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Thomas Tuchel imploró el apoyo de la hinchada del Bayern para encarrilar este martes en el Allianz el cruce de semifinales de la Liga de Campeones frente al Real Madrid, un equipo al que describió como «un mito» de la competición. «Necesitamos una atmósfera increíble. ... Fue clave ante el Arsenal y ahora, aún más. Necesitamos a los aficionados, también, en las situaciones difíciles del partido», dijo el técnico del cuadro germano en la previa de un partido que describió como una «final» y que aprovechó para cubrir de elogios a Carlo Ancelotti.
«Ancelotti es una leyenda como jugador y como técnico. Y pese a ello, sigue siendo muy simpático y humilde. Eso es excepcional cuando juegas contra un mito como el Real Madrid. Tiene calma y experiencia, es como un padre para los jugadores y eso es muy importante», expresó el bávaro antes de un partido que llega envuelto en la polémica a raíz del rifirrafe que el preparador mantuvo el pasado sábado con Uli Hoeness, presidente de honor del Bayern, después de que este cargase contra Tuchel el mismo día en que el cuadro muniqués derrotaba por la mínima al Eintracht de Fráncfort (2-1). «El tema se acabó. No haré más comentarios al respecto», atajó al respecto el entrenador del Bayern, que quiso centrar así el foco únicamente en un duelo crucial para su escuadra.
«Tenemos un día menos de preparación, pero todos estamos ilusionados con este partido. Aunque siempre hay presión, tenemos que encontrar la mezcla de libertad y disciplina», manifestó el ex del Chelsea en una rueda de prensa en la que no desveló si futbolistas que llegan entre algodones a la cita como De Ligt, Upamecano o Laimer podrán ser de la partida. «Por ahora no puedo decirlo al cien por cien. Todavía están en pruebas», señaló un técnico que se mostró algo más optimista acerca de la presencia de Sané, Musiala o Gnabry. Especialmente con la de este último, al que ve anotando el martes en el Allianz Arena. «Yo no sé por qué. Pero sé que Gnabry va a marcar un gol seguro», presagió.
Tuchel puso en valor la trascendencia del choque. «Es un partidazo. Son unas semifinales increíbles. No sé si es lo máximo. Pero como aficionado del Bayern este duelo es algo increíble», aseveró en una comparecencia en la que animó a sus futbolistas a no reservar nada para la vuelta y se mostró convencido de que serán los «detalles pequeños» los que decidirán el pleito. «Debemos tener táctica, pero también libertad. No podemos pensar solo en lo táctico. Los jugadores son los conductores del coche, que es el equipo. Los jugadores necesitan esa libertad», acotó.
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Tuchel volverá a verse las caras con el Real Madrid, un viejo conocido al que ya se midió al mando de Borussia Dortmund, PSG y Chelsea. En aquellas citas, recordó este lunes, Benzema «fue clave» y Tuchel considera que ahora es Bellingham la principal amenaza. «Jude es un jugador excepcional que ha disfrutado de un desarrollo fantástico. Eso solo se puede hacer con un gran carácter. Todo el que juega en el Real juega con la presión de la camiseta. Él lo asume todo como si le diera igual. Es un jugador clave. Intentaremos encontrar soluciones», apuntó en una rueda de prensa en la que también aludió a Vinicius y a Kroos como «jugadores dominantes» y en la que pidió «equilibrio» a su equipo para mantener vivo el sueño de que el Bayern esté presente en la final del 1 de junio. «Nuestro objetivo es llegar a Wembley. Derrotamos al Arsenal y nos dio mucha confianza. Y jugar ante el Real Madrid es un paso muy importante. Estamos con muchas ganas de competir», remachó.
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