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Rodrigo Errasti Mendiguren
Domingo, 4 de enero 2015, 00:12
El Valencia frenó la racha victoriosa del Real Madrid, que cayó por primera vez en un partido de competición oficial desde septiembre de 2013 ante el Atlético. Tras 22 encuentros consecutivos finalizados con victorias, el Real Madrid fue un equipo alejado de la intensidad necesaria ... para medirse a un Valencia que ha recuperado sus históricas virtudes para competir ante un rival al que hacía seis años no vencía. Con los mismos argumentos que ya había tumbado al campeón de Liga y subcampeón de Europa fue capaz de apagar al Real Madrid, donde no aparecieron sus estrellas pese a que se adelantaron en el marcador de penalti en su primera aproximación. En el primer partido que el Madrid, falto de ideas arriba, se veía obligado a competir en el último mes y medio, sufrió por falta de hábito y pese a sus intentos no tuvo reacción ya que esta vez le faltó pegada.
El duelo fue alta tensión, con un Valencia, valiente, muy intenso, con ganas de dominar y con una presión alta que hizo sufrir a los blancos. Nuno apostó por tres centrales y Barragán-Piatti como carrileros largos, a la altura de Enzo Pérez como único mediocentro con Parejo y Andre Gomes, otra vez el mejor local, como interiores por detrás del doble 9. Funcionó en el inicio. Kroos no apareció pero el entusiasmo inicial no obtuvo premio, porque de modo rápido se frenó su pasión con un penalti. En una jugada lateral Negredo sacó la mano de modo instintivo y Gil Manzano, que permitió a ambos equipos lucir pantalón negro, se fue a los once metros. Cristiano, al que Nuno había definido como una maquina perfecta, no falló el penalti y ya es el máximo goleador histórico blanco lejos de Chamartín.
A partir de ese momento, el equipo de Nuno estuvo excesivamente nervioso con la pelota. A veces fue demasiado directo, aunque Alcácer remató al por encima del larguero en un despeje mordido de Casillas. El árbitro se buscó un problema amonestando a Gayà por acceder al campo cuando todavía estaba el lesionado Piatti cojeando dentro del campo camino de la ducha. La tarjeta fue surrealismo puro y todo porque el árbitro principal y el cuarto no se entendieron. El perjudicado fue el jugador y también el cuerpo arbitral.
CARLO ANCELOTTI
«Al equipo le he visto bien y hemos jugado un buen partido. Hemos tenido muchas oportunidades y no hemos merecido perder. No tengo nada que reprochar al trabajo del equipo, que fue bueno. No hemos concretado las oportunidades. No siempre se puede tener eficacia», declaró con resignación Carlo Ancelotti, que considera que el tropiezo de Mestalla, después de 22 victorias consecutivas, no perjudicará a partir de ahora al Real Madrid. «Antes o después tenía que llegar. Lo hemos hecho muy bien y lo vamos a hacer muy bien después de esta derrota», aseguró el técnico italiano.
«Ha pasado. Tenía que pasar, pero la temporada es muy larga. Seguimos bien posicionados en la Liga y esto no afecta, porque tenemos en mente las cosas que hemos hecho muy bien», insistió Ancelotti, caballeroso con el Valencia, al que de la mano de Nuno ve como «un equipo sólido y con más calidad» que la pasada temporada. «Sabíamos que el Valencia es un equipo fuerte y le doy la enhorabuena, porque ha trabajado mucho», comentó el entrenador blanco.
Ancelotti negó que el parón navideño haya sido un hándicap para que el Madrid no preparase como debía la visita a Mestalla. «Hemos preparado bien el partido y también lo hemos jugado bien», insistió. «En el medio campo han trabajado bien y respecto al nivel físico, el equipo estaba muy bien, sobre todo en la parte final del partido», reconoció. También elogió al colegiado, aunque lamentó tanto juego brusco e interrupciones por parte del Valencia. «El árbitro ha hecho un partido muy, muy bueno, porque no era fácil, en un encuentro con muchas patadas y muchas faltas», apuntó.
Esa acción provocó que se viese un primer tiempo muy bronco y con muy poco fútbol. Una falta tras otra. En pleno lío por la amarilla Bale asistió a Cristiano que remató al lateral de la red tras superar al portero. Estaba tan superado el trencilla, y muy poco ayudado por los jugadores, que James llegó a mostrarle la tarjeta roja al árbitro, que la había perdido, en medio de los aplausos de Mestalla. El colombiano se fajó en defensa con Isco, pero se le agotó la gasolina y ahí comenzaron los problemas.
Rebotes decisivos
Barragán disparó pero pegó en la espalda de Pepe y se fue a córner. En el último segundo, André Gomes disparó y tras rozar en Carvajal la pelota terminó en el poste, en el mismo que salvo al meta de un remate de Neymar en la última final de Copa. Necesitaba el descanso el Valencia para olvidarse del árbitro, centrarse y ponerse a jugar. Al volver del vestuario, otro remate de André Gomes rozó el gol. Casillas otra vez hizo la estatua y esta vez se fue junto al palo pero sin tocarlo. Pero a diferencia de lo sucedido en la primera mitad, un disparo de Barragán llegando desde atrás, aprovechando una galopada de Gayà, que volvió a pegar en Pepe pero esta vez se marchó a la red. El Valencia había arrancado igual de bien que en la primera mitad, y esta vez la fortuna le sonrió.
Otamendi evitó que Bale marcara tras un tremendo error de entendimiento entre Enzo Pérez y Orban al sacar una falta. La pillería de Benzema e Isco permitió un mano a mano ante Alves se durmió permitiendo que el central argentino le sacase la bola por detrás. Fue egoísta, quizá porque no entiende el juego colectivo. Benzema, que la tenía para remachar, siempre opta por asociarse y Bale por la acción individual. El Madrid parecía cansado, lejos de poder sacar adelante otro triunfo. Otamendi se elevó por encima de todos, en especial de Ramos, y como hiciera ante el Atlético rompió la red de un cabezazo. Se desbordó la pasión en Mestalla y el equipo parecía lanzado a por el tercero. André Gomes, quizá en fuera de juego, lo perdonó tras una preciosa acción combinativa.
A veinte del final, Ancelotti tiró de Jesé y Khedira por Jesé y James. El Madrid mutó a un 4-4-2, con Kroos y Khedira por dentro y Jesé, falto de ritmo, con Isco en los costados. Arriba Cristiano y Benzema, luego Chicharito. Nuno esperó ver cómo movía las piezas el italiano, para variar el sistema metiendo a Feghouli por el goleador Barragán. Empezó a recular un poco de modo instintivo y Ramos rozó el empae. En la recta final, como sucediera ante el Barcelona, Alves empezó a coger boletos para convertirse en héroe. Salvó el un cabezazo a bocajarro de Isco, cuyo rechace lo despejó sobre la línea Otamendi, presente en todos los momentos destacados del duelo. Un jugador digno de la historia de su club, que parece tras una victoria de autoridad parece camino de recuperar su ADN: orgullo, no rendirse, levantarse y competir hasta el final. Si lo hace todas las jornadas habrá cuatro candidatos en la lucha por el título.
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