El Athletic mantiene la velocidad de crucero en Europa

Mantiene su velocidad de crucero el Athletic, de ritmo imparable hacia octavos de final de la Europa League. Tras debutar con un empate en el Olímpico de Roma en su regreso a la competición seis años después, los leones sumaron este jueves su cuarta victoria consecutiva en el torneo imponiéndose a un manso Elfsborg y fortaleciéndose en la zona alta de la tabla.

Los goles de Adama Boiro y de Beñat Prados en la primera parte, y el tanto de Gorka Guruzeta en la segunda mitad, catapultaron al conjunto de Ernesto Valverde, que convirtió el partido en un monólogo aprovechando la debilidad del bando sueco y dio otro paso de gigante en el trayecto que espera culminar el 21 de mayo del próximo año en la final que se celebrará en San Mamés.

Llegaba desprovisto de urgencias el Athletic, con la clasificación para octavos bien encarrilada de antemano. De ahí que Ernesto Valverde apreciase la cita como una ocasión idónea para devolver los guantes a Unai Simón. Llevaba el alavés sin jugar un partido desde el 14 de julio, cuando tocó el cielo en Berlín custodiando la portería de la España campeona de la Eurocopa. La presencia bajo palos, 137 días después, del ganador del último Trofeo Zamora y que apenas tuvo trabajo este jueves fue la nota más relevante en el once de los leones, que partieron con cinco cambios respecto al derbi del domingo ante la Real Sociedad pero dispusieron un bloque de plenas garantías.

Impulsado por ese triunfo frente al cuadro txuri urdin y determinado a amarrar la presa cuanto antes, cargó enseguida el Athletic y encontró pronto la recompensa. Botó Nico Williams desde el córner, tocó Guruzeta de primeras y culminó Adama Boiro con un pase a la red. Meritoria acción de estrategia sabiamente trazada por Ernesto Valverde y ejecutada a la perfección por sus futbolistas.

Disfrutaba el Athletic frente al Elfsborg, desbordado por el empuje de los locales, que pudieron aumentar el castigo tras una gran acción de Nico Williams, cuyo zapatazo desde la frontal salió ligeramente desviado. Dejaba hacer la escuadra nórdica, que llevaba sin competir de forma oficial desde el 10 de noviembre, cuando concluyó en séptima posición la Allsvenskan, liga que coronó por segundo año consecutivo al Malmoe.

Ya fuera por esa falta de ritmo o por la asunción de la inferioridad ante un rival de mayor calibre, aceptó un papel reactivo el Elfsborg, al que Sancet y los Williams amenazaron con su verticalidad y dinamismo. Precipitó el segundo tanto de los locales Nico, que se abrió paso por el carril con una bicicleta antes de soltar un centro medido que embocó Beñat Prados llegando por sorpresa.

Enorme golpe de autoridad por parte del Athletic y durísimo mazazo para el Elfsborg, que no había sido capaz de exponer argumento ofensivo alguno. Apenas una salida a destiempo de Unai Simón ofreció un resquicio a los suecos para recortar distancias en la recta final del primer tiempo, pero Arber Zeneli no pudo aprovecharla para encontrar portería.

Agitó el árbol Oscar Hiljemark tras el intermedio en busca de una reacción por parte del Elfsborg sin que el Athletic disminuyese el ánimo. Un resbalón de Nico Williams impidió que el navarro tuviese la oportunidad de fusilar a pase de su hermano Iñaki. Lo hizo poco después Guruzeta, que recogió una gran entrega de Adama Boiro tras un envío magistral de Ruiz de Galarreta para sentenciar el pleito y abrir espacio para que Valverde atendiese al reparto de esfuerzos tan necesario con el calendario infernal que se le presenta de inmediato al Athletic, mientras San Mamés se recreaba con la fiesta.

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