Javier Bragado
Domingo, 18 de enero 2015, 00:13
La realidad deshace prejuicios. Así se explica el desenlace del duelo en el Vicente Calderón entre el Atlético de Madrid y el Granada, puesto que se esperaba un equipo rendido sin competir y un ganador por inercia. De hecho, el Granada rompió la dinámica de ... los colchoneros al vestirse los andaluces con las características de los locales: confianza en cada acción, firmeza en el cruce de caminos y amenazas con jugadas empezadas a balón parado. Con semejante tarjeta de presentación el equipo formado de manera provisional por Joseba Aguado congeló a un adversario enfriado por el ambiente y por el estado del bienestar disfrutado en los últimos días.
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Con paso firme atacó el Granada al corazón atlético. Primero Nyom insistió por la banda derecha, después Moyá se ayudó del larguero para detener un atrevido lanzamiento de falta de Piti y durante la primera media hora cada balón parado exigió la máxima concentración del guardameta balear. En el área contraria las sensaciones tampoco ayudaron a los madrileños puesto que las torres Sissoko y Yuste fortificaron la defensa nazarí en las jugadas de estrategia de Diego Simeone. Enfrentado a un espejo que anticipaba sus movimientos, el conjunto del Cholo encontró la solución en lo inesperado, en una vía en sentido contrario. En un contragolpe que llevó el balón hasta Mandukic y Fernando Torres, el centro del fuenlabreño se dirigió a Godín, quien se encontraba de manera insospechada en la posición más adelantada del ataque atlético. El hombre que mejor encontró la profundidad en el Atlético fue su central y quizás por la propia sorpresa Sissoko le agarró hasta derribarle. Manduzkic anotó con autoridad el penalti y acabó con la duda y la historia de opuestos en el Vicente Calderón.
Desde el gol, los colchoneros recuperaron el juego fluido, su estilo y conservaron la pelota con mayor eficiencia y criterio. Además, el Granada tendió a la rendición después de que su buen trabajo inicial resultara infructuoso por la inesperada respuesta de sus rivales. Disipado el conjunto nazarí, Simeone observó la debilidad y eligió a Griezmann para apuntillar al colista pero no sacó a los suyos de la siesta. El francés destacó por su participación junto al voluntarioso Siqueira y a los detalles de Arda Turan, pero el equipo madrileño se acomodó en la rutina durante todo el segundo tiempo ante un rival sin capacidad para cambiar la situación. Finalmente, el turco propició con un centro el gol con la 'chepa' de Raúl García y la firma del triunfo por medios infrecuentes.
La victoria del Atlético permite sumar tres puntos y mantener el ritmo en Liga a pesar de la perdida de vistosidad. El siguiente encuentro será en la Copa del Rey contra el Barcelona y después disputará un derbi contra el Rayo Vallecano -sin Godín, sancionado por acumulación de tarjetas-. El futuro del Granada se presenta menos excitante. A la espera de nuevo entrenador -Abel Resino y Fernando Vázquez son los favoritos-, el último clasificado de la Primera División cuenta con dos victorias y diez derrotas en la primera vuelta y una trayectoria pesimista a la hora de pensar en la permanencia, salvo que recupere el juego que esgrimió contra el Atlético hasta que encajó el primer tanto.
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