Con Bale, otro dilema para Ancelotti

«Todo el mundo piensa que Bale es un problema, pero yo creo que es un jugador que puede ayudarnos a ser mejores», asegura el técnico del campeón de Europa, que insiste en que la posible entrada del galés en el once no tendría por qué suponer la suplencia del emergente Isco. Venerado por el Bernabéu, el mediapunta malagueño reconvertido por Ancelotti a interior izquierdo es ahora el exponente máximo, junto a Cristiano, del fantástico momento de un equipo que ya lleva 11 victorias consecutivas -otra marca personal del italiano-, siete de ellas en la Liga, y con 54 goles a favor, 37 de ellos en el campeonato de la regularidad. En esta línea el Madrid acabaría la competición con 140 tantos. Casi la mitad de los logrados en la Liga son del crack portugués, el primer jugador en la historia que marca 17 tantos en las 10 primeras jornadas, aunque él sólo ha necesitado nueve partidos para llegar a esa cifra, ya que se perdió el encuentro de Anoeta.

Sin Bale, Ancelotti ha pasado del 4-3-3 al 4-4-2, lo que ya hizo también con el galés en el once en la final de la Copa de Europa de Lisboa y a partir de la segunda parte de la histórica goleada en Riazor (2-8), y Cristiano ha abandonado la banda izquierda para jugar más centrado en el frente de ataque. Forma ahora pareja en la delantera con otro que atraviesa un momento radiante como goleador y asistente (Benzema) y Cristiano no deja de marcar y romper plusmarcas. El entrenador madridista, beneficiado por una lesión y forzado a recolocar fichar y adaptar posiciones, ha vuelto a dar con la tecla y a encontrar el equilibrio con una medular creativa y solidaria formada por James, Modric, Kroos e Isco, la del talento y la clase. Tan alejada del músculo y la destrucción que representa Khedira, o los experimentos de Pepe (con Mourinho) y Sergio Ramos (con el propio Ancelotti la pasada temporada en el Camp Nou) como mediocentros defensivos.

Lujo y sacrificio

La alineación del Real Madrid, cuyo centro del campo se quedó cojo y presagiaba naufragio sin Xabi Alonso y Di María, ya es reconocible en todas sus líneas, aunque en los próximos partidos quedará trastocada de nuevo por la lesión muscular de Carvajal -estará de baja alrededor de 10 días- y, probablemente, por la incorporación de Bale, que se ha perdido las goleadas ante Levante (0-5), Liverpool (0-3), Barcelona (3-1), Cornellà (1-4) y Granada (0-4). Dado que la pareja Modric-Kroos parece intocable, cuando Bale vuelva al equipo la lógica apunta a que el damnificado sería Isco, porque James, que costó 80 millones, no puede quedarse en el banquillo. Y más, cuando el colombiano también está respondiendo con golazos y sacrificio. Entonces, el galés podría recuperar su puesto de interior derecho y James trasladarse de nuevo a la izquierda del medio campo, a no ser que Ancelotti regrese al 4-3-3 y a la BBC (Bale-Benzema-Cristiano) que tan demoledora fue el curso anterior.

De momento, con el fútbol dominador y de lujo en ataque, y de solidez y sacrificio en defensa, representado en un sistema y un estilo que vuelven a asombrar en Europa, a la espera de retos mayores -caso de rivales que muerden y de rompe y rasga en el medio como el Atlético o el Chelsea, o de innegable poderío, como el Bayern-, el Madrid se exhibe y hace disfrutar. Y con Cristiano con tantos goles como el Sevilla y el Celta, y más que otros 14 equipos de Primera. Otra barbaridad del portugués.