidad, reflejada en otro gol espectacular del malagueño; el velocista Bale, que siempre quiso participar y también se estrelló contra el larguero; y Benzema, por el tanto que puso fin a la incertidumbre y el desasosiego del Bernabéu. Muy poco más, porque una asistencia de Cristiano, por mucho que sea la que pueda garantizar el triunfo definitivo, no sirve para que el portugués se aleje de todo lo que le atenaza y provoca desconcierto y pesimismo en el césped y en la grada. Con Cristiano perdido y sin sus goles, la responsabilidad la deben asumir otros, pero cuando el equipo no funciona y se entra en una dinámica negativa, no son demasiados los que tienen posibilidad de resolver, y mucho menos, si son tan pocos los que se entregan y no dejan de intentarlo, como pueden ser Isco y Bale.

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Una semana después del ridículo en el derbi, el Deportivo pudo dar otro golpe al Real Madrid, pero la gran diferencia estuvo en las áreas, porque aunque el Deportivo tuvo que dar al principio gracias por dos disparos blancos al travesaño en tan sólo seis minutos, ofreciendo después nada en ataque, un fogonazo de Isco y una acción aislada culminada por Benzema fueron las que bastaron. Sin olvidar el disparo al palo del prometedor Borges tras el descanso, y un par de intervenciones decisivas de Casillas al comienzo de ambos tiempos después de haber sido silbado desde el primer minuto. Otra vez el portero y capitán con el enemigo en casa.

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