Despedida amarga del Villarreal

Estar en el sorteo de octavos de final del viernes es el objetivo de los azulejeros, que invocan a la afición a llenar el Estadio de la Cerámica en un partido en el que se lo juegan todo y «mantenerse unidos con el equipo». Mario Gaspar, quien ejerce de capitán ante la prolongada ausencia de Bruno Soriano, anima a todos a acudir en masa al campo «convencidos», pues «un estadio lleno ayuda a sumar para ganar». Se vivió en Lyon, con la hinchada apoyando de manera ferviente a los hombres de Bruno Genesio.

Se antoja fundamental, una vez más, la figura de Asenjo, que ya fue el más destacado en Francia, como la clave para recuperar la fiabilidad defensiva. Lo necesita un equipo que no ha podido dejar su portería a cero en las últimas ocho citas continentales disputadas en Castellón y que parece que no ha entrado con buen pie al 2018. No acompaña la suerte en lo deportivo y la polémica se ha centrado desde hace tiempo en los continuos altercados del portugués Semedo fuera del campo.

Lejos de ser aquel equipo que maravilló a Europa logrando siete títulos ligueros consecutivos y haciendo buenos papeles en la Liga de Campeones, tampoco el Olympique de Lyon disfruta sus mejores días. Los tantos de Ndombele, Fekir y Depay, y el gran partido de Mariano frente al cuadro español, fueron la mejor medicina para confirmarse como un aspirante a tener en cuenta en la segunda competición europea. Los galos sufren en la liga francesa (el pasado fin de semana dejaron escapar una ventaja de dos goles ante el Lille) y las individualidades de los hombres de ataque no están ayudando a mantener el buen ambiente.

Intentarán aprovechar la circunstancia los de Calleja, que no se reserva nada para lanzarse a por una eliminatoria complicada y saldrá con el once de gala. Y, a pesar de que Mario no ocultaba en los días previos a la cita que el equipo se encuentra «tocado anímicamente», asegura que buscarán marcar pronto o llegar con ventaja al descanso. Pero que ellos, en ningún momento, estén cómodos. Una vez más, el poder de la afición vuelve a resurgir. El Estadio de la Cerámica no fallará en una jornada en la que el sueño es remontar a un equipo poderoso y volver a los octavos de final de la Liga Europa. Un lugar merecido para el Villarreal.

No pudo el Villarreal consumar lo que se antojaba como una misión tremendamente complicada y se despide de la Liga Europa cayendo contra el Olympique de Lyon (0-1). A pesar de que lo intentó prácticamente hasta el final y mereció mucho más, no fue capaz de abrir la lata en un Estadio de la Cerámica que creyó en el milagro hasta los últimos minutos. Fue la expulsión de Jaume Costa, por doble amarilla en la misma acción, la que provocó que el ‘Submarino’ bajase los brazos. Muy al final llegaría el tanto de Traoré, tras empujar a placer un pase de Fekir, que certificaría la eliminación amarilla de la segunda competición continental.

Se presentaba un equipo con aires diferentes. Convencidos de la remontada, los de Javi Calleja saltaron al césped dispuestos a hacer el trabajo más complicado, arropados por su público y con el control del balón como principal arma. Era importante meterle una marcha más al encuentro, aunque la intensidad, durante la primera media hora, la volvió a imponer el cuadro galo en su fase ofensiva, con Traoré y Fekir como los hombres más destacados. De Mariano, el más sobresaliente en el encuentro de ida, poco se vio. Supo pararle bien la línea defensiva de los azulejeros, donde por sorpresa aparecía el veterano Bonera, buscando imponer su jerarquía. Su presencia acabaría siendo clave, pues el italiano evitó -no sin suspense-, in extremis y sobre la línea de gol, un tanto al comienzo de la segunda mitad, que hubiera puesto el pase prácticamente imposible.

Una jugada aislada, la del Lyon, que no supo aprovechar ninguno de los contraataques provocados por los enormes huecos que dejaba un Villarreal que poco a poco se volcó en la portería de Lopes. Lo intentó desde antes del descanso, espoleado por una primera opción en la que Trigueros no acertó a ver portería. Funcionaban las bandas y los de Bruno Genesio sufrían las acometidas de los castellonenses. Apenas fueron dos más, ambas del turco Ünal, que buscaban abrir el marcador en el primer acto. Como en el choque de ida, la figura del meta francés acabaría por negar el tanto al ariete, el más activo en un ataque que en la segunda mitad sumó frescura. La halló en el juego de Samu Castillejo, que durante muchos minutos fue el complemento perfecto en el ataque amarillo.

El empuje del Villarreal continuó hasta los últimos minutos, cuando Luca Banti, colegiado del encuentro, expulsó por doble amonestación en la misma acción a un Jaume Costa que se fue protestando airadamente. Fue el final de una eliminatoria que acabaría matando el Lyon con un tanto de Traoré, empujando a placer un pase a Fekir que superaba a Asenjo. El palentino, una vez más decisivo, evitó una derrota más abultada en los últimos minutos. La ilusión vuelve a tornarse en Villarreal en decepción, con el equipo despidiéndose de la competición en dieciseisavos de final y perdiendo, de nuevo, la oportunidad de seguir avanzando en busca de un sueño.