Un genial Aubameyang agua la fiesta en Mestalla

Como el resto, el punta sueña con repetir frente al Arsenal, cuyo estilo de juego les «beneficia», el buen hacer de los de Marcelino García Toral en sus partidos de la segunda competición continental con el objetivo de «no rendirse jamás» y alcanzar la final de Bakú. Lección aprendida en unos octavos de final de infarto, en los que se impuso, con un gol de Gonçalo Guedes en el tiempo de descuento, al Krasnodar ruso.

«Tenemos que ser intensos y colectivos en defensa y jugar nuestras bazas de ataque, donde debemos tener atrevimiento, alegría e intensidad», demandó este miércoles el técnico del Valencia, que apeló también al equilibrio para evitar zarpazos del Arsenal que cierren definitivamente la eliminatoria. «Necesitamos atacar pero tener un buen balance defensivo. Vamos a atacar, tenemos que atacar y en cada opción tenemos que buscar la portería cada vez que tengamos el balón», precisó sobre el modo en que sus pupilos deben afrontar el choque. Un duelo que encaran con convicción, recordando lo sucedido en el cruce copero ante el Getafe, cuando recibieron al conjunto azulón en Mestalla con la necesidad de remontar el 1-0 de la ida y lograron sobreponerse a un tempranero gol de Jorge Molina para acabar certificando el pase a semifinales sobre la bocina. «El equipo no se descompuso y trabajó hasta el final y veo al equipo igual de convencido y ambicioso que el día del Getafe», subrayó el preparador asturiano.

Sería el primer paso para poner el colofón al curso del centenario che. Aunque como ya ocurriera en el Emirates Stadium, los de Unai Emery, que regresa a la que fue su casa durante cuatro temporadas, no lo pondrán fácil. Menos aún tras la oportunidad perdida el pasado fin de semana en la Premier League con el empate ante el Brighton (1-1), que les deja sin prácticamente posibilidades de alcanzar la Liga de Campeones por esa vía. Ahora, la única opción real será levantar la Liga Europa.

Con esa ilusión llegan los 'gunners', que volverán a formar con el dúo de atacantes que anotó los tres tantos, Pierre Emerick Aubameyang y Alexandre Lacazzete, y que tantos problemas creó en el encuentro de ida. Prácticamente lo único destacable del conjunto inglés, que durante muchos minutos fue un juguete en manos del equipo valencianista.

No supo, sin embargo, aprovechar la ventaja tras un inicio dubitativo de los locales ni el gol de Mouctar Diakhaby en un choque en el que llamó poderosamente la atención el planteamiento defensivo de Marcelino. Sin Geoffrey Kondogbia –baja por lesión-, el técnico podrá contar en Mestalla con Francis Coquelin –sancionado en el partido de ida- para enfrentarse al club del que es canterano. El futbolista francés se antoja como una de las claves para evitar los graves errores cometidos en el Emirates y confirmar el buen papel mostrado en la goleada de Huesca.

El camino, así como la fe que se mantiene en Valencia, parecen las correctas. Y los aficionados arroparán al equipo para volver a creer en una remontada que bien valga una final.

La pesadilla parecía repetirse de nuevo. En Mestalla, donde la ilusión se había desbordado estos últimos días, el ataque del Arsenal volvió a destrozar a un Valencia que fue claramente de más a menos. Fue incapaz el cuadro che de mantener el buen nivel inicial, gol de Gameiro incluido -anotó por partida doble- y volvió a caer derrotado ante los de Unai Emery, que lucharán por alzarse con la segunda competición continental. Aubameyang, con un triplete y una clase magistral de fútbol, y Lacazette, que sumó un tanto, fueron la peor noticia para los de Marcelino, que se despiden de la Liga Europa en unas semifinales que saben a poco.

Se había conjurado el Valencia para hacer de Mestalla una auténtica fortaleza. En el club ché la esperanza por alcanzar la final de Bakú era enorme, transmitida durante la semana a los aficionados, que arroparon desde el inicio a sus futbolistas en unas gradas que mostraron fe ciega en su equipo. El estadio creía y el ambiente en las gradas, inundadas por banderines blancos, era ensordecedor. Lo tenían claro, tal y como rezaba una gran pancarta: «Eternas nuestras ganas de ganar. Queremos dos finales».

Con su presencia en la de Copa certificada hace tiempo, los de Marcelino salieron con todo para lograr uno de los grandes deseos de este centenario. Fue, como ya ocurriera en el Emirates, el costado defendido por Maitland-Niles el más castigado ante las facilidades ofrecidas por el jugador inglés. Tras dos opciones en las que Gayà fue protagonista, llegaba el delirio valencianista en una bonita jugada trenzada entre Guedes, Rodrigo y Gameiro, que el punta galo enviaba a la red para desesperación de Emery y los suyos. Solo 11 minutos habían transcurrido en un partido que era un monólogo del Valencia y en el que el hispano-brasileño pudo hacer el segundo en un disparo que sacó Gameiro cuando el estadio ya cantaba la remontada.

Un espejismo, una vez más, para el Valencia. Poco tardaría en aparecer la dupla atacante del Arsenal, que apenas se había acercado hasta ese momento al área de Neto. El gol de Aubameyang, precedido de un balón largo de Cech y tras un buen disparo desde fuera del área, volvía a poner cuesta arriba la clasificación, haciendo desaparecer el ímpetu mostrado por los locales desde el inicio. Lo siguieron intentando, aunque sin demasiada fortuna. Más cerca estuvo Lacazette cuando se aproximaba el descanso con un disparo que pegó en el palo y que hubiera sido la sentencia para el conjunto español. Era el primer aviso del punta, que parecía estar cargando la munición. No perdonaría en la siguiente oportunidad, después de una serie de errores defensivos del Valencia, con una genial maniobra, volviendo a demostrar el porqué es uno de los delanteros más codiciados del momento.

La desolación era palpable en Mestalla, que poco a poco comenzaba a despedir la ilusión de alzarse con uno de los tronos continentales. Ni siquiera el 2-2 provisional marcado por Gameiro prácticamente de rebote logró espolear a los de Marcelino en la recta final, donde volverían a mostrar parte de sus fragilidades en un balón centrado por Maitland-Niles en el que Aubameyang se adelantaba a todos para poner nuevamente en ventaja al Arsenal. Era el golpe definitivo para un Valencia que todavía encajaría otro tanto del gabonés, para firmar su triplete, cuando el partido llegaba a su conclusión. Calcado a lo vivido en el Emirates, aunque en esta ocasión con tangana final. El Valencia dice adiós a la Liga Europa, competición en la que tantas esperanzas se habían depositado. Lo hace de la peor forma posible: perdiendo los dos partidos de semifinales y demostrando un bajo nivel de concentración defensiva.