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Amador Gómez
Domingo, 1 de febrero 2015, 20:41
«Yo no sé si jugamos con un 4-2-2 o un 4-3-3». Carlo Ancelotti lo aseguró, entre risas, tras la goleada a la Real Sociedad, después de haber garantizado la víspera que Bale ocuparía la banda izquierda de Cristiano Ronaldo y ... que James se desplazaría a la derecha y actuaría más adelantado e insinuar por tanto que no cambiaría el sistema en el primero de los dos partidos que debió cumplir por sanción el crack portugués. «Intentamos defender cerrados con cuatro en el centro y atacar con el campo más abierto», justificó el técnico italiano después de que el líder se enfrentase al equipo donostiarra con un claro 4-4-2, un dibujo equilibrado que permite al Real Madrid elaborar más y también sufrir menos en defensa.
Cristiano es decisivo, y si falta él se rompe el vertiginoso 4-3-3 y el tridente ofensivo representado por la BBC, pero el Real Madrid gana en creación, dominio, juego y solidez, porque Ancelotti apuesta entonces por cuatro centrocampistas (James, Illarramendi, Kroos e Isco ante la Real) y una pareja de delanteros formada por Bale y Benzema, que sienten que sin el goleador portugués deben asumir más responsabilidad en un frente de ataque en el que destacan las combinaciones, aunque no falte el egoísmo del galés. Entre los líderes de la magia y la asociación se eleva por encima de todos Isco, que aunque es mediapunta continúa creciendo como interior izquierdo y despliega talento, desborde y creación, con asistencia incluida a Benzema en el golazo del francés que coronó la exhibición colectiva blanca y la suya propia.
Este miércoles, en el partido aplazado contra el Sevilla, de nuevo en el Bernabéu, el Real Madrid repetirá con la línea de cuatro en el mediocampo, porque tampoco estará Cristiano, pero cuando regrese el delantero a su posición habitual, el sábado en el derbi del Calderón, Ancelotti, salvo decisión sorprendente, se verá obligado a prescindir de uno de los medios y alinear de nuevo a su tridente goleador. La importante ausencia del lesionado Modric, a quien el Real Madrid echa muy de menos, la ha ido solventando Ancelotti con Isco, Kroos y James y distintas variantes tácticas que aunque no siempre satisfagan respecto al juego, siempre suelen hacerlo en cuanto a resultados, sobre todo ante rivales que no exigen demasiado en lo físico y no muerden en la medular. El sábado, frente a una Real Sociedad que apenas opuso resistencia, el Madrid disfrutó e hizo disfrutar a su afición, sobre todo por una banda izquierda que resultó letal con Marcelo, Isco y también Bale, que aunque falló dos goles casi cantados y volvió a ganarse los pitos del Bernabéu, dio a Benzema la asistencia que sentenció tan desequilibrado duelo.
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