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P. RÍOS
Lunes, 25 de agosto 2014, 20:26
Corren tiempos de fusión. Pasa en la música, en la gastronomía y también en el fútbol. Cuando algo corre el peligro de convertirse en repetitivo e incluso aburrido, nada como la mezcla para darle una vuelta con la que sorprender de nuevo. Así se entiende ... que la sensación del nuevo Barça, el único jugador que compitió en protagonismo con un Messi estelar, fue un madrileño de 18 años que se sale tanto del perfil futbolístico habitual de canterano del Barça que incluso se parece a un madridista ilustre: zurdo, descarado, listo, vertical, rápido en el desmarque, con poco regate pero de disparo fácil, delgado, de rostro afilado... Sí, hasta en el Camp Nou se comenta, aunque muchos barcelonistas preferirían no escucharlo. Munir El Haddadi es un Raúl González Blanco vestido de azulgrana.
Su apellido no engaña. Su padre es marroquí y su madre de Melilla, aunque él ya nació y creció en lalocalidad madrileña de El Escorial. Ya es internacional en las categorías inferiores de la selección española. El 1 de septiembre cumplirá 19 años, los tres últimos viviendo en La Masia del FC Barcelona por que sus ojeadores estuvieron más vivos que el Real Madrid para apostar por su talento. Peor fue el caso del Atlético, que incluso lo tuvo en sus filas después de que destacara en el Galapagar y en el Santana -fútbol modesto de barrio, los trucos de la calle, como Raúl-. El club colchonero,sin embargo, lo cedió al Cadete A del Rayo Majadahonda, donde explotó con 32 goles en 29 partidos. Entonces todo fueron prisas para muchos clubs, pero el Barça se había adelantado. Dicen que de pequeño se entrenaba de azulgrana. Seguro que influyó para su decisión.
Su irrupción fue progresiva. Sin una técnica depuradísima, sin un físico impactante, sin un carisma arrollador... Jugó dos años en el Juvenil B a buen nivel, pero no tanto como para ascender al Juvenil A con la antelación de otros contemporáneos suyos. Simplemente, escuchaba, observaba y aprendía. Y núnca perdió el tiempo. Cuando llegó al Juvenil A impresionó por su progresión imparable que le llevó a maravillar en la UEFA Youth League, cuya final resolvió con un gol antológico desde su propio campo. Y acabó el curso pasado marcando cuatro goles en el Barça B de Eusebio en Segunda División.
Luis Enrique se enamoró de sus movimientos, de su disciplina y de su sacrificio durante los entrenamientos de pretemporada. El técnico iba madurando la posibilidad de que jugara en la primera jornada y al final se abrió la puerta por la lesión de Neymar y la gastroenteritis de Pedro. Y Munir, como Raúl en su día, no es de los que desaprovecha las ocasiones: un poste, un golazo y una declaración de principios en su cuenta de Twitter que seguro que ha contentado a su técnico. «Soy muy feliz con el momento que estoy viviendo, sin olvidar que soy jugador del filial». Así llegará lejos, aunque su cláusula de rescisión, de sólo 12 millones de euros, obliga al club azulgrana a hacerle un contrato en condiciones.
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