El Sevilla tira de casta en Ucrania

Con el 0-1 en el marcador, y la importancia que ello conllevaba para la moral hispalense por marcar fuera de casa, los andaluces se relajaron en exceso creyendo que todo estaba finiquitado y Basilea cerca de ser visitada por segunda vez esta temporada. Pero la final tendrá que esperar, o al menos eso le dijo Marlos, poco más de un cuarto de hora después, cuando empató el encuentro tras un despiste defensivo demasiado infantil por parte de la zaga sevillista. Peor le fueron las cosas a los de Emery cuando Stepanenko cabeceó solo un gran centro de Marlos para darle la vuelta al encuentro en tan solo diez minutos escasos.

Los jugadores ucranios parecían aviones al lado de los hispalenses. El aspecto físico estaba siendo determinante. No han conseguido llegar frescos a este final de temporada, por lo que tocará pedir explicaciones a los preparadores y la planificación deportiva cuando acabe la competición. Para paliar la sangría que estaba sufriendo su equipo, ya en la segunda mitad Emery decidió dar entrada a Krohn- Dehli para achicar el campo y aportar más físico al centro del mismo. Empero la mala suerte perjudicó al danés, que se lesionó de gravedad al poco de entrar. En una jugada fortuita, él solo, hizo un mal giro y se le salió la rótula. Su marcha con las manos en la cabeza y entre lágrimas son un ejemplo de que se va a perder lo que resta de la temporada y de lo grave de la lesión. Ante este gran infortunio, el técnico vasco también tuvo que lidiar con un mal arbitraje muy casero. Tres tarjetas amarillas por el bando sevillista y un gol anulado, de manera muy justa, a Gameiro fueron buena prueba de la actuación del colegiado polaco.

Ante tantos infortunios, el Sevilla sacó la raza de campeón en Europa que lleva dentro desde hace que hace diez años. Los jugadores hicieron honor al recuerdo de Puerta y empezaron a tirar de casta. Una triple ocasión en cinco minutos fallida desembocaría en un penalti claro sobre Vitolo que Gameiro transformó en el empate a dos, dando alas en su vuelo hacia Basilea a los hispalenses.