Golpe de moral para el Villarreal en Ucrania

Será un partido especial, y no solo por la exigencia del rival o lo que significa disputar los octavos de final de una competición europea que gusta, y mucho, en el seno del equipo amarillo. La nota positiva estará en las gradas del estadio ucraniano, donde la UEFA permite el acceso de aficionados. Será un 30% del aforo, lo que supone la presencia de cerca de 20.000 hinchas. También una desventaja para el Villarreal, que no podrá contar con sus seguidores en La Cerámica en el choque de vuelta.

Desventaja que, sin embargo, celebran en un 'Submarino' motivado por esta circunstancia. Será una situación extraña para los de Emery, que no juegan con público desde hace más de un año –a excepción de los 2.000 aficionados que acudieron al partido de Copa del Rey en Zamora-. «Es una alegría que pueda haber gente, para el fútbol es importante que se puedan dar estos pasos», reconoce un preparador ilusionado con la Liga Europa a la par que preocupado por el rumbo del Villarreal en el campeonato doméstico.

Son los últimos tropiezos los que han hecho saltar las alarmas en el club de Castellón, que vive el peor momento de la temporada –ocho partidos sin conocer la victoria- y se mantiene a cinco puntos de unas posiciones de privilegio ocupadas prácticamente desde el inicio de campaña. Lejos de pensar en la mala racha de la Liga, la visita a Kiev se afronta con la mentalidad ganadora de la eliminatoria frente al Salzburgo. Partidos ante un rival exigente, recalca un cada vez más importante Gerard Moreno, quien señala «el potencial defensivo y la calidad en ataque» como dos de sus puntos fuertes.

No se perderá la cita el punta catalán, fundamental en dieciseisavos de final de la segunda competición continental, que apunta a la titularidad. Le acompañará en el ataque Paco Alcácer y se espera de nuevo a un Samu Chukweze que ya ha partido de inicio en los últimos dos encuentros del conjunto amarillo. Será la oportunidad perfecta para volver a cambiar el rumbo, soñar y seguir haciendo realidad la ilusión del Villarreal.

Entre aplausos, sonrisas y con los brazos en alto. La celebración de Albiol al final del partido dejaba claro lo importante de la victoria lograda en un campo que se antojaba muy complejo. En lo deportivo, para acercarse al objetivo de alcanzar la siguiente fase europea y seguir sumando, pero también en el plano psicológico, por el momento en el que llegaba la cita. Los tantos de Pau Torres y el propio Albiol mantienen a un incontestable

Fue, con casi

Volvió

Volverá a ser en