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Javier Bragado
Lunes, 29 de diciembre 2014, 10:01
El corazón de Fernando Torres se rompió el 20 de mayo de 2007. No fue una mujer, pero sí un gran amor. Aquel día el Barcelona venció 0-6 y para sorpresa del delantero una parte de su afición celebró la goleada en contra porque ... el resultado perjudicaba al Real Madrid. «Cuando abandonaba el Calderón, tras el descalabro sufrido, consideré que los clubes que prefieren el mal del adversario a tu propio bien viven muy a la sombra del éxito», recuerda el madrileño en su biografía. Cuatro semanas después, el 'niño' pidió al club rojiblanco que atendiera a una oferta del Liverpool (35 millones de euros) porque consideró que su equipo tardaría más de tres años en alcanzar el mismo nivel que el Barça y eso era demasiado tiempo para su carrera.
Durante sus años lejos del río Manzanares goleó para el Liverpool y para el Chelsea, pero Fernando Torres nunca perdió su cariño por el Atlético de Madrid. «En Madrid nací, crecí y me formé como deportista», recuerda quien accedió al primer equipo con 17 años y se sentó en el banquillo junto a Kiko Narváez, su ídolo de infancia. El ariete vivió el paso a la mayoría de edad en el purgatorio de Segunda División y fue nombrado capitán con sólo 19 años en el regreso atlético a Primera División hasta completar doce años en las filas rojiblancos.
Los colchoneros recuerdan aquellos primeros pasos del joven en el club, cuando más necesitaban un ídolo y surgió un muchacho que anotó 19 goles en su debut en la máxima categoría. Siete años y medio después de la marcha del delantero no es extraño ver a aficionados acudir con la vetusta camiseta rojiblanca del delantero o con la del Liverpool, la elástica con la que maduró y se hizo estrella. Lejos de Madrid aprendió un nuevo estilo en las islas británicas, donde brilló su velocidad y mejoró su puntería. Se doctoró junto a Luis Aragonés en la Eurocopa de 2008, colaboró en la consecución del Mundial de 2010 y se coronó en 2012 como campeón de la Liga de Campeones en las filas del Chelsea y con una magnífica Eurocopa en la que fue máximo goleador y pieza clave de la victoria española.
Casi ocho años después de su marcha regresa Fernando Torres al Vicente Calderón, aunque lo cierto es que el club trató hacerse con sus servicios en verano. Entonces el precio por el traspaso solicitado por el Chelsea pareció excesivo porque el Chelsea trataba de recuperar una parte de los 60 millones de euros que pagó al Liverpool en 2011. Finalmente, el equipo del Manzanares podrá contar con él en los campos desde el 5 de enero (fecha en la que se abre el mercado de fichajes en Italia), por lo que su reestreno podría ser contra el Real Madrid en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey. La operación terminará con el paso de Alessio Cerci (por el que el Atlético pagó 16 millones al Torino este verano) al Milan y la cesión de Torres hasta verano de 2016 al Atlético de Madrid. El dorsal previsto es el '19' y el puesto asignado el de sustituto de Mario Mandzukic.
A algunos costará reconocer al muchacho, quien regresará a casa tiene 30 años, dos hijos, una incipiente cadena de gimnasios y unos cuantos tatuajes. Eso sí, el corazón sigue siendo del mismo color, rojiblanco como el de su abuelo Eulalio. «De pequeño no me hablaba de jugadores y sí de lo que representa portar el escudo. Me recalcaba los valores que arropan a esta institución: trabajo, humildad, sacrificio, resistir ante el vecino coloso, sobreponerse a las adversidades,... ser grande de otra manera. Insistía en que el club representa luchar sin rendirse, con un esfuerzo permanente. Por eso, él y después yo, siempre seremos del Atleti», explicaba Torres. Hoy, el Atlético está dirigido por Diego Simeone, excompañero e icono de esos valores que aprendió el delantero de su familia y del club de sus amores. Por eso, el fuenlabreño ha cumplido con su palabra de que regresaría al club de su corazón -«es un hasta luego», dijo en su despedida-. En 2014 el equipo ha mejorado, es el vigente campeón de Liga y subcampeón de la Liga de Campeones. Por tanto, aquel que se marchó ya cuenta con los requisitos necesarios para unir su corazón y su mente. Se han cumplido todos los requisitos para el regreso del 'niño' pródigo.
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