Premio a la inquebrantable fe del Sevilla

Con ese bagaje positivo en la mochila, otra victoria ante el Krasnodar sería ya un paso casi decisivo camino de octavos, una ronda que el Sevilla alcanzó en cinco de sus siete participaciones previas en la máxima competición de clubes de Europa. Su largo historial en el continente en los últimos años permiten al club de Nervión disponer de un también amplio registro de enfrentamientos ante equipos rusos en el Pizjuán, con sólo una derrota y seis victorias, incluida la lograda ante su rival ahora, al que como local venció por 3-0 en la fase de grupos de la Europa League 2018-19 pero frente al que cedió en su visita a Rusia. Sólo el CSKA de Moscú fue capaz de tomar el feudo sevillista, aunque el recuerdo es doloroso a orillas del Guadalquivir, pues supuso la eliminación en octavos de final de la Liga de Campeones 2009-10.

Está notando y mucho la carga de partidos que supone la Champions el Sevilla de Lopetegui, que apenas dispuso de pretemporada al concluir muy tarde la pasada campaña por su buen hacer en la Europa League. Pilares como Navas, Diego Carlos, Fernando u Ocampos pagan los rigores de un calendario saturado, pero de nuevo apuntan a un once que será el de gala al no estar disponibles futbolistas como Sergi Gómez, Suso e Idrissi, aún en proceso de recuperación de sus lesiones.

Mientras, el Krasnodar, ese faraónico proyecto impulsado por el multimillonario Sergey Galitsky que ha logrado al fin alcanzar la Champions por primera vez en su historia, llega a la capital andaluza en horas bajas, después de recibir una goleada del Chelsea en su moderno estadio que rebajó las expectativas generadas a raíz del buen empate inicial frente al Rennes en la ciudad de la Bretaña francesa. Mientras, en la liga rusa encadena el equipo dirigido por Murad Musaev dos derrotas consecutivas, que le sitúan en una parte media-baja de la tabla desconocida en las últimas temporadas. Una mala dinámica en la que tienen mucho que ver las bajas de las últimas semanas entre lesiones y contagios por covid-19, un lastre en un equipo que destaca por su frescura ofensiva pero que también padece dificultades defensivas.

Remontada para la historia del Sevilla, que añadió a su brillante currículum en Europa una

Con semejantes condicionantes negativos cualquiera podría haber arrojado la toalla y dejado la resolución de su clasificación a octavos de la Champions para el partido de Rusia, pero el Sevilla tiene grabado a fuego en el ADN una frase del himno de su centenario: «Dicen que nunca se rinde». Así ocurrió en una segunda parte donde

Lopetegui optó de inicio por

     

Ocampos, siempre peligroso para el rival, fue el primero en trasformar el dominio del Sevilla en los primeros compases en una ocasión de peligro, con un disparo desde la frontal que desvió a saque de esquina Safónov, no sin apuros. La

Precisamente el centrocampista catalán desaprovechó minutos después una buena ocasión de gol rematando arriba un gran servicio de Luuk de Jong. Del Krasnodar, apenas noticias. Nada indicaba por tanto que el partido se fuera a complicar en el único despiste sevillista hasta el momento, con un contraataque que Koundé se vio obligado a frenar en falta al borde del área.

El inesperado revés hizo mella en el Sevilla, que se complicó aún más la vida en un

Al Sevilla, al que le lleva costando hacer goles toda la temporada, le fallaba esta vez su virtud de blindar la propia puerta. Mal asunto.

Amenazaba el descanso con un muy mal resultado y en esas apareció de nuevo

Con uno menos y la misión de remontar el partido en la segunda parte, el Sevilla no se vino ni mucho menos abajo. En la segunda parte el dominio continuó siendo local, con ocasiones para Munir y por partida doble de Óscar, que en la segunda se topó con el larguero. Cualquiera que no supiera lo que había ocurrido en la primera parte podía pensar que era el Krasnodar el que jugaba con uno menos. Tanto ímpetu sevillista lo recompensó