Aprobado del Valencia en el examen final de Mourinho

Primero, porque la nave de Marcelino García Toral por fin empieza a carburar. Después de un inicio de temporada complicado sin victorias en agosto ni las tres primeras semanas de septiembre, el triunfo del desquite llegó el pasado sábado en Anoeta gracias al acierto de Gameiro en el área rival y al de Neto en la propia. Marcelino no había perdido en 17 enfrentamientos contra los 'txuri-urdin' y prolongó su racha, aunque viéndolo desde el palco, un partido más. Hizo más méritos el Valencia que la Real, como había ocurrido tres días antes contra el Celta, pero esta vez los puntos sí volaron a su casillero.

Segundo, porque el transatlántico de Mourinho parece abocado al naufragio en su tercera temporada como 'red devil'. Tras siete jornadas de Premier su United iguala el peor inicio de su historia, con apenas diez puntos, a nueve del liderato; y doce goles encajados, el quinto equipo que más en toda la liga. La sonrojante derrota por 3-1 ante el West Ham de su 'enemigo' Manuel Pellegrini el pasado sábado, casi simultánea al triunfo del Valencia, fue una palada más, quizás la penúltima, a la tumba del luso como entrenador del conjunto mancuniano. Sólo su elevado salario, de 15 millones de libras por temporada, enfría los deseos de la directiva del club por mandarle al paro.

No consigue dar con la tecla Mourinho para que el United funcione, todavía menos su defensa, y en lo que avanza su guerra con Paul Pogba -a quien llegó a decirle que era «el anticapitán»- tampoco deposita su confianza en los españoles: Juan Mata apenas suma 182 minutos en la Premier, por 69 de Ander Herrera. Ambos brillaron en la Europa League que el portugués ganó en la temporada 2016-17, su primera en Old Trafford, y su cénit como técnico del club.

En todo caso los precedentes ni con el United ni con Mourinho son halagüeños para el Valencia. En ocho duelos entre ambos clubes, los blanquinegros sólo han ganado uno, y hay que remontarse a la Copa de la UEFA, en 1982, para encontrarlo. Fue un 2-1 en Mestalla con goles de Solsona y Robert Fernández para remontar el tanto inicial del mítico Bryan Robson. Desde entonces, aunque el United ha ganado un partido en Old Trafford (3-0, en 1999) y otro en feudo ché (0-1, en 2010), el signo más repetido en la quiniela ha sido una x: dos 0-0 y otros tantos 1-1. El restante, también en 1982, igualmente acabó sin goles. Respecto a Mourinho, en su historial con Chelsea y Real Madrid ante el Valencia firma seis victorias y cuatro empates.

Respecto al choque de este martes, Marcelino recupera a tres de sus teóricos titulares en defensa, Piccini, Garay y Gayà. Toda vez que el argentino cuando ha estado sano ha sido un fijo y que el '3' no se le discute al canterano, ya internacional con Luis Enrique, sólo la presencia de Piccini está en el aire. El italiano ha protagonizado un inicio de curso por debajo del nivel esperado, y ya ante la Juventus Rubén Vezo le comió la tostada. Del mismo modo que Gameiro, avalado por su gol y su partidazo frente a la Real, adelantó por la derecha a Batshuayi como acompañante de Rodrigo.

Conviene no dar por muerto a un equipo como el Manchester United en una competición en la que el escudo firma los aprobados. Y Mourinho, que en la Champions tiene un máster que no admite dudas, se jugaba su examen final ante el Valencia.

Marcelino, un entrenador de los que no faltaba a clase, tenía la lección estudiada para no salir de Old Trafford con otra investigación por plagio. La Juventus ya volvió de Mestalla sospechando que ese equipo no era el que le había peleado la tercera plaza al Madrid el curso pasado.

Así que el United saltó al verde tirando una presión de manual, pero el Valencia respondió con la asignatura que mejor domina: el contragolpe. Guedes y Gayà buscaron puntos en la espalda de Antonio Valencia, de pellas en la treintena. El ecuatoriano marcó su territorio con una patada al portugués que pedía una segunda corrección.

La brillantez blanquinegra no llegó para sacar nota antes del recreo porque los chavales pecaron de novatos. Les faltaron tablas para contestar preguntas trampa sobre la línea de fondo, en el límite entre el gol a favor y el contragolpe rival. No razonaron la respuesta.

Cuando sonó el timbre de nuevo, los abusones de Mourinho les habían robado el bocadillo a los chicos de Marcelino. Pogba, el macarra de la clase, pudo marcar el primero con una volea a bocajarro. Se cruzó in extremis Garay, un valencianista que ya tiene dos carreras. Precisamente, Pogba amenazó poco después con una falta en la frontal. David Beckham, graduado 'cum laude' en la materia, se relamía en la grada. Neto la descolgó del travesaño sobre la bocina. Acto seguido se desquitó el Valencia con una ocasión clarísima en las botas de Batshuayi, que con 25 años ha vivido cuatro Erasmus y en todos ha marcado goles.

Su compatriota Lukaku le puso la réplica con un zurdazo que volvió a despejar Neto, el más lúcido en la noche de Old Trafford. Cuando el Valencia olvidaba la lección Marcelino sacó los apuntes y colocó a Gameiro y Soler, ejemplo perfecto del contragolpe que pedía el partido. Mourinho reforzó conocimientos con Martial, que ya en 2015 saldó con nota su primer examen ante el conjunto valencianista.

En esta ocasión a punto estuvo de sacarle el penalti a Piccini, inocente lateral. El árbitro señaló la infracción en el borde lateral del área y Rashford, un niño prodigio con todavía mucho que demostrar, la reventó en el larguero.

Se terminaba el tiempo y el Valencia dudaba en casi todas las preguntas que el United le proponía, casi siempre por las bandas o a balón parado. En los minutos finales Garay y Gabriel aseguraron el aprobado, que sabe a notable en un aula magna como Old Trafford y deja las opciones de clasificación abiertas para Mestalla. Mourinho, todavía bajo sospecha, se ganó el derecho a la reválida.