El Sevilla tira de eficacia para golear a un flojo Standard

Para los de Nervión no será fácil, toda vez que vienen de dos derrotas ligueras consecutivas en las que además el famoso VAR no les ha ayudado demasiado a impartir justicia. En la Europa League no habrá este año videoarbitraje y de ahí que el entrenador Pablo Machín espera que sólo se hable de fútbol. «Confío en nosotros y también en nuestras posibilidades, porque tenemos que ser los favoritos en cada encuentro que disputemos», aseveró el técnico soriano, al que no le preocupan los malos resultados ni el juego pobre desplegado por sus hombres en determinadas fases de los choques. «Mi sistema no es negociable, porque me ha ido muy bien hasta ahora y los jugadores también creen que es posible sacarle más rendimientos. Ahora sólo podemos tener paciencia y saber que los resultados llegarán», afirmó Machín con rotundidad ante las críticas que arreciaron el fin de semana.

Uno de sus hombres clave en ese sistema que plantea el exentrenador del Girona y que ha ido de menos a más es Sarabia. Para el madrileño el encuentro contra los belgas es una oportunidad de dar un paso hacia delante de la toda la plantilla, dispuesta a enmendar un inicio de campaña con demasiados altibajos. «Sabemos de la importancia de este duelo para la afición, que se merece recibir una pequeña alegría tras las derrotas en el derbi y la última en casa», confirmó el extremo, que estuvo cerca de marcharse este verano por su gran pretemporada, aunque su rendimiento ha bajado enteros en las últimas semanas, quizá debido a la falta de descanso, como también le ha pasado a otros compañeros, otra de las críticas lanzadas hacia el técnico de los hispalenses.

Ante el Standard, que también ha sufrido varios varapalos en su competición doméstica, se verá si el toque de atención a la plantilla que fue silbada por parte de la afición en el duelo frente al Getafe, con algunos jugadores señalados, sirve de acicate para un equipo que tiene en la Europa League una oportunidad de seguir poniendo muecas en la historia sevillista.

Goleó el Sevilla al Standard de Lieja en un partido en el que los hispalenses perdieron a su cuarto hombre de la temporada por una lesión grave, el tercero por una luxación. En este caso fue Amadou al que se le salió el codo, como a Escudero hace tres semanas, en una acción fortuita y con mucha mala suerte para el jugador sevillista. El francés se une a una cada vez más larga lista de bajas. Todo ello ocurrió dentro de un contexto donde se presentaba en su competición fetiche el Sevilla y el estreno era ante su público, una afición que venía de abuchear al equipo en el último encuentro liguero. Buscaba el aficionado sevillista que los jugadores y el entrenador dieran una imagen distinta a la ofrecida frente al Getafe para dar esperanzas en la búsqueda de la sexta Europa League.

Frente al Standard, Pablo Machín hizo rotaciones. Dio galones al viejo capitán de la nave, Carriço, y por vez primera desde que comenzara septiembre colocó en punta del ataque a Ben Yedder, un hombre que estuvo cerca de salir en verano y si no lo hizo fue porque en los últimos días de mercado no cuajó la opción del fichaje de Portu desde Girona. En este cúmulo de cambios y variaciones, el partido ante los belgas se desarrolló por la vía de la parsimonia, sobre todo afectado por el calor en la capital de Andalucía a la hora del encuentro. No parece que las siete de la tarde en una ciudad que alcanzó este jueves los 35 grados sea de las mejores condiciones para disputar un choque de manera profesional.

Empezaron marcando los locales gracias a un tanto de falta de Banega, de los mejores de los suyos. Duró poco la alegría por la lesión de Amadou, que se marchó entre lágrimas y ese momento de 'impasse' fue aprovechado por el equipo centroeuropeo para poner las tablas mediante una de sus estrellas emergentes, Djenepo, joven valor representado por un viejo conocido por la hinchada sevillana, Kanouté. Por fortuna, el empate en esta ocasión no hizo mella en el espíritu nervionense y al minuto Vázquez se sacó un zurdazo impresionante para volver a adelantar a sus compañeros antes del descanso.

A la vuelta de los vestuarios fue Ben Yedder el que amplió las distancias. En un partido un tanto extraño, donde los sevillistas no fueron precisamente mucho mejores que sus rivales, el pentacampeón europeo supo salir airoso de sus problemas de lesiones y mala suerte para comenzar con buen pie su andadura en la fase de grupos. El marcador lo redondearon los dos mejores de los rojiblancos. Ben Yedder y Banega hicieron doblete. El primero demostró que debe ser la referencia en el ataque y el segundo lo hizo desde los once metros como capitán general que es del equipo. Con la goleada atada, los cambios para dar descanso a jugadores clave por parte de Machín menguaron la calidad del choque en el tramo final, pero sirvieron de fiesta para una afición que ahora vive pensando en la Liga.