El Sevilla reacciona a tiempo y encuentra consuelo en la Europa League

Los focos apuntan al técnico Jorge Sampaoli, que prefiere no escuchar «las especulaciones mediáticas» sobre su futuro en el banquillo, centrarse en la «realidad» que vive y conseguir que su equipo juegue «con energía y libertad».

«Estoy igual ahora que cuando ganábamos tantos partidos y la dinámica había evolucionado», afirma el de Casilda, que apela a la unión para «suplir desde el funcionamiento colectivo algunas ausencias». «Yo vine a una tarea y hasta el último momento me dejaré la piel por esto», recaló el argentino. Recordó que le llamaron para «reemplazar a un muy buen entrenador (Julen Lopetegui), de los mejores de la historia del club, que estaba en una posición muy baja en la tabla y se tuvo que ir». A Sampaoli no le afectan el ruido exterior ni, según dice, la situación institucional del club y los accionistas. Prioriza lo deportivo y no esconde que las dos últimas derrotas ante Osasuna y Atlético le han generado «incomodidad», pero también «responsabilidad para darle a los jugadores más seguridades para salir de este momento».

El todavía técnico sevillista recordó que ya han eliminado en la Liga Europa «a un candidato como el PSV» y que ahora deberán «intentar ser competitivos más allá de las dificultades, que son reales y que hay que solucionar», ante un Fenerbahce al que ve «también muy bien». Hace quince años, este equipo, segundo ahora en Turquía a seis puntos del Galtasaray, logró precisamente en feudo sevillista una de sus más celebres victorias en Europa.

Siempre que alcanzó los cuartos, el Sevilla levantó luego el trofeo. De momento, se presenta por segunda temporada en el primer cruce después de terminar tercero en la Champions, por detrás del Manchester City y el Borussia Dortmund en el llamado grupo de la muerte. Por su parte, el Fenerbahçe accedió directamente a octavos al superar en su grupo al Rennes, el AEK Larnaca y el Dinamo de Kiev. El equipo turco se mantuvo invicto en sus seis partidos, con cuatro victorias y dos empates, y terminó con dos puntos de ventaja sobre el conjunto francés.

Necesitaba el Sevilla hallar en la querida Europa League un consuelo a su delicada situación liguera. Al borde de los puestos de descenso en el campeonato doméstico, solo esa competición que ha conquistado hasta seis veces puede generar cierta ilusión entre la parroquia de Nervión, inmersa en una temporada para el olvido. Ante el Fenerbahçe el equipo hispalense al menos recuperó la senda de la victoria y golpeó primero en la búsqueda de una plaza en cuartos de final.

Y eso que la primera parte incidió en la preocupación sevillista. El equipo turco fue mejor y mereció una ventaja que solo su falta de puntería y la seguridad de Dmitrovic impidieron. Otra cosa fue lo del segundo acto, con una mejor versión en el equipo de Sampaoli. El argentino arregló su mal planteamiento inicial con una propuesta más ofensiva y el premio fueron los tantos de Joan Jordán y Lamela que el Sevilla deberá defender en Estambul para seguir soñando con la séptima corona y ver la luz en una mala campaña.

El inicio fue extraño para el Sevilla. No ayudaba la floja entrada en el Sánchez Pizjuán y las dudas defensivas, una constante que hace vivir a la parroquia de Nervión siempre al borde del ataque de nervios. Gris puesta en escena hispalense ante un Fenerbehçe que hizo méritos para adelantarse. El ecuatoriano Enner Valencia, sensación en el Mundial, fue un dolor de cabeza para el equipo de Sampaoli. Junto a Joshua King generó la sensación de que el gol turco podía caer en cualquier momento e incidió en el crítico momento sevillista.

El mejor hombre local fue el portero Dmitrovic, prácticamente solo ante el peligro de los pases en largo del Fenerbahçe. Al conjunto de Estambul le bastaba explotar la velocidad de sus atacantes para sembrar el pánico en el frágil Sevilla, hoy por hoy un equipo de papel. Tampoco había muchos motivos para el optimismo en ataque, con el guardameta Bayindir sin apenas trabajo. Lo cierto es que al descanso la mejor noticia era la igualada sin goles, pues King volvió a tener la ventaja foránea con un cabezazo sin oposición alguna que se marchó alto.

La pausa calmó la tempestad desatada en una grada hastiada de los naufragios de su equipo esta temporada y Sampaoli corrigió su plan fallido y giró el timón con Joan Jordán en lugar de Telles. El argentino recompuso su planteamiento con defensa de cuatro y más centrocampistas para tomar el control. Resultó y el Sevilla pasó a llevar el timón y amenazar con los centros laterales y especialmente con un cabezazo de Nianzou al que respondió como pudo Bayindir. El central francés amagó pero el que golpeó fue el propio Jordán, que contó con fortuna al desviar su remate un zaguero turco y adelantó a los suyos como auténtico revulsivo.

La ventaja ya era más tranquilizadora pero Sampaoli reforzó su apuesta ofensiva con Ocampos y Lamela, que primero perdonó tras una gran internada de Navas por el carril derecho y luego acertó, esta vez con un remate seco e inapelable a pase de Rakitic. El Sevilla deberá rematar la faena en Estambul, pero ya ha dado el primer paso hacia cuartos y confirmó una vez más que la Europa League siempre parece dispuesta a dar consuelo al rey de la competición.